El Movimiento San Pedro sin Salmoneras se mantiene firme en su lucha por la defensa de sus aguas y su biodiversidad, conscientes que la vida en el territorio está en peligro. Han logrado recientemente un primer triunfo judicial fruto del trabajo colectivo y la movilización social. El río San Pedro, una arteria vital para la gran cuenca del río Valdivia, destaca por su gran biodiversidad, peces nativos, asegurar la provisión de agua potable para las comunidades locales y por su rol en la cosmovisión mapuche.
Comuna de Los Lagos, Chile. 17 de marzo de 2025 (Ecoceanos News) – En un esfuerzo por preservar la pureza de sus aguas, las comunidades de Los Lagos, Valdivia y sus alrededores han puesto en marcha un activo movimiento de resistencia para oponerse a la instalación de una piscicultura de la empresa de capitales japoneses Salmones Antártica. Este proyecto, que cuenta con una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) vigente desde 2008, amenaza el río San Pedro, reconocido como el que presenta la mayor biodiversidad de peces nativos del país.
Desde que iniciaron las obras en 2016, menos del 5% del proyecto ha sido ejecutado, suscitando inquietudes sobre su viabilidad e impactos ambientales. Como respuesta a los altos riesgos de contaminación orgánica y química de las aguas del Wazalafkén, en noviembre de 2024 surgió el Movimiento Río San Pedro sin Salmoneras, el cual ha logrado atraer a aliados estratégicos en su lucha por proteger este ecosistema invaluable por su importancia ambiental, social y cultural.

Ornella De Pablo
Ornella De Pablo, abogada y vocera del movimiento, denunció que la legislación ambiental actual impide solicitar la caducidad de la RCA de 2008, a pesar de los drásticos cambios sociales y ambientales ocurridos en el área desde entonces. “Es inadmisible que siga vigente, considerando que en 2009 se estableció una comunidad a menos de cien metros del lugar donde se planea instalar la piscicultura”.
Las preocupaciones de las comunidades son múltiples y abarcan los devastadores impactos ambientales y sanitarios que podría provocar la industria salmonera. La empresa tiene derechos de aprovechamiento de aguas no consumptivas, lo que implica que pueden utilizar el agua del río para sus actividades y luego devolverlas al cauce «En ese río tomamos agua todas las personas. Esto no es solo un tema local, es una alerta de salud pública», advirtió De Pablo, quien menciona los peligros que suponen los residuos, antibióticos y químicos que se utilizarán.
A pesar de la reciente publicación de la Norma Secundaria de Calidad Ambiental del río Valdivia, que reconoce el río San Pedro como el tramo más prístino de la cuenca, la contradicción entre la normativa y el avance del proyecto salmonero es evidente. “Nuestro enfoque de desarrollo debe ser sustentable, pero nuestra legislación no está a la
altura”, enfatizó la abogada Ornella De Pablo en entrevista con Ecoceanos.
La salmonicultura no se alinea con el modelo de desarrollo que las comunidades proyectan para la región
La región de Los Lagos posee una larga la historia de resistencia a megaproyectos industriales. Durante 15 años la comunidad logró frenar la construcción de una central hidroeléctrica. En la actualidad ese mismo espíritu de lucha se ha reavivado contra los potenciales impactos de la industria salmonera. «Sospechamos que la salmonera estaba esperando a ver qué sucedía con el proyecto de Colbún y, de manera sigilosa, planeaban reactivar el proyecto», indicó un miembro del movimiento.
Mediante la ley de lobby y en medio de la desconfianza de la ciudadanía, la empresa Salmones Antártica obtuvo una reunión en la sala del Concejo Municipal de Los Lagos para presentar y promover su proyecto.
Fernanda Ochoa, vocera del movimiento, destacó que conocen a fondo los aspectos técnicos del proyecto y sus implicaciones. “Queremos que la información que se entregue sea veraz, sin minimizar los impactos que este tipo de proyectos tienen en los ecosistemas”, subrayó.
En entrevista con Ecoceanos, explicó que al movimiento le interesa que este proyecto no se lleve a cabo, así como cualquier otro de piscicultura, ya que es una actividad económica que no se alinea con el modelo de desarrollo que aspiran como región. “Deseamos que esta situación sirva como un punto de partida para que otros territorios que enfrentan desafíos similares al nuestro no se vean obligados a lidiar con la ejecución de un proyecto que claramente está obsoleto y carece de un proceso de revisión o adecuación a la normativa vigente”.
El impacto de la industria salmonera no solo afectaría a la comunidad, sino también al desarrollo turístico de la zona, -el que incluye deportes de aventura como el kayak y rafting-, así como emprendimientos gastronómicos y áreas recreativas.
Comunidades mapuche se movilizan por la protección del río y su cultura
Otra de las causas de la férrea oposición ciudadana es el hecho que el área donde se planean realizar las obras se encuentra a menos de 100 metros de una comunidad indígena que se estableció un año después de la aprobación del proyecto, por lo que no fue considerada en la evaluación de impacto ambiental.

Carlos Leal
Carlos Leal, presidente de la Comunidad Mapuche «Saturnino Leal Neiman», advirtió que la instalación de la piscicultura afectará el sustento diario, ya que dependen del agua del río para la agricultura. «Nos preocupa el futuro de nuestros hijos y nietos», aseguró Leal, quien menciona el impacto negativo que ha tenido la industria salmonera en otras regiones.
Las comunidades indígenas conocen de cerca los efectos negativos de la industria salmonera. “En Futrono, donde se instaló una piscicultura en el río Quimán, el lago Ranco y la bahía Puerto de la Rosa están contaminados. El agua ha perdido su claridad y las personas reportan problemas en la piel», relató a Ecoceanos Leal, quien también mencionó la experiencia de las balsas jaulas en Puente de la Junta, donde el agua antes cristalina ahora presenta un fondo oscuro.
El proyecto de piscicultura incluye la construcción de infraestructura que permitirá la producción de ovas, alevines y smolt, utilizando aguas del río San Pedro. Por ello planean captar 15 m³/s de agua, lo que genera serias preocupaciones sobre la contaminación que podría generar el uso de antibióticos, pesticidas y desechos.
Las comunidades han solicitado específicamente al Delegado Presidencial que convoque a la Comisión de Evaluación de Los Ríos para paralizar las obras, dada la obsolescencia de la RCA, que data de 2008. Además, piden agilizar la tramitación de la declaratoria de área protegida del río San Pedro y promover cambios legislativos que permitan una revisión más exhaustiva de proyectos aprobados hace más de una década.
La Corte de Apelaciones de Valdivia acogió parcialmente la solicitud de no innovar presentada por organizaciones ciudadanas y comunidades indígenas, suspendiendo los efectos del permiso de edificación otorgado por la Municipalidad de Los Lagos, región de Los Ríos, que autorizaba la construcción de la piscicultura en el río San Pedro. La medida judicial impide, por ahora, que la empresa Salmones Antártica continúe las obras vinculadas a dicho permiso de edificación municipal, cuyos trabajos sí se han detenido, marcando un primer avance en la defensa de este importante ecosistema.
A pesar de la acogida parcial del recurso de protección de parte de la Corte de Apelaciones, para el movimiento y las comunidades indígenas la lucha por el río San Pedro sigue en pie y se mantienen firmes, dispuestas a enfrentar cualquier amenaza que ponga en riesgo el medio ambiente y un futuro libre de contaminación.
Fotografías: Movimiento Río San Pedro sin Salmoneras