Chile Blackout, una crisis Nacional. Por Arquitecto Marco Muñoz Ortiz.

Arquitecto Marco Muñoz Ortiz.
Santiago de Chile ‐ Marzo 2025.

El 25 de Febrero de este año, a las 15 horas 16 minutos, Chile se vió afectado por un apagón que abarcó desde la Región de Arica a Los lagos. 14 de 16 Regiones del País. Afectando al 98,5% de la Población. Más de 19 Millones de personas sin electricidad.
Un evento que dejó en manifiesto 3 elementos importantes que debemos tomar en cuenta.
Primero, la fragilidad en la distribución energética.
Segundo, quedó en evidencia que la Regionalización no es más que un juego de administración Política, que no cumple con su misión esencial, que es la autonomía y autosuficiencia de los territorios.
Y tercero, reflotó el debate de cuáles deben ser los bienes de administración pública y cuáles pueden ser derivados y administrados por el sector privado.
Para contextualizar, Chile posee una línea de transmisión que recorre todo el país, un eje Norte Sur, que desde él se deriva hacia los territorios para su uso.
Paradojalmente, son los distintos territorios que aportan de electricidad al sistema central, a partir de las diferentes fuentes energéticas que poseen.
Eólica, Solar, Centrales de Paso, Mareomotriz entre otras más contaminantes.
Siendo un ejemplo más del abuso sobre los débiles en favor de los más fuertes.
Existiendo territorios que generan una gran cantidad de aporte al sistema, con un pequeño uso y Viceversa.
Entendiendo el país como un todo con distintas realidades, es necesario. Pero hoy, es tiempo de corregir el método. Antes de hacer el aporte al sistema central, se debe generar la autonomía de distribución para cada territorio.
No puede ser que en pleno Siglo 21, al colapsar o fallar el sistema en un punto X, este afecte a todo el país.
Es un tema de logística e inversión que se debe corregir.
Y aquí entramos en el punto 2. La crisis e inexistencia de una Regionalización efectiva. Que permita la autonomía y autosuficiencia de nuestros territorios.
Siendo la electricidad un servicio de primera necesidad, el Blackout Nacional, dejó en manifiesto, que la Regionalización es inexistente en temas operativos.
Sino sólo un juego especulativo de Administración del Poder. Que junto con no generar las condiciones de autosuficiencia en los servicios básicos, de Luz, Agua, Alcantarillado, tampoco cumple con los servicios, de segunda y tercera categoría y menos con los elementos esenciales que debiesen tener nuestras Regiones. Universidades, Hospitales, Centros Urbanos, Espacios de Ocio, Fuentes laborales, Viviendas dignas. Parques Públicos, etc… Entornos y cualidades acordes a la realidad de las ciudades contemporáneas en pleno Siglo 21.
Un tema que debiese corregirse, generando incentivos y beneficios a los inversores (nacionales e internacionales) para que prefieran invertir en lugares que hoy se encuentran en desmedro, con el objeto de nivelar nuestros territorios, desconcentrando la inversión y generando un espacio de oportunidades diversas para los habitantes de cada territorio.
Y aquí, llegamos al tercer punto. Cuáles debieran ser los bienes de administración Pública y cuales pueden derivarse al sector privado, fomentando la competencia, la libertad de inversión e injerencia en igualdad de todos quienes desean invertir.
Los bienes estratégicos que no deben entregarse en su totalidad al sistema privado. Son los esenciales para nuestra autonomía como Nación y autosuficiencia económica. Siendo estos, nuestros servicios básicos (generación y distribución) , recursos naturales (Extracción y comercialización) e Infraestructura que contemple el desplazamiento de personas, bienes y servicios. (Puertos, Carreteras y Aeropuertos)
Deben recuperarse y debe existir un 51% los capitales antes mencionados en manos del Estado, para que este pueda injerir, corregir y proponer cómo, dónde y cuándo se generan las inversiones y no tan sólo actuar como garante o en la solucionática en los momentos de crisis.
Para eso tendremos que tener entes de carrera, que tengan las competencias académicas, éticas y profesionales para cada puesto de trabajo. Donde sea el Mérito quien determine la elección para cada uno de los que compongan este cuerpo colegiado diverso, Donde de manera estratégica, sin colores políticos, se decida lo mejor para nuestro País, respecto a su autonomía económica y autosuficiencia de cada territorio.
El blackout ya terminó, pero esa oscuridad permitió que viéramos donde podemos encontrar las luces necesarias para construir un mejor país. Ver los errores realizados por la inexperiencia o por la imposición. Y entre todos, sin exclusiones. Hacer de Chile un País Desarrollado. Donde todos se sientan y sean parte, con sus diferentes particularidades y espacios para hacer de cada uno de nuestros territorios el sostén que albergue las necesidades y capacidades de todos sus habitantes