Jorge del Carmen Ripper.-
La generación boomers, viejos cabrones y bueyes viejos, llevan décadas cortando el bacalao. Políticos, empresarios, milicos corruptos. Han golpeado con un martillo a las generaciones jóvenes. Pegados a la roca como lapas, se resisten a ceder el relevo. Como mulas viejas no se mueven del poder. O como la mala hierba, están aferrados al poder.
Ricardo Lagos (82 años), Joaquín Lavín (66 años), Sebastián Piñera (70 años), Evelyn Matthei (66 años). Son algunos de la generación de los baby boomers, nacidos entre 1943 y 1963, que tienen más 57 años y son dos millones ochocientos mil, (2.859.300) según la estadística nacional.
Han construido un sistema para protegerse, para enriquecerse, a cambio de arruinar el futuro a las nuevas generaciones.
Son pellejos encantadores de serpientes. Como perros viejos, no tienen dientes, pero le quedan afilados colmillos.
Ellos se han salvado con sueldos y pensiones millonarias.
Han impuesto un sistema social basado en la precariedad a los más jóvenes. Impiden que hayan ideas nuevas, que se renueven las caras, que la sociedad pueda prosperar. Y tienen el control de la tele, donde hacen que no se hable de ello.
Han aprovechado el poder a su beneficio.
Nos dijeron que nos endeudaramos para estudiar. Dijeron que después de la carrera encontraría un rincón.
Han construido un mercado inmobiliario imposible, un mercado laboral desmontado, y los daños al ecosistema son terribles.
Son una generación catastrófica. Pero ellos se lavan las manos. Continúan vendiendo su épica con una culebra en la mano.