“Es un chiste de mal gusto que la Presidenta Michelle Bachelet, a través de su ministro Máximo Pacheco, convoque a la región a un proceso de participación ciudadana para definir el futuro energético de Aysén, con evaluación de cuencas incluida, escenarios energéticos, evaluaciones económicas y socioambientales, y por el lado tome una decisión sobre este mega proyecto” .
Aysén, 07 de enero de 2016.–“Tengo el agrado de convocar a usted a la primera sesión ordinaria del Comité de Ministros del año 2016”. Con esta frase consignada en el oficio número 160003 del 4 de enero de este año, el director ejecutivo del Servicio de Evaluación Ambiental Jorge Troncoso convocó para el lunes 18 de enero en Santiago al organismo colegiado para definir el futuro de la represa río Cuervo de Energía Austral. Por lo menos en lo que a su fase administrativa se refiere.
Ese día, instalados en el piso 9 del edificio del ministerio de Medio Ambiente en Santiago, los seis ministros citados (Medio Ambiente, Agricultura, Salud, Economía, Fomento y Turismo, Energía, y Minería) resolverán sobre las reclamaciones que ciudadanos y organizaciones de Aysén y del país interpusieron contra la resolución que aprobó en septiembre de 2013 el embalse de 13 mil hectáreas en las cercanías de Puerto Aysén, durante el gobierno de Sebastián Piñera. Estas contienen múltiples objeciones tanto procedimentales como de contenido.
Sobre el proceso reclaman que hubo autoridades que no se inhabilitaron teniendo conflictos de interés, otras que no cumplieron con su obligación de hacer observaciones, la no evaluación de la pertinencia de la consulta indígena, entre otros aspectos. En el fondo, algunas de sus denuncias apuntan a riesgos para la población por proyectarse la represa sobre la falla activa Liquiñe-Ofqui, estudios y evaluaciones requeridas que no fueron realizadas y que se relacionan, por ejemplo, con impactos en la biodiversidad marina, comunidades indígenas, turismo, bosques, humedales y ladesaparición bajo el embalse de dos de los más importantes y prístinos lagos de la región (de los pocos sin especies salmonídeas introducidas), el Yulton y el Meullín.
Quienes cuestionan el proyecto agregan un dato no menor. La incoherencia en que incurriría el gobierno al tomar una decisión sobre la central de más de 600 megawatts, la segunda de mayor envergadura luego del malogrado HidroAysén, cuando en paralelo el ministerio de Energía lleva adelante el proceso participativo de definición de la Política Energética Regional.
“Es un chiste de mal gusto que la Presidenta Michelle Bachelet, a través de su ministro Máximo Pacheco, convoque a la región a un proceso de participación ciudadana para definir el futuro energético de Aysén, con evaluación de cuencas incluida, escenarios energéticos, evaluaciones económicas y socioambientales, y por el lado tome una decisión sobre este mega proyecto” indicó Patricio Segura, presidente de la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén (Codesa) e integrante de la Comisión Regional de Desarrollo Energético.
Apuntó así al impacto que tendría la materialización de Cuervo en el futuro energético de la región. “Estamos en plena discusión de escenarios futuros, entre los cuales tres no contemplan interconexión con el resto del país, uno con las dos posibilidades y dos sin interconexión. La idea es evaluarlos. Entonces, decidir favorablemente sobre el proyecto de Energía Austral sería una incoherencia, significaría que el gobierno ya tomó una decisión sin esperar lo que discutamos y resolvamos en Aysén” puntualizó.
Recordó que si esta represa se aprueba sería la punta de lanza para la ofensiva de construcción de múltiples centrales hidroeléctricas de gran escala en la región. Energía Austral tiene otras dos en carpeta (Blanco y Cóndor), y a la espera hay varias que podrían querer usar su misma eventual instalación de transmisión (trazado que se desconoce ya que aún ni siquiera ingresa a evaluación), incluidas las hasta hoy rechazadas represas de Endesa y Colbún en los ríos Baker y el Pascua. En este sentido, aclaró que “si el gobierno quiere ser coherente y no seguir aportando a la desafección de la ciudadanía, debiera establecer una moratoria y no resolver sobre el proyecto o, en último caso, rechazarlo. Aprobarlo sería un golpe al compromiso de elaborar participativamente una Política Energética Regional, cuyos resultados debieran estar, según el cronograma gubernamental, en 2017”.
En este contexto, recordó que en la región existe ciudadanía organizada, tanto en cooperativas como a nivel comunitario, que está impulsando múltiples acciones vinculadas al fomento de las energías renovables no convencionales, generando alianzas a nivel nacional e internacional que apuntan hacia la autonomía energética “con generación limpia, equitativa y asequible, enfocada al desarrollo sustentable de Aysén, y que fue precisamente lo que se planteó mayoritariamente en los talleres que el propio gobierno llevó adelante. Generar impactos sociales no lo suficientemente evaluados, poner en peligro a la población por los riesgos geológicos, destruir lagos y ríos, e inundar miles de hectáreas de bosques y vegetación con tecnología obsoleta de una empresa trasnacional no es concordante con esta visión regional”.
De todas formas, indicó Segura, está claro que la discusión sobre el futuro de río Cuervo “no acabará con lo que decida el Comité de Ministros. Sea cual sea su resolución, este proceso avanzará hacia la judicialización y serán, en última instancia, los tribunales ambientales los que resolverán sobre esta irresponsable iniciativa en Aysén”.
