31 - enero - 2025

Warnken parece añorar la calma que da la metralla. Por JuanGuillermo Tejeda

hay un caballo escultórico con un general, ambos en bronce, muy resistidos en la plaza Italia: ahora van ‘a retirar’ –dicen– lo que queda, que es la base, quizá no se pueda retirar sino a trozos ya que está construida en hormigón.
eso implica trasladar los restos del ‘soldado desconocido’, un muchacho de pueblo al que en su momento nuestras autoridades cívico militares mandaron a morir al norte.
la violencia sorprende a Warnken, que desde ‘El Mercurio’ le echa la culpa de los saqueos no a Yasna, sino a Atria: intelectuales de whisky que no han leído a Jorge Millas e intoxican a la juventud.
el estado es quien tiene el monopolio jurídico de la violencia, postuló Max Weber, y eso lo sabía o intuía el hijo del general Leigh: pilotando un Hawker Hunter propiedad del estado bombardeó inolvidablemente el palacio de la Moneda que quedó envuelto en llamas, humeante y destruido. Lo restauraron después, pero ya no fue lo mismo, hay algo asqueroso y repelente en su substancia.
a Allende se le fue de las manos el monopolio jurídico de la violencia, como se le ha ido yendo a Piñera. Allende asumió su responsabilidad de modo trágico y se quitó la vida. Piñera no asume ni una cosa y sigue con sus propios monopolios.
los ejércitos y las policías han perdido en todo el mundo, no sólo en Chile, el monopolio jurídico de ametrallar a la multitud y dejar tirados en la calle los cuerpos sangrantes, y así la gente se calmaba mucho. Warnken y otros, sin decirlo del todo, parecen añorar ese tipo de calma.
hoy con los celulares, las redes sociales y los derechos humanos nadie quiere aparecer en Instagram ametrallando a estudiantes o pobladores por echar abajo a un milico de bronce, o incendiar una iglesia, o saquear un supermercado.
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