- ¿La industria salmonera que opera en Chile continúa usando antifúngicos cancerígenos en sus procesos productivos?
- La historia del uso del químico Verde de Malaquita en la producción de salmón en Chile es larga, pero gracias a la gestión de la ciudadanía organizada se obtuvo su prohibición de uso en la producción acuícola.
- Pero todo indica que las empresas continúan violando la Ley Sanitaria y poniendo en riesgo la salud de los consumidores internacionales.
Moscú, 08 de marzo del 2021. (Ecocéanos News)– La Autoridad Sanitaria Rusa (Rosselkhoznadzor) continúa manteniendo su bloqueo a las exportaciones de salmones de cultivo provenientes de plantas de proceso de propiedad de las transnacionales noruega Mowi,- ubicadas en Puerto Chacabuco-, región de Aysén, y de la japonesa Cermaq/Mitsubishi, ubicada en el Camino Chinquihue-, región de Los Lagos.
Esta restricción también se extiende a los frigoríficos de las empresas de capital chileno Cardonal y Sea Flavors, propiedad de Salmones Aysén; Tomé de Salmones Camanchaca, y Talcahuano de Blumar.
La exportación de salmones como tema diplomático bilateral
A pesar del respaldo permanente entregado por el Sernapesca y la embajada de Chile en Rusia a los intereses de las seis empresas salmoneras afectadas por las restricciones sanitarias de la Unión Económica Euroasiática, estas prohibiciones temporales no han sido levantadas.
Ante ello, el organismo fiscalizador gubernamental chileno continúa mediando ante Rosselkhoznadzor para que sean dejadas sin efecto las restricciones sanitarias, para lo cual está intentando acordar alternativas de inspección, tales como las denominadas “inspecciones remotas” a las plantas de proceso y frigoríficos en las regiones de Los Lagos y Aysén.
El “Malaquita Gate”: ¿Continúa la industria salmonera exportadora utilizando antifúngicos cancerígenos en sus procesos productivos?
La drástica medida sanitaria de las autoridades veterinarias rusas se sustentan en las “no conformidades” detectadas durante la auditoría realizada a las plantas salmoneras en Chile por las autoridades rusas en noviembre del 2019, así como las observaciones realizadas al sistema de fiscalización del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca).
Entre las denominadas “no conformidades” encontradas por el Servicio Veterinario de la Federación Rusa, destacan los hallazgos de químicos prohibidos tales como verde de malaquita y cristal violeta.
La larga historia de las denuncias del empleo de antifúngicos cancerígenos en las producciones chilenas de salmón
El verde malaquita es una sustancia mutagénica y cancerígena utilizada para el control de hongos en los peces de cultivo. Se le reconocen efectos nocivos para la salud humana a nivel digestivo y ocular, y efectos cancerígenos en el caso de largas exposiciones. Por estas razones su empleo ha sido prohibido en la mayoría de los países productores e importadores de salmón de cultivo.
En Chile la historia del uso del químico Verde de Malaquita en la producción de salmón es larga, pero gracias a la gestión de la ciudadanía organizada se obtuvo su prohibición de uso en la producción acuícola.
A comienzos del 2000, las organizaciones ciudadanas encabezadas por el Centro Ecoceanos iniciaron una amplia campaña de denuncias que implicaron una serie de incautaciones de productos de salmón contaminado en los mercados internacionales, obteniéndose finalmente la prohibición del empleo de verde de malaquita en Chile mediante la Resolución Nº 1235 del Ministerio de salud del 31 de diciembre del 2003
Los casos de mayor repercusión publica nacional e internacional ocurrieron en noviembre del 2020 y marzo de 2003 en el mercado inglés, donde se detectaron partidas de salmón con trazas de «verde malaquita» en cargamentos de la empresa MultiExport y de la Sociedad Jiménez y Gutiérrez y Cía. Ltda.
En junio del 2003 los sistemas sanitarios holandeses decomisaron en el puerto de Rotterdam tres contenedores con 180 toneladas de salmón procesado provenientes de Chile con residuos de verde malaquita, los cuales después de maniobras dilatorias, fueron vendidos en una oscura transacción a Estonia, un mes antes que este país ingresara a la Unión Europea.
En agosto del 2003 un cargamento de 20 ton. de salmón congelado contaminado con verde malaquita fue devuelto a Chile desde Holanda.
El 2007, en el mercado de Taiwán fue detectada la presencia de verde malaquita en media tonelada de salmón proveniente de Chile, según lo publicado por The China Post.
El 2005, el Comité de Residuos Veterinarios del Reino Unido señaló su preocupación debido a la sospecha que el prohibido fungicida cristal violeta pudiese estar siendo utilizado por la industria salmonera como un sustituto del verde de malaquita, por lo que dio inicio a su programa de muestreo de este químico prohibido en Europa, Estados Unidos y Japón
El resultado fue la detección en diciembre del 2006 de una partida de brochetas de salmón de la marca Findus contaminada con cristal violeta, la cual había sido procesada en Thailandia a partir de materia prima proveniente de las empresas AquaChile y Marine Harvest en Chile.
En marzo del 2007, Sernapesca incorporó el control de cristal violeta, y de su metabolito leuco cristal violeta en el Programa de Control de Residuos de Medicamentos y Sustancias Prohibidas.
Posteriormente, la administración norteamericana a través de la FDA, adoptó en julio 2013 la medida de suspender todo envío de producto fresco producido por la empresa Marine Harvest Chile, al detectar en un contenedor con 18 toneladas de salmón congelado la presencia de cristal violeta, químico que estaba prohibido tanto en Estados Unidos cómo en Chile.
Impacto económico del uso de químicos prohibidos en salmón exportado al mercado de la Federación Rusa
Según la Aduana de Chile, en enero de 2021 se exportaron 5.398 toneladas de salmónidos al mercado de la Federación Rusa, el cual es el cuarto en importancia para esta industria exportadora con base en Chile, obteniendo 22 millones de dólares en retornos.
Estas cifras señalan una caída del 24% en los volúmenes de envío y de un 42,4% en el valor de las remesas, al ser comparada con las 7103 toneladas, y los 38,2 millones de dólares registrados en plena pandemia de Covid-19 de enero del 2020.