La organización ecologista Greenpeace difundió imágenes de la fauna marina como ballenas, chungungos y animales submarinos que se encuentran en el norte de Chile. Esto con el objetivo de mostrar la belleza de los mares de Chile que está amenazada por lo que han llamado «la pandemia del plástico». La contaminación plástica, argumentan desde Greenpeace «es una de las problemáticas medioambientales más graves que enfrenta hoy la humanidad y su consumo exacerbado ha provocado que los ecosistemas marinos se vean cada vez más alterados y perjudicados».
El índice de especies afectadas por el plástico es alarmante. Se estima que 9 de 10 aves marinas y más de la mitad de las especies de ballenas y delfines han ingerido plástico.
Según datos de la organización ambientalista, más de 8 millones de toneladas de plásticos llegan a los océanos cada año. Además, el 80% de los residuos proviene desde tierra firme, mientras que el 20% restante tiene que ver con la actividad marítima. «La contaminación provocada por el microplástico en áreas remotas indica claramente que una forma importante de evitar que el plástico siga invadiendo el medioambiente es reducir su consumo en el origen, porque no podemos saber cuál será su destino final una vez usado. Para graficar el problema es como si cada minuto un camión repleto de plásticos se arrojase a todos los océanos del mundo», agregó la vocera de Chile sin plásticos en Greenpeace.
Greenpeace ha realizado distintas acciones para denunciar el sobreconsumo de plásticos en Chile. Hoy www.chilesinplasticos.cl ya han recolectado más de 95 mil firmas y la convocatoria es a firmar para hacer presión y buscar alternativas al uso innecesario de plásticos de un solo uso. «Necesitamos llegar a las 100 mil personas que adhieran con su firma a la petición para que seamos una masa crítica que pueda ir a los supermercados y comerciales para solicitar que ofrezcan a los consumidores nuevas materias para envolver y empaquetar los productos», señalaron en la organización.
«Somos parte de la problemática ocasionada por el consumismo, porque carecemos de la información necesaria para ser capaces de sopesar los impactos que nuestros hábitos tienen en el medioambiente. El consumo de plásticos, en los envases de alimentos, los empaques del delivery, las botellas, cubiertos, vasos; todos plásticos de «un solo y mal uso» que ocupamos pocos minutos pero que en la tierra quedan por años», Soledad Acuña, vocera del movimiento Chile sin Plásticos.
Los plásticos desechados que llegan a los vertederos o a cualquier ambiente natural, con el tiempo son degradados a partículas mucho más pequeñas, llamadas microplásticos (cualquier tipo de plástico que tenga menos de 5mm de tamaño). Son tan livianos como para moverse con los vientos hasta llegar a los mares. Su ingesta o inhalación tiene efectos nocivos en los seres vivos. Estos microplásticos acumulan toxinas que se trasladan a distintos ecosistemas, explican desde Greenpeace.
«Las cifras hablan por sí solas. El uso medio de una bolsa de plástico es de 15 minutos mientras que tarda cientos de años en degradarse y así pasa con casi todos los productos de un solo uso, como envases, botellas o bombillas. No sólo es cuestión de reutilizar y reciclar, sino de reducir su consumo y buscar alternativas», enfatiza Soledad Acuña desde Greenpeace.
El llamado es a firmar en www.chilesinplasticos.cl y llegar a las 100 mil firmas para ejercer presión y exigir alternativas y respuestas concretas de parte de las corporaciones.
La organización ecologista Greenpeace difundió imágenes de la fauna marina como ballenas, chungungos y animales submarinos que se encuentran en el norte de Chile. Esto con el objetivo de mostrar la belleza de los mares de Chile que está amenazada por lo que han llamado «la pandemia del plástico». La contaminación plástica, argumentan desde Greenpeace «es una de las problemáticas medioambientales más graves que enfrenta hoy la humanidad y su consumo exacerbado ha provocado que los ecosistemas marinos se vean cada vez más alterados y perjudicados».
El índice de especies afectadas por el plástico es alarmante. Se estima que 9 de 10 aves marinas y más de la mitad de las especies de ballenas y delfines han ingerido plástico.
Según datos de la organización ambientalista, más de 8 millones de toneladas métricas de plásticos llegan a los océanos cada año. Además, el 80% de los residuos proviene desde tierra firme, mientras que el 20% restante tiene que ver con la actividad marítima. «La contaminación provocada por el microplástico en áreas remotas indica claramente que una forma importante de evitar que el plástico siga invadiendo el medioambiente es reducir su consumo en el origen, porque no podemos saber cuál será su destino final una vez usado. Para graficar el problema es como si cada minuto un camión repleto de plásticos se arrojase a todos los océanos del mundo», agregó la vocera de Chile sin plásticos en Greenpeace.
Greenpeace ha realizado distintas acciones para denunciar el sobreconsumo de plásticos en Chile. Hoy www.chilesinplasticos.cl ya han recolectado más de 95 mil firmas y la convocatoria es a firmar para hacer presión y buscar alternativas al uso innecesario de plásticos de un solo uso. «Necesitamos llegar a las 100 mil personas que adhieran con su firma a la petición para que seamos una masa crítica que pueda ir a los supermercados y comerciales para solicitar que ofrezcan a los consumidores nuevas materias para envolver y empaquetar los productos», señalaron en la organización.
«Somos parte de la problemática ocasionada por el consumismo, porque carecemos de la información necesaria para ser capaces de sopesar los impactos que nuestros hábitos tienen en el medioambiente. El consumo de plásticos, en los envases de alimentos, los empaques del delivery, las botellas, cubiertos, vasos; todos plásticos de «un solo y mal uso» que ocupamos pocos minutos pero que en la tierra quedan por años». Soledad Acuña , vocera del movimiento Chile sin Plásticos.
Los plásticos desechados que llegan a los vertederos o a cualquier ambiente natural, con el tiempo son degradados a partículas mucho más pequeñas, llamadas microplásticos (cualquier tipo de plástico que tenga menos de 5mm de tamaño). Son tan livianos como para moverse con los vientos hasta llegar a los mares. Su ingesta o inhalación tiene efectos nocivos en los seres vivos. Estos microplásticos acumulan toxinas que se trasladan a distintos ecosistemas, explican desde Greenpeace.
«Las cifras hablan por sí solas. El uso medio de una bolsa de plástico es de 15 minutos mientras que tarda cientos de años en degradarse y así pasa con casi todos los productos de un solo uso, como envases, botellas o bombillas. No sólo es cuestión de reutilizar y reciclar, sino de reducir su consumo y buscar alternativas», enfatiza Soledad Acuña desde Greenpeace.
El llamado es a firmar en www.chilesinplasticos.cl y llegar a las 100 mil firmas para ejercer presión y exigir alternativas y respuestas concretas de parte de las corporaciones.
Cada persona utiliza un promedio de 51 kilos de plástico por año
En Chile se producen hasta 25 mil toneladas de desechos plásticos (equivalentes a envoltorios de golosinas y dulces, botellas de bebidas, bombillas, etc.)
La mayoría de los residuos plásticos termina en vertederos y rellenos sanitarios legales e ilegales