La Escuela Superior Campesina Curaco de Vélez es una iniciativa autogestionada, que promueve el diálogo de saberes, el trabajo autónomo, la organización ambiental, entregando una educación gratuita a jóvenes y adultos vinculados a la ruralidad y tendiente a contribuir a la revitalización de territorios, proyecto que partió hace cinco años en la Isla-Archipiélago de Quinchao de Chiloé (Comuna Curaco de Vélez) y desde inicios del 2019 también se forja la experiencia en el sector rural Palquibudis, comuna de Rauco (Provincia Curicó), en el corazón del territorio de una de las cooperativas campesinas más antiguas de Chile, bautizada con el nombre de Ismenia Ortíz Lizama, mujer campesina que fue una de las impulsoras de la histórica Cooperativa “El Corazón”.
La Escuela campesina viene facilitando el diplomado de Desarrollo Rural y Planificación Local que va hacia su quinta generación en Curaco de Vélez y rumbo a su segundo año en Palquibudis-Rauco. También, en Curaco de Vélez se impartió el 2019 para Chiloé un diplomado en derechos humanos y ambos espacios educativos, continúan abriendo a la comunidad diversas iniciativas relacionadas a las culturas, artes, oficios, saberes y propuestas.
Hoy en tiempos de crisis sanitaria, ambos espacios educativos continúan con diversas actividades. En Palquibudis, dentro de las posibilidades, diversas iniciativas agroecológicas se han sostenido desde esta zona rural y desde la Escuela de Curaco de Vélez junto a organizaciones del archipiélago de Chiloé se comparte semanalmente iniciativas de autoformación denominadas: El “Quelcún constituyente” y el “Quelcún urgente”, viernes y domingo respectivamente a través de las plataformas por internet.
Cabe señalar que en agosto del 2016 se inaugura la Escuela Superior Campesina Curaco de Vélez, creada por la fundación del mismo nombre, integrada por un grupo de ex estudiantes de la Escuela Superior Campesina Águila Sur (Paine), instancia generada a fines de los años 80 que becó a jóvenes campesinas que participaban en diversas organizaciones sociales, productivas y comunitarias de diferentes zonas rurales, experiencia desarrollada con valoración a los conocimientos agrícolas y formación en desarrollo social y comunitario, con el propósito de contribuir a la vida de los territorios.
Un reciente encuentro online que reunió a integrantes de la comunidad educativa de ayer y de hoy, hijas e hijos de campesinos con una mirada desde adentro, que “se han atrevido a soñar y que también ha aprendido a transformar en realidad esos sueños”, señalan en su inauguración, que contó con diversas intervenciones, así como la exposición destacada de Jacques Chonchol sobre “Los desafíos para una nueva reforma agraria”.
Ver Aquí Video con las presentaciones
https://www.facebook.com/escuelasuperiorcampesina/videos/739430456630466/
Janett Cárdenas, presidenta de la fundación Curaco de Vélez, que cumple el rol de resguardo y funcionamiento educativo, comenta en una reciente intervención en encuentro online que reunió a integrantes de la comunidad educativa, que son hijas e hijos de campesinos, con una mirada desde adentro, que se ha atrevido a soñar y que también ha aprendido a transformar en realidad esos sueños.
Es importante destacar que este proyecto se sostiene gracias al trabajo humano, gratuito y de voluntariado de la comunidad educativa, comprometida con las organizaciones y movimientos sociales. “Podemos decir que la belleza de los árboles nos devuelve la sombra de los surcos y las lluvias hacen brotar nuestras siembras. Podemos decir que el sol alumbra parejito y sale desde el este para todos y todas los iguales, que nos reconocemos porque salimos arropados con el mismo frío, con las mismas necesidades y con la misma esperanza. Podemos decir que no tenemos miedo a reconocernos, que no perderemos nuestra energía en analizar el sistema que quiere anularnos diariamente, más bien, corremos detrás de nuestras tareas urgentes y necesarias”, señala Cárdenas.
La presidenta de la Fundación también indicó: “Somos una organización autónoma y autogestionada y es necesario mantener este principio fundacional, reconociendo y respetando el conocimiento de cada territorio. Es necesario que la educación sea una herramienta de liberación, que no se convierta en lo que es hoy en la enemiga de nuestra gente, segmentando y fragmentando la sociedad y creando mayores desigualdades, compitiendo entre iguales y negando a identidad de los pueblos. Es urgente para nuestro mundo campesino, porque la educación popular valida nuestros conocimientos ancestrales, nos reconoce, nos incorpora socialmente como seres humanos a seres activos, capaces de plantear soluciones, capaces de crear, de amar y de soñar. Es urgente mirar hacia el campo, reconocernos y ver cómo las políticas del estado nos han despojado hasta de nuestras familias”, haciendo referencia también a la memoria y ejercicio, agradeciendo a cada una de las personas participantes, reconociendo y valorando diversos aportes.