La seductora Frida Kahlo tenía una belleza irresistible y única. La gente en la calle se detenía a mirarla. Se aplicaba un make up exótico que hoy es una moda muy extendida entre mujeres jóvenes de todo el mundo. El make up de la pintora mexicana Frida Kahlo destacaba y hoy es un signo de identificación.
En su casa -la llamada Casa Azul en el hermoso barrio de Coyoacán de ciudad de México-, entre trajes mexicanos, cartas, medicinas y miles de fotografías también se encontró su neceser.
¿Qué había allí?
Tarros de crema, pintalabios, colorete carmesí, perfumes y esmaltes de uñas.
Su casa estaba llena de espejos, incluso encima de su cama de día.
Frida Kahlo se vestía con trajes de tehuana.
Se estiraba el pelo hacia atrás, lo trenzaba y lo adornaba con coloridas cintas y ramilletes de flores. Se pintaba los labios con el lápiz labial Revlon, se aplicaba colorete y esmalte de uñas en rojos y naranjas. Usaba crema Pond’s y rubor.
Kahlo tenía un lápiz de cejas en tono “ébano” y se aplicaba Talika, una crema para ayudar el crecimiento del cabello. De ese modo realzaba el grosor de esas cejas.
Con el aumento de la edad –murió a los 47 años- y el deterioro de la salud, su maquillaje se volvió cada vez más expresivo y colorido, con su cabello lleno de rosas y sus mejillas acentuadas con lápiz labial rojo.