En un artículo científico la experta en Ecología y Parasitología Dra. Sara M. Rodríguez, académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), reveló el hallazgo de una nueva especie de parásito, Profilicollis rancoensis, que reside en la pancora de agua dulce, Aegla abtao, en Chile. Esta importante investigación fue publicada en la prestigiosa revista francesa especializada en parasitología “Parasite Journal”.
El trabajo, que comenzó en julio del año pasado (2022) como parte de un proyecto dirigido por el Dr. Pablo Fierro de la Universidad Austral de Chile, tuvo como objetivo identificar componentes del sistema digestivo de cangrejos de agua dulce para análisis isotópicos. En el proceso, la Dra. Sara M. Rodríguez encontró este nuevo parásito, que pertenece al grupo de los acantocéfalos, su especialidad.
La académica de forma inmediata se puso en contacto con el renombrado experto mundial en acantocéfalos, Dr. Omar M. Amin, quien tras analizar las fotografías, confirmó que se trataba de una especie no documentada previamente en la zona. Esta revelación impulsó una exhaustiva investigación multidisciplinaria que incluyó análisis morfológicos, morfométricos, genéticos, así como estudios con rayos X y químicos del parásito, con el fin de demostrar su singularidad como especie.
»Uno de los aspectos más destacados de este descubrimiento es la especificidad del parásito con respecto a sus hospedadores intermediarios, principalmente los cangrejos del género Aegla. Mientras se presume que los cangrejos de la especie Aegla abtao de la cuenca de Ranco son los principales portadores, no se descarta la posibilidad de que otras especies de Aegla que residen en otras cuencas, también puedan estar involucradas en el ciclo de vida de este parásito», comentó la experta.
En cuanto a los hospedadores definitivos, actualmente es un tema de estudio. »Se cree que las aves, específicamente las gaviotas dominicanas o los cormoranes yecos, podrían ser parte del ciclo de vida de este parásito y por lo tanto, desempeñarían un papel crucial en la transmisión del parásito en estos ecosistemas. El ave libera los huevos del parásito a través de sus excrementos, que luego son consumidos por los cangrejos, dando continuidad al ciclo de vida del parásito’’, según palabras de la académica.
Desde el punto de vista ecológico, existen algunas teorías que se están barajando. Por una parte diversos estudios han demostrado que la alta carga parasitaria del género Profilicollis en diversas especies de gaviotas y mamíferos marinos, tienen un impacto en la salud de estos animales, debilitando su sistema inmunológico y potencialmente aumentando su vulnerabilidad ante otras amenazas. “Lo que no sabemos es el impacto que puede tener una alta carga parasitaria de esta nueva especie de parásito en las pancoras y eventualmente en las aves, que son sus hospedadores definitivos”, concluyó
El siguiente desafío para los investigadores es identificar cuál de las especies de gaviotas o cormoranes locales actúan como hospedador definitivo de Profilicollis rancoensis. Este descubrimiento no solo amplía el conocimiento sobre los complejos sistemas parasitarios, sino que también destaca la importancia de la conservación de los ecosistemas acuáticos y continuar estudiándolos.
Este hallazgo no solo enriquece el entendimiento sobre los ecosistemas acuáticos chilenos, sino que también resalta la necesidad de continuar explorando y preservando la rica biodiversidad que estos albergan. El trabajo de la Dra. Rodríguez y el Dr. Fierro es un testimonio de la importancia de trabajar colaborativamente entre colegas y universidades, y así potenciar estos fascinantes descubrimientos que aguardan los rincones menos explorados del planeta.