La expansión de la salmonicultura industrial chilena, una amenaza creciente para los mamíferos marinos
La expansión en las áreas marinas por la mega industria salmonera en casi dos mil kilómetros lineales de costa en el sur de Chile, generan acumulativos procesos de contaminación química y orgánica, así como destrucción de áreas críticas para las diversas especies de mamíferos marinos.
Después de la minería, la salmonicultura industrial es la segunda actividad más relevante de la economía chilena, con cerca de 1,400 concesiones en el sur del país, distribuidas entre 41ºS hasta 54ºS. El país es el segundo productor mundial de salmónidos después de Noruega. Entre 1990 y 2020, esta mega industria ha incrementado sus volúmenes de producción en 3.600%, debido a una agresiva y poco regulada estrategia de expansión territorial en áreas costeras de la Patagonia chilena, incluyendo áreas marinas protegidas.
Producto de esta ocupación industrial de casi dos mil kilómetros lineales de costa, se han generado acumulativos procesos de contaminación orgánica y química. A esto se suma la destrucción de estas áreas vulnerables debido al uso de infraestructura asociada a la actividad acuícola intensiva, como la instalación de balsas-jaula, pontones, puertos, muelles flotantes, terminales de abastecimiento de combustible, anclajes, cabos de fondeo, boyas y redes para repeler lobos marinos comunes. Estas y otras estructuras convierten estas zonas en verdaderas trampas mortales para delfines, ballenas y otros mamíferos marinos. De manera similar, el aumento del transporte marítimo asociado a la salmonicultura no sólo afecta las rutas migratorias y patrones de movimiento de los cetáceos, sino que incrementa una de las mayores amenazas para estos mamíferos marinos como es la colisión con embarcaciones.
Así lo afirma el reporte del taller de expertos de ballena franca austral realizado en 2022 por la CBI en el marco del Plan de Conservación y Manejo. Éste destaca que la degradación del hábitat, la contaminación química y el aumento del transporte naviero asociado a la salmonicultura son amenazas emergentes y graves para la conservación y recuperación de la población remanente de ballena franca austral presente en aguas chilenas.
Por ello, la proyección del Ministerio de Economía de incrementar las producciones chilenas de salmónidos a 1,2 millones de toneladas anuales, principalmente en las regiones de Aysén y Magallanes significará un incremento sustancial en los diversos impactos de esta industria sobre especies en peligro de extinción que habitan ese maritorio patagónico, como la ballena franca de Chile y Perú.
Pesca, salmonicultura intensiva y ballenas: implicancias para el Acta de Protección de Mamíferos Marinos de EEUU
En 2016 el gobierno de Estados Unidos dictaminó, bajo el Acta de Protección de Mamíferos Marinos, que los países pesqueros que exportan productos al mercado norteamericano deben cumplir con los estándares de protección de ese país para estas especies. A partir de 2024, el Estado chileno deberá acreditar que sus producciones pesqueras y acuícolas exportadas a EEUU no causan daño a las especies de pinnípedos, fócidos, mustélidos y cetáceos presentes en aguas chilenas.
Actualmente, existen 46 producciones pesqueras y tres de salmónidos provenientes de aguas chilenas que están clasificadas por la Agencia Norteamericana de los Océanos y la Atmósfera (NOAA) de EEUU en la categoría de “export” (exportación). A partir del 1ro de enero del 2024, el gobierno chileno y las empresas involucradas deberán demostrar a los consumidores, el mercado y autoridades norteamericanas que sus estándares ambientales y productivos no constituyen una amenaza para los mamíferos marinos presentes en sus áreas de operaciones.
Sin embargo, el número de ejemplares de mamíferos marinos muertos en general, y de ballenas franca austral en particular, que mueren en artes de pesca y por interacción con actividades de salmonicultura industrial constituye una verdadera “lista roja” que refleja la gravedad del problema. Por ello resulta evidente la urgencia de avanzar en el mejoramiento de los estándares de ambas industrias, tanto para cumplir con los requerimientos del gobierno de EEUU para evitar sanciones comerciales a las exportaciones pesqueras chilenas, como para cumplir con los objetivos de conservación establecidos en la ley que creó el santuario de ballenas de Chile.