Se comparten a continuación, dos notas. Una titulada: Teatro desde Chiloé: “De Pandemia y otras vecinas” y la otra, es una entrevista a la actriz sureña, radicada en Chiloé, Consuelo Vargas: Performance “Oculta marginada”, realizada por María Teresa Rodríguez (Maite), actriz. Programa “Vive el Teatro.
A continuación sus contenidos:
Teatro desde Chiloé: “De Pandemia y otras vecinas”
De pandemia y otras vecinas reúne tres monólogos que expone la cotidianidad de 3 mujeres y un travesti que en Chiloé viven su proceso de cuarentena. Keka (Consuelo Vargas) escarcha y lentejuelas, es una adolescente que establece un espacio de dispersión durante las noches, bailando como las divas de los 90, planchando ropa junto a su madre y construyendo su propia realidad, Lola del Tránsito (Pau Chakana) reina del bolero, cantante de boleros, todas las tardes entona una canción para las vecinas del pasaje con las que afronta el encierro, acompañándose desde las ventanas, y Yolanda (Ignacio Chiguay) reina de la ropa americana, dueña de una ropa americana, proveniente de Chelín, dialoga con ella misma entre fardos de ropa creyendo que a través de sus prendas se puede leer una época. Los diálogos dejan ver que el estar lejos de sus trabajos, viviendo la cesantía, adaptándose también a una nueva forma de comunicación y cercanía, son parte de las vivencias de cientos de mujeres en el archipiélago.
“LA RISA FUE NUESTRA VENGANZA, REÍR FUE NUESTRA RESISTENCIA”
La obra de teatro de creación chilota se estrenó el sábado 28 de noviembre, y se difundió por las plataformas de la Municipalidad de Castro, y se mantiene disponible en las redes sociales de la Dirección de Cultura de Castro para acceso de la comunidad. Escrita y dirigida por Patricia Águila Chaura, cuenta con la actuación de un elenco teatral local compuesto por Consuelo Vargas, Sandra Carrasco, Ignacio Chiguay y Pau Chakana.
La obra se mantiene disponible gratis en el Facebook de la Dirección de Cultura y Turismo de Castro: https://www.facebook.com/culturamunicastro/videos/715683599073892/
Patricia Águila Chaura, Escritora y directora de la obra nos señala, “Actualmente no somos vistas como sujetas de creación, hoy estamos en una lucha histórica desde el feminismo para construir una sociedad mejor, reconocemos que somos parte del trabajo histórico que ha realizado las mujeres en Chiloé, entre ellas las cantautoras populares en Chiloé han jugado un papel de gran relevancia”. En la obra se plantea el trabajo desarrollado desde el hacer, probando, leyendo, comprendiendo que el teatro es un oficio, está pensada desde el barrio, desde las mujeres como un espacio de creación, como un espacio político, está escrita desde la memoria, es una propuesta situada y que recopila historia de mujeres que habitan el territorio en medio de una pandemia mundial que impacta directamente en los cotidianos.
Además, son parte de La Colectiva Marea Negra, organización que se reunió el 2019 para levantar espacios contraculturales y de encuentro que buscan impulsar, revisar y resignificar estos espacios en Castro y Chiloé. Marea Negra es parte de una nueva escena cultural chilweña, escena que se encuentra en un proceso de repensar la identidad y cultura en el Chiloé actual, las políticas públicas culturales del Estado y la despolitización del arte, en un contexto de descontento generalizado y de gran convulsión social y de encierro prolongado durante este periodo de pandemia.
“Ser vecinas es un espacio de ternura y rebeldía, brotar como musgo en todos los pasajes de Chiloé, silbar en los caminos para saber que no estamos solas, tomar nuestras manos cada noche camino a casa, entregándonos una mirada cómplice mientras escribimos en los muros los nombres de todas, las eternas dancing queen, que a su paso dejan un camino de escarcha y lentejuelas”.
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También se comparte entrevista a la actriz sureña, radicada en Chiloé, Consuelo Vargas: Performance “Oculta marginada”, realizada por María Teresa Rodríguez (Maite), actriz. Programa “Vive el Teatro.
Entrevista | Consuelo Vargas: Performance “Oculta marginada”
Por María Teresa Rodríguez (Maite), actriz. Programa “Vive el Teatro.
Maite: El día de hoy tenemos una gran invitada, también colega, Consuelo Marina. Buenas tardes Consuelo, ¿cómo estás?
Consuelo: Buenas tardes, gracias por la invitación Maite, agradecida por este espacio, en el Centro Cultural, en el teatro, siempre es muy grato sobre todo para mostrar el trabajo que una ha estado realizando en la isla.
Maite: Es raro igual llevar el teatro desde la cámara, ¿no?
Consuelo: Sí, es raro, porque una ha estado acostumbrada a llevar una experiencia distinta, acostumbrada a enfocar el teatro a una situación en vivo, pero una entiende que a raíz de la pandemia los teatros se han visto realmente afectado porque no hay un público, y una siempre se preparó para trabajar frente a la gente, interpelar, enviar el mensaje en vivo y directo. Pero está la tecnología, están estás cámaras maravillosas que también han hecho una gran pega, sobre todo para potenciar el trabajo acá, y que no quede vacío este espacio, que se pueda llegar a la gente a través de la tecnología, desde las redes sociales.
Maite: Y porque hay que adaptarse a medida que van evolucionando los lenguajes escénicos, y frente a eso preguntarte para que la gente en casa igual te conozca, cuéntanos ¿cuál es tú experiencia?, ¿cómo llegaste al teatro?, ¿decidiste estudiar, ¿dónde estudiaste?
Consuelo: De chica siempre quise ser actriz, fui una niña muy traviesa, bueno yo soy valdiviana, soy sureña, bueno no había dispositivos celulares entonces uno tenía que jugar sola, siempre tuve esta parte muy lúdica de inventar personajes, de crear historias, escribía canciones, inventaba series televisivas en mi cabeza, interactuaba con seres invisibles y todos tenían una biografía, una personalidad, y yo era todos esos personajes. Entonces fui cultivando esta necesidad, siempre fui muy emocional, con una postura súper crítica frente a mis experiencias de muy chica, estudié en una escuela de monjas entonces era bien rebelde, contestataria y organizaba a las compañeritas para llevar la contra a las monjitas y todo esto.
Después me fui dando cuenta que era una necesidad de expresar, de comunicar, de contestar, pero siempre con una postura crítica y me gustaba mucho argumentar, entonces comencé a meterme en talleres en la escuela, ya después me fue gustando cada vez más, organizábamos cosas con compañeras, mostrábamos actividades en el colegio al público, ahí comencé a tener críticas positivas como, ella es buena, tiene talento, entre medio me metí un poco en las letras, bien multidisciplinaria hasta que después salí de cuarto medio, tuve que tomar una decisión y en Valdivia no había una escuela de teatro y con el dolor de mi corazón tuve que abandonar mi ciudad natal.
Llegue a Santiago, me sitúe ahí, al comienzo fue bien crítico, tu conoces que la escuela de teatro al comienzo es bien dura al inicio y yo era muy sureña, bien piola, me enfrente en un comienzo con hartos monstruos, críticas, que tú no tienes talento, que tu no sirves, que vuélvete a tu ciudad, y yo siempre ahí, no, esto tengo que hacerlo, tengo que hacerlo y me fui enamorando del teatro, de la dramaturgia, de la dirección, me hice mi grupo en la Escuela Arcis, fallecida escuela Arcis, una gran escuela de la cual tu igual fuiste participe de ese espacio, también me empezó a enamorar porque tenía una estructura crítica social, un enfoque súper político frente a la vida, frente a la realidad, unos profesores y profesoras súper potentes que siempre estaban inyectando la autogestión, la autodeterminación frente a las políticas públicas, sociales y de ahí fui armando mi trabajo.
Después, cuando salí de la Universidad, me llamó mucho el bichito de esto, de las cámaras, de lo audiovisual, tomé unos seminarios de actuación frente a cámaras (Matus actores) y ahí se me abrió otro mundo, dejé de hacer teatro durante mucho tiempo y me comencé a enfocar en el trabajo audiovisual frente a las cámaras, me comenzó a gustar el lenguaje audiovisual porque era naturalista.
Maite: Además eso te permite explorar de manera individual también.
Consuelo: Claramente, me comenzaron a salir unos trabajos, me llamaron para algunos casting, trabajé un pequeño papel en Ramona de Manuel Wood, me llamaron para Sudamerican Rockers, estuve también en Mary & Mike con un personaje (La Gladys), apoye de forma independiente, siempre apoyando la autogestión de otros artistas emergentes, hice largometrajes y cortometrajes independientes, así deje un poco de lado lo que es el teatro pero siempre con esta necesidad de explorar lo multidisciplinario, lo transversal de lo que es el arte en el fondo porque para mí el teatro es también eso, por eso lo decidí, porque me permitía explorar muchas facetas, desde la dirección, desde la fotografía, desde la cámara, desde la actuación, desde la dramaturgia.
Maite: Y aquí Consuelo, ¿cómo ha sido el desarrollo de tu trabajo?, ¿cómo ha sido el desarrollo de tu propuesta?, contar también que Consuelo es parte de un colectivo de Performance que trabaja un lenguaje bastante más rudo, ¿cómo ha sido también la recepción con respecto a esa investigación-exploración escénica?
Consuelo: Bueno, una vez que ya me situé, me vine a vivir acá, me avecinde en este territorio que lo quiero mucho, estoy muy agradecida de Chiloé, de la gente que he conocido, de los espacio que se han abierto, y me fuí encontrando con gente que tenía las mismas búsquedas pero faltaba la chispa de “ya organicemos, hagamos”, y conocí a Paulina que es mi compañera de la Colectiva Sujetas Insurrectas, comenzamos a dialogar y como que teníamos posturas muy similares frente al acontecer, relacionado con el feminismo.
Maite: A propósito de lo que comentabas tú de la experiencia que venías llevando en Santiago, ¿no?, este rechazo, este ataque constante también.
Consuelo: Siempre he sido muy al choque, me gusta defender mi postura y encontré este lenguaje que era la performance, que lo estudie desde hace mucho tiempo, tuve una profesora Gloria María Martínez, gran maestra, una bella persona que ella nos abrió la chispa de la performance, comencé a investigar de forma autodidacta, en Santiago hice un par de cosas pequeñas, pero fue acá que comencé a curtir ese trabajo relacionado con la performance, junto a Paulina comenzamos a intervenir espacios urbanos, públicos, en marchas, en los movimientos sociales, después no comenzamos a dar cuenta que la gente se acercaba, nos agradecía el trabajo, que se sentían identificados, quizás esas personas no tenían la potencia para hacerlo, entonces uno ya se comienza a transformar en un lienzo, en una herramienta.
Maite: Entonces, la propuesta que traes hoy ¿tiene que ver con eso también?, nos puedes contar ¿cómo fue el proceso de creación?
Consuelo: Tiene mucha relación porque si bien este trabajo es un trabajo individual, esta inspirado en el lenguaje performático, no me gusta tanto esa palabra porque me suena muy gringa, trato de decirle creación artística, experiencia de arte, donde me posiciono de forma política frente a un acontecer mundial que es una pandemia, en donde estamos encerradas, donde toda nuestra vivencia se ha visto enfrentada a una nueva visión de la vida, de la existencia humana, y lo que tomo es un texto del siglo de oro español, un soliloquio de Segismundo, que habla en el fondo que la vida es sueño, se lo cuestiona, entonces tome este soliloquio y lo reivindique y lo deconstruí a una realidad basada en una experiencia performática, y trabaje en el fondo eso, porque ¿qué es la vida?, ¿qué es la verdad?, ¿qué es sueño?, la delgada línea entre la verdad, la mentira, la ilusión.
Maite: Además en una realidad en donde están cayendo todos los paradigmas.
Consuelo: Exactamente, toda esa construcción que teníamos en nuestras cabezas no sé, hasta el año pasado, se están derrumbando poco a poco, los grandes poderes, nos estamos cuestionando, nos estamos posicionando, ya no es el “que puede ser”, el “que sí es que no”, ahora es esto o es esto otro, frente a eso me agarre de este texto y lo quise traer al acontecer actual y aproveche de invitar a mi hijo, que es también un gran referente para mí, uno de mis mejores amigos, él participa de esta performance para hacerla familiar, para hacerla íntima.
Maite: Para también reivindicar a la mujer madre trabajadora.