Es la estrategia del partido insignia del modelo neoliberal. Colarse en los espacios para frenar los cambios necesarios.
Por: Patricio Segura Ortiz, Periodista. psegura@gmail.com
13 de marzo de 2023
En la Comisión de Medio Ambiente, Cambio Climático y Bienes Nacionales del Senado se reinició la semana pasada la discusión de la Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Tras casi una década desde que iniciara su tramitación, en esta instancia se revisarán los cambios que introdujeron los diputados al proyecto que originalmente aprobara la Cámara Alta. De continuar las diferencias, se constituirá una Comisión Mixta.
En la sesión de la semana pasada, participaron sus cinco integrantes: Paulina Núñez (RN), Juan Ignacio Latorre (RD), Isabel Allende (PS), José Miguel Durana e Iván Moreira (ambos UDI). Y en ella se planteó la posibilidad de recibir en audiencia a distintos actores interesados en el proyecto.
Casualmente, los dos representantes de la UDI expresaron con vehemencia el interés en que se abra el período de audiencias.
Por lo trabajadores, dijeron en primera instancia. Pero a poco andar emergió el objetivo final de tanto interés en la participación:
«Creo que si están pidiendo en audiencia los salmoneros, que son uno de los perjudicados con algunas determinaciones, tienen todo el derecho de venir» dijo en la ocasión Moreira. Y agregó «sobre todo cuando estamos hablando de una industria a la cual se pretende eliminar, en el tema de las áreas protegidas».
Previamente Durana había dicho que era necesario que los legisladores tuvieran la oportunidad de escuchar «la opinión de quienes son incumbentes de lo que va a conocer este proyecto, en especial el sector privado».
Es así como la Unión Demócrata Independiente, una vez más, recurre a la estrategia de ocupar espacios que, en el fondo, no son parte de su leit motiv, para aplazar los cambios fundamentales.
Primero, porque este proyecto es para avanzar en mayor resguardo de las áreas protegidas. No busca cómo ayudar a desmantelarla o mantener la situación de intervención por parte de la salmonicultura, como ocurre hoy. Y, segundo, ésta es la Comisión de Medio Ambiente, Cambio Climático y Bienes Nacionales, no la de economía, fomento productivo o fast track para inversiones.
Incluso a Iván Moreira, el famoso senador del raspado de la olla, no se le movió una ceja al pedir audiencia para una industria que atenta contra el patrimonio común. El parlamentario que ha legislado a favor de los empresarios, formalizado por financiamiento ilegal de la política. Y sólo sobreseído porque llegó a un acuerdo de multa.
Es la estrategia del partido insignia del modelo neoliberal. Colarse en los espacios para frenar los cambios necesarios.
Por eso, cuando hablamos de cómo está Chile, lo claro es que un buen ejemplo de la corrupción que nos embarga es que Iván Moreira siga en el Senado, abogando por los intereses del gran empresariado, como si nada hubiera pasado.