18 - enero - 2025

Nissim Sharim (1932-2020). Renovación de la cultura, el ICTUS y el teatro de creación colectiva.

Su padre Elie Sharim nació en el Líbano y su madre Fortuna Paz en Egipto. Se conocieron en Londres, se casaron en Manchester, se vinieron de luna de miel a América y se quedaron en Chile. Junto al abuelo materno crearon una tienda de telas importadas en 21 de Mayo con San Pablo, al lado de “Donde golpea el monito”.

Nissim Sharim estudió en el Cambridge School, en el Windsor y el último año en el Lastarria. Nissin Sharim estudió leyes en la Universidad de Chile.

Se casó con la sicóloga Juana Kovalskys, una argentina con la que pololeó un año por carta, con la que tuvo dos hijas -Paula y Daniela.

Después de egresar su tarea fue conseguir una oficina donde ejercer la abogacía, ganar el máximo de dinero para subsistir y ayudar algo en la casa paterna.

Nissin Sharim tenía 30 años cuando ingresó a la compañía Ictus en 1962. En 1962 fue a ver “El velero en la botella”, de Jorge Díaz. Entró al Ictus, que ya era un grupo pionero de la vanguardia teatral. En 1965 el elenco se profesionalizó y se consolidó con la creación colectiva como forma de expresión.

En los años 60  se impuso la Creación Colectiva en el mundo teatral. Fue un movimiento mundial en una época que renovó  las estructuras teatrales, para dar cuenta de los vertiginosos cambios sociales.  Hay que nombrar como ejemplos al Living Theatre fundada en 1951 por Julian Beck y Judith Malina, el Laboratorio Teatral polaco fundada en 1965 por Jerzy Grotowsky, el danés Odin Theatre fundada en 1964 por Eugenio Barba, Le Téatre du Soleil en Francia, Cicrot 2 de Polonia, la compañía de Danza-Teatro Tanztheater  de Alemania y la Performance Group  fundada en 1967 por Richard Schechner.

En Latinoamérica surgieron muchos grupos de renovación teatral como por ejemplo el Teatro Escambray de Cuba fundado en 1968 por Sergio Corrieri. El teatro experimental de Cali de Colombia fundada en 1955 por Enrique Buenaventura. El Centro de Teatro del Oprimido de Brazil fundada en 1971 por Augusto Boal, Yuyachkani de Perú fundada en 1971. Rajatabla de Venezuela fundada en 1971 por el argentino Carlos Giménez, entre otras muchas agrupaciones.

En Chile en 1967 surgió el Taller de Experimentación Teatral (TET)  fundada por Fernando Colina y Enrique Noisvander. El Teatro el Aleph fundada en 1969 por un grupo donde se encontraba Oscar Castro.

ICTUS

Marcelo Gaete, Nissim Sharim, Julio Jung, Julio Escamez, María Elena Duvachelle, Delfina Guzman, Jaime Celedón

El Ictus incorporó el humor situacional y secuencial. Las obras y los éxitos se sucedieron una tras otras:  “Para Saber y Contar” de Maite Fernández (1968), “Introducción al Elefante y otras Zoologías” de Jorge Díaz (1968), “Malcom X” de Haber Contreras (1968), “El Verano” de Félix Weingarten (1968),  “Cuestionemos la Cuestión” (1969), “¿A qué jugamos?” de Carlos Gorostiza (1969), “La Escalera” de Charles Dyar (1969), “Las Sillas” de Eugene Ionesco (1969), “Pedro, Juan y Diego” de Berta Maggi. “Todo en el Jardín” de Edward Albee, (1970). “Los Ángeles Ladrones” de Jorge (1970), “Hablemos a Calzón Quitado” de Guillermo Gentile (1970). “¿Qué harán ustedes este año?”de René Enhi (1971). “Tres Noches de un Sábado” de Luis Alberto Cornejo, Patricio Contreras, Alfonso Alcalde e ICTUS (1972), “Guatapique” Autora y Directora: Mónica Echeverría. (1972)

Nissim Sharim trabajó también para la televisión en 1969 con la triple oferta de un programa infantil, teleteatros y el mítico programa “La Manivela.”

Llegó 1973 y a pesar de las duras condiciones, el elenco del Ictus decidió continuar con numerosas obras tales como “Nadie sabe para quién se Enoja” (1974), “Pedro, Juan y Diego” de David Benavente e ICTUS, (1976).  “¿Cuántos años tiene un día?” (1978), “Lindo País Esquina con Vista al Mar” (1979).  “La Mar Estaba Serena” (1980), “Sueños de Mala Muerte” de José Donoso e ICTUS (1982) y “Primavera con una Esquina Rota” (1984).

De esta época  surgen las historias conocidas, emocionantes que formaron un panorama existencial con una expresión artística muy concreta.

En marzo de 1985, mientras actuaban en “Primavera con una esquina rota”,  se enteraron de la muerte del hijo de Roberto Parada, un reconocido actor chileno. Presentaba “Primavera con una Esquina Rota”, una adaptación de la novela de Mario Benedetti sobre un padre exiliado cuyo hijo era preso político– cuando se enteró del asesinato de su propio hijo a manos de la dictadura de Augusto Pinochet durante el intermedio. Pese al dolor, Parada decidió seguir adelante con la función y ofreció un estremecedor acto donde, de forma casi inverosímil, las líneas calzaban de forma exacta con lo que él mismo vivía en ese momento. El teatro estaba repleto. Roberto no quiso parar la función. En una escena se hablaba de la tortura y al viejo se le caían unas lágrimas gruesas. Las cosas que actuaban eran iguales a lo que estaba pasando. Durante el final el público se paró, caminaba hasta el escenario, le daban un abrazo a Roberto y bajaban.

Nissim Sharim  pensó irse al extranjero ya que un recado le advirtió que encabezaba una lista de artistas que serían expulsados.

En la obra “Pedro, Juan y Diego”, un montaje sobre el empleo mínimo en que un obrero de la construcción, un verdulero y un empleado del Banco del Estado cargaban piedras de un lugar a otro para construir una pirca. Y después debían demolerla.

Llegó la democracia  y el ICTUS montó  éxitos como “Sostiene Pereira” o “Einstein” con la notable actuación de Nissim Sharim.

El Teatro ha muerto. Por Víctor Valera

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