Cobros abusivos en el valor de los arriendos y subarriendos, excesos en solicitudes como avales y contratos de trabajo, entre otras condiciones, serán analizadas el próximo 26 de septiembre en el seminario “Reducción de Riesgo de Desastre en Asentamientos Informales en Chile”, organizado por CITRID, Facultad de Arquitectura y Urbanismo FAU, Departamento de Geografía de la Universidad de Chile y Techo.
Los asentamientos informales o campamentos en Chile reflejan la diversidad de problemas socioambientales que enfrentan los grupos más vulnerables dentro del país. Según el Catastro Nacional de Campamentos 2022-2023, realizado por Fundación Techo-Chile, existen 1.290 campamentos con 113.887 hogares establecidos en ellos.
Estas cifras demuestran la consolidación de un mercado del arriendo y subarriendo marcado por el abuso en el cobro de precios de acceso, obligando a muchas familias a tener que vivir en un campamento como única alternativa residencial posible. “Muchas familias están habitando en campamentos, algunos de los cuáles están expuestos a múltiples amenazas. Incluso, el Plan de Emergencia Habitacional del MINVU está evaluando qué campamentos pueden radicarse dentro los actuales lugares de residencia y cuáles son necesarios de erradicar”.
Esta es la visión de la Doctora en Geografía de la Facultad de Arquitectura e investigadora del Programa de Reducción de Riesgos y Desastres CITRID de la Universidad de Chile Yasna Contreras Gatica, respecto de la crisis habitacional y territorial por la que atraviesa el país. “Los campamentos responden a la demanda de muchas familias que esperaron años para poder acceder a un subsidio familiar, como también, lo autogestionan muchas mujeres afrodescendientes, castigadas y racializadas por el mercado de la vivienda formal”, dice.
Al respecto, agrega que tenemos un gran desafío país y que tiene que ver con “pensar en la diversidad de campamentos que existen, ya que muchos son producidos por mujeres jefas de hogar”, una situación que “nos interpela a pensar cómo reducimos el riesgo de desastre para no exponerlas a más vulnerabilidades en sus vidas”, precisa la profesora asociada al Departamento de Geografía de la Universidad de Chile y que formará parte del panel de expertos a cargo del seminario “Reducción de Riesgo de Desastre en Asentamientos Informales en Chile”, organizado por CITRID, Facultad de Arquitectura y Urbanismo FAU, Departamento de Geografía de la Universidad de Chile y Techo el próximo 26 de septiembre.
Campamentos en zonas de riesgo
Según un estudio publicado por el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres de la Universidad de Chile CIGIDEN, “los campamentos se configuran como espacios fuertemente expuestos por amenazas naturales, que concentran población vulnerable y las políticas públicas tienen un margen de acción limitado, posicionándose en un alto margen de riesgo de desastres”.
Sin embargo, como explica la geógrafa de la Universidad de Chile Yasna Contreras, existen varias familias que se encuentran sobreexpuestas a otros riesgos menos observados por la autoridad. “Varios campamentos están sobre suelo salino, como en Alto Hospicio, sobre antiguos basurales como Cerrillos y Calama; muchos se encuentran alejados de lugares de trabajo, centros de salud y educación”, señala en relación con otros factores sociales y ambientales esenciales para el desarrollo de la vida. “Tenemos que decirle a la autoridad que no construya otros riesgos para las familias. Tenemos que evitar que las familias que viven en campamentos sean trasladadas de un riesgo a otro. Eso me preocupa, y también me exige como CITRID pensar diferentes diseños de vivienda para demandas residenciales distintas”.
Otro punto de riesgo para campamentos son las zonas de exposición a aluviones, como ocurrió en Antofagasta el 18 de junio de 1991. Desde entonces el Ministerio de Obras Públicas MOP ha construido, por ejemplo, diques de contención para evitar episodios lamentables como el mencionado; pero además de medidas como ésta, también es necesario ser responsables, apunta Yasna Contreras para “no culpar a los campamentos como productores de riesgos”. Más bien, agrega que un efecto positivo de la presencia de asentamientos informales es que permiten “visibilizar la desigualdad que hay en cuanto a ocupación de territorios en Chile”.