17 - septiembre - 2024

La estrategia de hidrógeno verde en Chile y el lado sucio del negocio exportador de energía

Para el desarrollo del hidrógeno verde en Chile, el gobierno de Sebastián Piñera se ha aliado con empresas denunciadas en diversos países como causantes de graves afectaciones sociales y ambientales. Dentro de estas destaca McKinsey & Company, la consultora transnacional de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde de Piñera, compañía vinculada al negocio de las emisiones de carbono y otras falsas soluciones, además de apoyo a gobiernos autoritarios y causas de corrupción. Ante este lado oscuro de la estrategia de hidrógeno verde, es necesario que el nuevo gobierno no siga su inercia y, a nivel más general, que se comprometa a una agenda abierta al debate del conjunto de la población para discutir una transición energética que no sea a costa de los territorios.

Los grandes ausentes en la elaboración de esta estrategia para el avasallador negocio de la energía verde en Chile son justamente las miles de personas afectadas por los numerosos proyectos que se han ido instalando estas últimas tres décadas. A nivel nacional, la “Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde” tiene sus bases en los planes “Energía 2050”, lanzado en 2015 por el gobierno de Michelle Bachelet [30], y “Transición Energética de Chile”, publicado en octubre de 2021 por la administración de Sebastián Piñera [31], hechos igualmente a la medida del negocio financiero de las transnacionales del rubro y donde la participación ciudadana ha pasado a ser sólo un publicitado simulacro.

A diferencia de la estrategia del hidrógeno verde, los planes de política energética nacional han sido asesorados por Consensus Building Institute (CBI), consultora estadounidense que presta servicios al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Fondo Monetario Internacional (FMI), Chevron, Shell, Departamento de Estado de EEUU, USAID, Banco Mundial y su Corporación Financiera Internacional (IFC, en inglés), entre otros [32].

Precisamente la IFC del Banco Mundial y el BID participaron en el financiamiento de la hidroeléctrica Alto Maipo de AES Corporation, cuyos propietarios reales son empresas financieras mundiales, entre las que destacan BlackRock, The Vanguard Group Inc, Capital Group, State Street Global Advisors, FMR LLC y Capital International Investors [33]. Directores de BlackRock, como Sandra Boss, Geraldine Buckingham, Salim Ramji y Mark Wiedman, han sido socios o consultores de McKinsey & Company.

A causa de los proyectos de energía impulsados por estos planes de negocio exportador, son demasiadas las víctimas de la contaminación, abusos y represión. Ni siquiera ha habido justicia para quienes se opusieron a estos proyectos en sus territorios y que fueron quedando en el camino, como Nicolasa Quintreman y Macarena Valdés.

Ya es tiempo que la ciudadanía chilena pueda participar efectivamente en la propuesta y formulación de políticas, como la energética, en favor del conjunto de la población y para impedir que todo el país se convierta en una zona de sacrificio.

Ante las irregularidades para imponer una estrategía de alcance nacional donde el Estado está comprometiendo cuantiosos recursos y considerando las expectativas generadas, parece recomendable que el nuevo gobierno al menos revise o haga una auditoria a los distintos aspectos de la Estrategia Nacional de H2V, y no siga la inercia que ha encabezado el gobierno de Piñera.

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