Para zafar de la fuerzas, nostalgias o en trabas emocionales y colocar al país en la senda de un renovado optimismo, es necesario que un liderazgo nacional fortalezca sus raices y que redefina la identidad nacional para una nueva época de desarrollo con una visión excepcional.
Menuda tarea para un líder.
En teoría, se trata de relevar el liderazgo del presidente Boric. Al inicio, al llegar al gobierno, su capital político base era frágil, su entorno tenía más ganas que talento, no tenía numerosos seguidores y su experiencia en las relaciones internacionales era nula.
Inicialmente, se fortalece dentro del gobierno la vigilancia fiscal con la llamada «maniobra correctiva» que significa una férrea lucha contra los corruptos dentro del gobierno. Una sociedad es incorruptible cuando se crean hábitos incorruptibles. Se impone el convencimiento que la transparencia y la publicidad es la mejor y más efectiva forma de control de los recursos públicos. Al interior del gobierno de Boric aumenta el convencimiento de que, si es preciso, se debe gobernar aún sin los partidos corruptos, de ser necesario. Y de castigar duramente con la expulsión del gobierno a los cuadros infectados por la corrupción. El parlamentarismo de facto ha generado, además, un sistema institucional altamente corrupto.
La evaluación dentro del gobierno es que, además, de ser necesario, se gobernará con los mejores, sean o no militantes de los partidos que apoyan al gobierno.
Esta tendencia fortalece el liderazgo del presidente Boric, como un líder honesto y de caracter, gestor con sentido práctico correcto, que se mueve dentro de lo inevitable y de lo posible, con capacidad didactica y creativa para comunicar los objetivos.
La tendencia fortalece, además, la idea de salir de las estupidas rigideces ideológicas y abrirse a la diplomacia empática para encontrar puentes con personas fuera del gobierno y generar acuerdos sólidos a mediano plazo.
La caída de la acusación constitucional contra el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila en la Cámara de Diputadas y Diputados hoy martes, fortaleció aún más el diseño de esta nueva visión dentro del gobierno.
Dentro del gobierno están convencidos que se trata, en primera instancia, de aislar a las tribus endémicas e irrazonables de espíritu faccioso que instigan a cualquier precio una crisis o el descarrilamiento institucional. El acoso de las fantasías de los llamados «derrumbistas», o los «teóricos del colapso», Casandras dignas de su infamia que alimentan tribus soberbias y exacerban sus tristes emociones tribales.