Por J. del C. Ripper.-
«Por la presente renuncio al cargo de presidente de EEUU», decía la nota de Nixon del viernes 9 de agosto de 1974. Tras su renuncia Nixon abordó un helicóptero en la Casa Blanca.
No hay matices. Lo peor que le puede ocurrir a un político es ser insustancial. Estar fuera de escena y que ya nadie te respete. Piñera pasó todo el año 2020 fuera de escena.
Puesto que Piñera es un político perseverante su derrota estructural es aún más turbadora.
Despué del 18 de octubre de 2019 estuvo a punto de dimitir. Habría sido el primer presidente chileno que salía con vida de La Moneda sin acabar un mandato.
Los políticos incómodos, sin precedentes ni protocolo, buscaron una salida pactada, mientras Piñera se comía las uñas.
Piñera pasó todo el año 2020 en el suelo, derrota tras derrota. Su amargura se le nota en una sonrisa forzada y en su actuar infantil (hasta le cobraron una multa por no usar mascarilla)
Piñera perdió poder como nadie y nadie ha perdido como él. Como derrotado Piñera no tiene parangón.
Cada día que pasa se cementa la idea de que su derrota histórica quedará con letras innobles o ignominiosas en los libros de historia.
A medida que pasa el tiempo será denostado por todos, y con un apoyo insignificante.
De hecho, sus pocos partidarios solo esperan que la figura de Piñera no haga más daño, o que el personaje se comporte. Piñera es incómodo para todos.
Pero Piñera se niega a aceptar el obstáculo más claro que lo amenaza como político perdedor: el castigo por ostracismo, el destierro político. Su hermano Miguel, el Negro Piñera, dice que Sebastián es porfiado. Siempre quiere decir la última palabra.
Piñera es porfiado y tóxico y por ahora tiene muy poco espacio para reciclarse, tiene pocas salidas.
A veces surge como salida a un político derrotado, la compasión que inspira un político derrotado o que se sabe con seguridad que está perdido. Es el llamado efecto underdog. Hay mucho cine de perdedores muy populares. Hay mucho público que aman los perdedores. Pero para eso hay que generar un relato alternativo, un guión que indique que el objetivo superior del personaje no era ganar, sino perder.
Pero tampoco Piñera piensa en ningún relato, no tiene relato pues Piñera carece de formación literaria. Piñera no lee novelas. Y por eso termina siendo un vulgar juguete más de las circunstancias.
El gobierno de Piñera estuvo a punto de caer gracias a los millones de chilenos que se manifestaron pacíficamente en el Estallido Social de octubre de 2019. Dicen que un día hubo 3 millones de chilenos en las calles. Mucha gente. Una enorme cantidad de chilenos. Según la Teoría del 3,5 % de la cientista política Erica Chenoweth, los gobiernos caen cuando las marchas pacíficas convocan a más del 3,5 %.
Sabemos que Piñera aún tiene pesadillas por la noches, se despierta a medianoche asustado, mira por la ventana, teme que eso suceda de nuevo: millones de chilenos en la calle que lo rodean.
Pero, la enorme frivolidad de Piñera acrecienta lo humillante de la derrota.
Y así funciona la política, es una moledora de carne. Su propia coalición, llegado el fin de año negro de Piñera, 2020, le tira la cadena. Los políticos no tienen amigos, tienen aliados.
Ayer no más, la sanguínea e impulsiva senadora UDI Jacqueline van Rysselberghe en entrevista de La Tercera tiró la cadena con desprecio y le echó en cara a Piñera lo que todo el mundo sabía: el gobierno de Piñera estuvo muy cerca de caer el 15 de noviembre del 2019. La misma gente de derecha le habría pedido a Piñera que se fuera, en un golpe de Estado blanco.
Uh.
Ayer también, en Tolerancia Cero, el ex ministro Desbordes, el paco Desbordes amplificó el descuelgue y dijo que no sólo el gobierno estuvo en riesgo de caer, sino que “la República completa.” provocado por «cientos de personas aburridas, cansadas, choreadas, angustiadas».
Piñera se desvela por la noche y al morir el sol tras la montaña una luna triste lo acompaña.
Uh, Uh.
Y al llegar el nuevo día para Piñera ya no hay esa luz de felicidad.
Piñera ya no tiene poder.
Así está Piñera cerrando el año 2020, como el principal político chileno derrotado, sin honor, sin dignidad, como ningún político en la historia de Chile.
Yo reviso en la historia chilena, y no encuentro a ningún político que deba soportar tanta humillación como Piñera.
Piñera pudo tomar su helicóptero, como Nixon en 1974.
Pero el presidente Piñera carece de sentido teatral y perspectiva histórica.
Piñera aún cree en su grandeza, porque su madre se lo dijo cuando chico.
Pero Piñera es un payaso sin dignidad.