Se trata de la región con siete de los países más biodiversos del mundo. Muchos ecosistemas se han degradado significativamente, y una nueva iniciativa de los Gobiernos busca acelerar la recuperación sostenible de la pandemia mediante la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. 2021 fue declarado por la Asamblea General de la ONU como el Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas.
02 de febrero de 2021. (ONU)– Los ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe adoptaron este martes un innovador plan regional que contiene diez acciones para promover la restauración de los ecosistemas terrestres, marinos y costeros en esta década.
El Plan de Acción del Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas se acordó durante el Foro de Ministros del Programa de la ONU para el Medio Ambiente en la región como parte de una decisión para prevenir futuras pandemias y acelerar la recuperación sostenible en la región mediante la conservación, la restauración y el uso sostenible de la biodiversidad y los ecosistemas.
El esfuerzo voluntario único en su tipo, destinado a revertir los efectos actuales de la degradación, así como los que podrían surgir en el futuro, está vinculado con el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030, una iniciativa global para prevenir, detener y revertir la pérdida de ecosistemas en todo el mundo.
El Decenio, que fue presentado originalmente por el Gobierno de El Salvador, está liderado por el PNUMA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
América Latina y el Caribe es una región particularmente rica en términos de biodiversidad, con siete de los países más biodiversos del mundo. A pesar de que 24,2% de sus áreas terrestres y 17,5% de sus áreas marinas están protegidas, muchos ecosistemas se han degradado significativamente, lo que amenaza el bienestar de las personas, el potencial de adaptación de los países al cambio climático y, en última instancia, la viabilidad de un futuro sostenible.
“La salud de los ecosistemas es la base de un desarrollo sostenible. Con la adopción de este Plan de Acción, los países de América Latina y el Caribe contarán con condiciones mejores y mecanismos de cooperación más efectivos para recuperar sus ecosistemas, frenar la pérdida de biodiversidad y avanzar regionalmente hacia la visión de 2050 de vivir en armonía con la naturaleza”, dijo Leo Heileman, director regional del PNUMA en América Latina y el Caribe.
¿Cómo se restauran los ecosistemas?
La restauración de los ecosistemas abarca una amplia gama de actividades que contribuyen a proteger aquellos intactos y reparar los que ya están degradados. Tales actividades incluyen, por ejemplo, mejorar el carbono orgánico en los suelos agrícolas, aumentar las poblaciones de peces en las zonas sobreexplotadas, remediar sitios contaminados, restaurar los procesos ecológicos y la biodiversidad y conservar la fauna y la flora que puedan ayudar en los procesos de restauración.
“A escala mundial, los beneficios económicos de las intervenciones de restauración son hasta diez veces mayores que el monto de las inversiones necesarias. Por otro lado, la inacción puede ser hasta tres veces más costosa”, dijo Leo Heileman.
Los pasos a seguir
El Plan de Acción se basa en mecanismos de cooperación y plantea diez acciones, organizadas en tres vías a seguir:
- Un movimiento regional, que se logrará mediante la concientización pública, la visibilización de los defensores de la restauración de los ecosistemas y la introducción de la restauración de los ecosistemas a las escuelas
- El compromiso político, que se buscará mediante la creación de liderazgo en la restauración de los ecosistemas, el desarrollo de una estrategia de financiamiento innovadora y la promoción de diálogos regionales de alto nivel
- Capacidad técnica, que se desarrollará mediante la inversión en investigación científica a largo plazo, un mayor acceso al conocimiento, la promoción de la colaboración y la formación de profesionales en materia de restauración de ecosistemas
La visión general es que, para 2030, los países de América Latina y el Caribe hayan avanzado significativamente en la definición de políticas y planes y en la implementación de proyectos para restaurar los ecosistemas marinos, terrestres y de aguas continentales a una escala lo suficientemente relevante como para revertir los efectos negativos de la degradación