La institucionalidad regional ha hecho así prevalecer los derechos colectivos de la población local por sobre el derecho privado de un ente inescrupuloso, con un interés industrial que conlleva la contaminación irreversible de un cuerpo de agua que da vida a miles de seres vivos que forman parte de la riqueza de la biodiversidad de la costa de Mariquina.
Por: María Paz Villalobos Silva[1], Mehuin, marzo de 2025
Foto: Playa de Mehuin, octubre de 2024. Autora: María Paz Villalobos Silva
Las operaciones de la planta de celulosa Valdivia de Celco (forestal Arauco SA, perteneciente al conglomerado Angelini) pretenden la evacuación al mar de 90 toneladas diarias de residuos líquidos industriales altamente tóxicos. Dichas evacuaciones se proyectan al interior de la bahía Maiquillahue a través de un ducto que atravesaría las playas y balneario de Mehuin y el área de manejo Mehuin, sitio de resguardo del recurso principal macha (Mesodesma donacium). Con este fin, en 2009 la empresa inició tres trámites de solicitudes de concesiones marítimas, dos sobre el cuerpo de agua y una sobre la playa de Mehuin.
En la puesta en inicio de sus operaciones en 2004, las evacuaciones de la planta contaminaron de manera irreversible las aguas del santuario de la naturaleza Carlos Anwandter, primer sitio RAMSAR del país, diezmando su biodiversidad avifaunística. Este resultado ya se ha visto en lugares costeros, acabando con la biodiversidad y las actividades productivas en torno a la extracción y comercialización de productos del mar (Arauco, Ñuble, Constitución, entre otros). Se esperan los mismos resultados para una eventual evacuación a la Mar de Mehuin.
A partir del 2008, año de entrada en vigencia de la Ley N. 20.249, que crea el Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO), las comunidades mapuche lafkenche del borde costero de la comuna de Mariquina han reclamado sus derechos consuetudinarios a través del levantamiento de distintas solicitudes de espacios costeros marinos de pueblos originarios. Sus tramitaciones han seguido distintos caminos, desde modificaciones, rechazos, hasta su desistimiento en virtud de otras solicitudes. Dos de estas, la solicitud Mississippi, presentada en 2015 y la solicitud Mehuin, presentada en 2016; alcanzaron las fases finales de tramitación siendo aprobadas casi por unanimidad por la comisión regional de uso del borde costero de la región de Los Ríos, el 15 de noviembre de 2023 y el 10 de septiembre de 2024, respectivamente.
La aprobación de dichas solicitudes significa el reconocimiento de derechos consuetudinarios o ancestrales de estos pueblos sobre los territorios que habitan, lo que se corresponde al mandato emanado desde el Convenio 169 de la OIT. Esta aprobación implica la protección de las zonas costeras frente a diversas amenazas en pro del resguardo de los usos consuetudinarios o ancestrales que los pueblos originarios han realizado y realizan sobre sus costas y sus recursos. También implica el resguardo del maritorio para la conservación de la biodiversidad y el uso sustentable de los recursos allí disponibles.
La aprobación del espacio costero marino de pueblos originarios “Mehuin”, emplazado sobre las playas y terrenos de playa de Mehuin, dejó en entredicho la posibilidad de la aprobación de las solicitudes concesiones marítimas pretendidas por Celco. Esto responde a la sobreposición total que presenta una de estas solicitudes de concesiones sobre el espacio costero marino de pueblos originarios ya otorgado por la comisión regional, mientras que una segunda pretendida sobre el cuerpo de agua de la bahía también está en sobreposición con el área de manejo Mehuin.
Con fecha 28 de febrero del presente, el Ministerio de Defensa Nacional a través de la Resolución Ministerial Exenta N. 2047, en su Resuelvo 2°, ha denegado las dos solicitudes de concesiones marítimas que la empresa mantenía en tramitación desde 2009. Así, luego de casi 30 años de permanente hostigamiento, de la aplicación de diferentes mecanismos de violencia social sobre la comunidad local y de una presión inusitada mediante diversos actos de abierta mala fe sobre la institucionalidad ambiental regional y nacional, podemos decir finalmente y como venimos diciéndolo hace más de 25 años que “No hay espacio para Celco en la Mar de Mehuin”.
Con esto se cierra entonces un emblemático conflicto socio ambiental, el más largo en Chile y que viene azotando la realidad local y regional hace casi 30 años. En esta ocasión se cierra de manera justa para la comunidad local, en favor del derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, libre de la violencia social a que esta empresa ha expuesto a toda la región en busca de imponer su proyecto del ducto al mar. Pero también este conflicto se cierra en favor de la posibilidad del desarrollo de la vida al interior de las aguas de la Bahía Maiquillahue de la costa de la comuna Mariquina. Este lugar es de alta relevancia dado que alberga la reproducción y mantención del 35% de los recursos pesqueros que permiten el desarrollo de las diversas formas de la pesca artesanal ejercida por miles de pescadoras y pescadores artesanales a lo largo y ancho de las costas de la región de Los Ríos.
Aún más destacable resulta dar cuenta del reconocimiento de los derechos consuetudinarios o ancestrales que recaen exclusivamente sobre los pueblos originarios habitantes del borde costero. La institucionalidad regional ha hecho así prevalecer los derechos colectivos de la población local por sobre el derecho privado de un ente inescrupuloso, con un interés industrial que conlleva la contaminación irreversible de un cuerpo de agua que da vida a miles de seres vivos que forman parte de la riqueza de la biodiversidad de la costa de Mariquina.
[1] B.Sc. María Paz Villalobos-Silva, bióloga marina, asesora parte del Equipo Técnico Lafkenche Mariquina.