¡OLCA va por el apruebo!
Desde el inicio del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales nuestro trabajo ha estado en poner al centro a las comunidades que, en un contexto de asimetría, resisten a proyectos de inversión que se instalan en sus territorios, convirtiendo a muchos de estos en territorios en sacrificio a merced de la explotación de la Naturaleza. Es en este quehacer que hace años hemos identificado como una de las causas de esta conflictividad la Constitución heredada de la dictadura cívico-militar y respaldada por los Gobiernos que la continuaron, que no solo cuenta con un problema de legitimidad, sino que al estar en su base el Estado subsidiario, el mercado como único elemento a considerar en la toma de las decisiones del poder político, la negación de los derechos sociales y, por cierto, de la Naturaleza, ha dejado a las comunidades a la deriva, relegadas y sometidas a la destrucción de los territorios.
Es por eso que desde hace años venimos pujando, como parte del movimiento socioambiental, la necesidad de construir una nueva Constitución, que ponga al centro las vidas y necesidades de las comunidades humanas y de la Naturaleza, pero que también responda a la urgencia del momento que vivimos a raíz de la crisis climática y ecológica en la que nos encontramos, que tiene en sus bases la explotación de las personas y la Naturaleza para la acumulación de unos pocos.
Vimos con optimismo la Revuelta Social iniciada en octubre de 2019, pues nos encontramos y de forma colectiva manifestamos el cansancio por tanto abuso, como también nos dolimos con los ojos y las vidas quitadas por los agentes del Estado. Fuimos cautos de la reconducción de ese malestar en el Acuerdo por la paz y nueva Constitución, pero reconocimos en la Convención Constitucional una oportunidad de cambio, pues tenemos claridad respecto del costo que ha tenido para nosotras/os la instalación y trabajo de un órgano democrático como este que, a pesar de los límites del poder constituido, cumplió con su trabajo.
Hoy, con una propuesta de nueva Constitución en las manos, vemos que la lucha de años en el ámbito socioambiental sí se ve reflejada en el texto, como también vemos con alegría las posibilidades de cambio con el reconocimiento del principio de interdependencia de la Naturaleza, que sienta las bases para el reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza que recorre todo el texto; así como el quiebre con la lógica de privatización y mercantilización de la vida; con el reconocimiento de un amplio catálogo de derechos sociales y el reconocimiento del agua como un elemento esencial para la vida, su declaración como derecho humano y bien común natural inapropiable. Vemos cambios en materia de ordenamiento territorial, límites a la minería, protección de la biodiversidad, cambios en la institucionalidad, entre muchos otros temas relevantes.
Nuestra lucha fue por una nueva Constitución que reconociera la plurinacionalidad, atendiendo el derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios, que diera paso a las demandas del movimiento feminista y que reconociera a la Naturaleza como sujeta de derechos, cambiando las lógicas de cómo nos relacionamos con esta, entendiéndonos como parte de ella. Esta lucha está en la propuesta de nueva Constitución y lo reconocemos como un logro.
Así también, reconocemos cómo el viejo orden, aquellos que pactaron la vuelta a la democracia, hoy ven con miedo los resultados del plebiscito, pues se acomodaron en los privilegios que les aseguraba aquello que prometían cambiar. Hoy confunden hablando de una tercera vía, tergiversando y falseando información, pues lo que más les importa -sus bolsillo- corren peligro con el término de la herencia dictatorial.
Nuestro llamado es claro: ¡Aprobemos el nuevo texto constitucional el 4 de septiembre! Defendamos esta herramienta que nos permitirá avanzar hacia los cambios que necesitamos y estemos dispuestas/os a defender la implementación del nuevo texto ¡Sigamos corriendo el cerco!
Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA