María Paz Morales es diseñadora de libros y está feliz. Esta año ha ganado varios fondos que le permitirán realizar sus proyectos editoriales. Desde pequeña, fomentada por su madre, María Paz ama a los libros bien hechos. María Paz tiene una opinión crítica del funcionamiento de la industria editorial, no le gusta el trato que tienen las editoriales con los autores, y cree en formas de trabajo colectivas, en donde la participación del autor es tan importante como el trabajo del editor en el proceso de transformar un manuscrito en libro. Últimamente ella ha diseñado los libros Diario de una modelo en pelotas de Camila Castelblanco, y Tomas Tranströmer. Placas de la Poesía de Omar Pérez Santiago.
Lee la entrevista a María Paz Morales:
¿Dónde comenzó tu relación con los libros y el diseño?
Uff, qué pregunta…
Siempre tuve y amé los libros. Mi madre me fomentó la lectura desde muy pequeña e incluso recuerdo una vez que me inscribió en un concurso de dibujo en su pega (como a los 3-4 años) en donde el premio era Blancanieves y los siete enanitos en tapa dura, ilustrado full color, una maravilla de libro que era inasequible en aquella época. Resulta que me lo gané, fue mi primer gran libro y esa emoción que sentí cuando recibí mi premio, la siento cada vez que voy a una librería y encuentro un libro-tesoro que me gusta mucho.
Pasar de ser lectora, a ser diseñadora de libros fue un proceso largo pero muy natural. Todo partió cuando entré a estudiar Licenciatura en Artes visuales en la Chile, ya que en esa Escuela nunca hay recursos para nada, por lo tanto no te queda otra más que autogestionarte y aprender a trabajar en precarias condiciones, cosa que agradezco hasta el infinito. Esto hizo que cuando exponíamos con mis compañeros, nosotros enmarcábamos, montábamos, tomábamos las fotos, hacíamos el cóctel, la publicidad y también los catálogos. Para lograr hacer todo, armábamos equipos de trabajo, en donde yo siempre terminaba en el área gráfica de armado de catálogo y papelería.
Cuando terminé la carrera tenía 22 años, me sentía una cabra chica y además no me sentía cómoda en el ambiente del arte así que decidí irme a vivir a Italia. Lo vendí todo y además tenía unas lucas guardadas de hace años. Me puse a estudiar italiano y me compré un pasaje. Como medio de presión para quedarme –me imagino– mi papá me ofreció pagarme otra carrera universitaria acá en Chile. Lo dude un rato y después acepté su ofrecimiento. Me fui de viaje igualmente, solo que en vez de ir a vivir, recorrí lo que quise hasta que gasté el ultimo peso de mi tarjeta, eso fue a los siete meses de viaje. Volví con varios libros más para mi biblioteca y con muchos nervios de entrar de nuevo a la Universidad.
Decidí estudiar diseño gráfico ya que era una carrera vinculada al arte, la cual tenía muchas áreas para desarrollar la creatividad, sin embargo no tenía idea que área me gustaría más.
No pasó ni un año y la tipografía me cautivó. La ilustración me resultaba fácil y además me entretenía armar relaciones tipográficas con imágenes, me resultó muy cómodo. Era evidente que el diseño editorial era lo mío.
¿Qué es Dudo Ediciones?
Bueno, Dudo ediciones es la editorial que armamos con mi pareja Felipe, en octubre del 2015. Esta nació como una crítica hacia al funcionamiento de la industria editorial, no nos gusta el trato que tienen las editoriales con los autores, creemos en formas de trabajo colectivas, en donde la participación del autor es tan importante como el trabajo del editor en el proceso de transformar un manuscrito en libro.
No nos parece que los libros se vendan tan caros y que a los autores se les pague solo el 10% del PVP (precio de venta al público) creo que eso es una estafa.
A esto se suma la falta de valoración que existe hacia los diseñadores editoriales, siempre su rol está subordinado a otros profesionales que poco y nada saben sobre visualidad y comunicación, lo que finalmente se traduce en libros «Tres F»: fomes, feos y fríos.
Todo lo anterior terminó por gatillar la necesidad de hacer libros «Tres B»: buenos, bonitos y baratos. Yo como artista y diseñadora, y Felipe como impresor, comenzamos a plantear la idea de reivindicar el libro como un objeto de arte, en donde el diseño le aporte al contenido, convirtiendo la publicación no solo en un objeto hermoso, sino que también en una gran experiencia para el lector.
¿Qué tal la experiencia de publicar “Diario de una modelo en pelotas» de Camila Castelblanco?
Increíble.
Este fue el tercer titulo de la editorial, el primero en trabajar con autor, por lo tanto fue un hito importante en donde aprendimos mucho y también nos cargamos de energía, ya que por un lado está la satisfacción de la autora que nos enorgullece, y por otro la aceptación de los lectores que nos sorprende. Creo que este libro es un lujo, una pieza editorial muy cuidada en donde la relación de tipografía e imagen es armónica y sensible, lo que transforma la lectura en una atmósfera muy particular, propia de la personalidad de Camila.
¿Es la primera vez que ganas un fondo del libro?
No, el primero que gané fue el 2013, una investigación sobre la vida y obra del pintor Rodrigo Vega, la cual culminó en un libro publicado por la editorial Ocholibros. Yo pienso que este fondo fue el más importante y el principal motivo para que al año siguiente volviera a ganar otro, pero en la modalidad de becas y pasantías, el cual me permitió financiar el Magister en edición, en donde actualmente me desempeño como ayudante en el ramo de diseño editorial.
¿En qué consisten los proyectos que vas a realizar?
La verdad que este año estoy muy contenta ya que me adjudiqué los tres proyectos que postulé. El primero fue una Ventanilla abierta, fondo que nos permitió –como Dudo ediciones– viajar a México y participar en las jornadas profesionales de Fil Guadalajara (la Feria del libro más grande de habla hispana) y además visitar la segunda versión de Folia, Feria del libro de artista. ¡Fue una tremenda experiencia! de hecho estamos con algunas negociaciones con una editorial colombiana y otra mexicana.
El segundo fondo corresponde a la modalidad de apoyo a emprendimiento.
En este primer semestre funcionando con la editorial, nos dimos cuenta que necesitamos con urgencia herramientas de trabajo que disminuyan los tiempos de producción, ya que sino será imposible mantener precios tan baratos. Por esto decidimos comprar una impresora y ampliar nuestro espacio de trabajo. El fondo del libro nos ayudará con lo primero y nuestra autogestión con lo segundo.
Por último, el tercer fondo adjudicado corresponde a una investigación sobre el funcionamiento de la industria editorial. Esta terminará en la publicación de una guía la cual proporcionará claves básicas para familiarizarse con los distintos sectores de la industria, entregando al autor (aficionado y/o profesional) valiosa información que permitirá la creación de publicaciones de calidad, donde formato y contenido se correspondan. Será un gran apoyo para los autores, quienes lamentablemente no siempre son los protagonistas de la historia.