Trabajo investigativo dio cuenta de la influencia de ciertos organismos en la variabilidad de especies que habitan en zonas específicas, realzando la importancia de comprender este tipo de refugios naturales.
Valdivia, 08 de febrero de 2022- (IDEAL)– Dentro de los ecosistemas presentes en el planeta, existe un sinnúmero de especies que cumplen funciones, manteniendo diversos procesos ecológicos en el área en que existen. En el caso de la ecología marina, aún se estudia el efecto que tienen algunos organismos clave en la diversidad de ciertas zonas, influenciando en el hábitat y desarrollo de miles de subespecies dependientes.
Generalmente, las investigaciones de este tipo estaban enfocadas en la diversidad alfa (variación de especies a nivel local, sitios específicos) y diversidad gamma (a nivel regional). No obstante, un factor importante a considerar en la actualidad es la diversidad beta, parámetro que relaciona a las anteriores y que mide el cambio en la composición de especies en el espacio, siendo un atributo importante de las comunidades, ya que influyen en su multifuncionalidad, productividad y resiliencia.
Un estudio liderado por Dr. Ricardo Scrosati, del Departamento de Biología de la St. Francis Xavier University (Canadá), quiso analizar cómo influyen los llamados doseles (o techos) de macroalgas intermareales en la variabilidad que presentan ciertos ecosistemas, particularmente la diversidad beta.
“Este tipo de macroalgas son especies que cambian las condiciones ambientales de una zona y las vuelven más estables, como un tejado. Esto hace que dentro de estos sistemas exista menos variabilidad biológica y, por lo tanto, una menor diversidad beta”, explicó el Dr. Nelson Valdivia, científico del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y co-autor del estudio.
La investigación realizada en Nova Scotia (Canadá) utilizó como parámetro la macroalga Ascophyllum nodosum, o también llamada alga de roca. Mediante dos tratamientos (cobertura total de este dosel y su eliminación), se hizo el cálculo entre cuadrantes cercanos entre sí, utilizando datos de abundancia de especies. En ambos casos, hubo una disminución significativa de la diversidad beta al interior de estos verdaderos “bosques”.
A pesar de ser una investigación realizada en el hemisferio norte del planeta, el Dr. Valdivia plantea que en la Patagonia también existen organismos con similares características y que podrían influir en la diversidad beta, como el caso del alga Macrocystis pyrifera, o más conocida como huiro.
Este tipo de macroalgas limitan la variación térmica durante las mareas bajas, una consideración importante debido a los cambios atmosféricos que influyen en la composición de ciertas especies.
“Estos doseles de macroalgas son como un oasis, homogeneizando las condiciones ambientales de ciertos lugares y permitiendo la vida de otras especies que no podrían habitar en aquellas áreas, como organismos que son ultrasensibles al calor”, comentó el también académico del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas (ICML) de la UACh.
La investigación, publicada en la revista científica Botanica Marina, plantea la importancia de estudiar los doseles de macroalgas con el fin de mejorar la preservación de estos oasis marinos.