Después de más de tres meses encarcelado por proteger a las ballenas de la caza japonesa, Paul Watson nos recuerda que su lucha no es un delito, sino un acto de defensa. «Durante 50 años, he dedicado mi vida a la oposición no violenta contra las actividades ilegales que explotan la vida y la diversidad de los océanos».
Carta de Paul Watson al presidente de Francia Emmanuel Macron
Octubre, 2024
Señor presidente,
Deseo expresarle mi gratitud por su apoyo y el de tantos ciudadanos franceses. Francia es muy querida para mí. Mi esposa y yo nos casamos en París, en el 4to distrito y, en 2015, y mi familia y yo hemos hecho de Francia nuestro hogar.
Como defensor de la conservación marina, siempre he tenido un profundo respeto y admiración por el largo legado de Francia en materia de protección marina, desde los escritos de Julio Verne hasta las increíbles realizaciones educativas del capitán Jacques Cousteau, que he tenido el privilegio de conocer en numerosas ocasiones a lo largo de los años.
Con esta carta deseo humilde y respetuosamente solicitar asilo político en Francia.
Durante 50 años, he dedicado mi vida a la oposición no violenta contra las actividades ilegales que explotan la vida y la diversidad de los océanos.
Francia posee el segundo espacio marítimo del mundo. A lo largo de los años, he visitado dos veces la base francesa en la Antártica y tres veces las islas Kerguelen en el Océano Austral. En estos dos lugares, pude observar sólidos esfuerzos de conservación que me hicieron sentir orgulloso de las iniciativas científicas y medioambientales dirigidas por Francia.
También estoy orgulloso del apoyo que ha recibido la creación de Sea Shepherd Francia que bajo la dirección de Lamya Essemlali se ha convertido en la entidad más eficaz de Sea Shepherd en el mundo.
Japón me persigue no por un verdadero crimen. No he hecho daño a ninguna persona ni he dañado ningún bien. Sin embargo, mi programa de televisión Whale Wars causó mucha molestia en Japón al revelar la ilegalidad de sus operaciones de caza furtiva en el santuario de ballenas del Océano Austral.
La motivación de Japón es política y no judicial. Creo que hay muchas pruebas que lo demuestran muy claramente. En 2014, las operaciones ilegales de Japón fueron condenadas por la Corte Internacional de Justicia. Espero sinceramente poder volver a casa y reunirme con mi familia en Francia lo antes posible.
Respetuosamente, Capitán Paul Watson