¿Con la rápida producción que ha realizado Franzen en la última década, él o sus editores publicaran la gran novela estadounidense de temas actuales?… Me parece que no, porque casi todos su personajes son boludos… no son malos-malos-malos, como en la realidad actual. Es el realismo limpiecito, moralcito de las series de televisión. Por algo ya el último James Bond, Daniel Craig, según el diario El País, será uno de los dos protagonistas de la novela de Franzen…
Por: Jorge del Carmen Ripper
Febrero de 2016
radiodelmar.cl
– ¿Pureza de Franzen está a medio camino de la gran novela estadounidense actual? pregunta una amiga…
– Le digo: Terminé de leer Pureza de Jonathan Franzen, su estilo continúa con una prosa fácil de leer y de presentar su escritura de realismo actual, reciente, calientito y local, vinculado a grandes hechos de la historia universal contemporánea de una manera televisiva y divertida. Y por supuesto sin despegarse de las familias estadounidenses y sus problemas de psicología social clasemediera, arribista y abajista, de estudiantes universitarios apoliticos y de la fugaz solución de multimillonarios o de ONGs gringas que han visitado todas las ciudades del mundo y que facilmente pueden terminar una novela, o cualquier final feliz de una película.
En «Purity», Franzen describe a casi todas las mujeres como ONWES… inseguras, histéricas, calculadoras, con un «cuero de chancho» de una cuarta de grosor que les sirve por décadas para aceptar ser golpeadas y golpear, mantener innecesariamente mucha culpa personal y culpas ajenas, culpas que las van apagando poco a poco. Y por sobre todo incapaces de aceptar ciertas cosas en un contexto de feminismo extremo y solitario, ya sea institucional, organizacional, de colectivos o simplemente personal. Y siempre con un padre o madre omnipresente, figura de la cual se ven observadas para bien o para mal.
Y a los hombres los presenta directamente como prácticos parásitos, soñadores, pero imbéciles, amantes del dinero y mamones a más no poder… asquerosos machos limpiecitos pero weones.
Malvados presenta a otros, pero no los toca. Esa es la moral de estas novelas. A los malos no los toca.
Después de pasearse por historias de hackers y su ya sabido relato de familias destrozadas con grandes mentiras de por medio, de periodistas y escritores de diarios masivos y de nuevos emprendimientos, de describir una pizca de algún millonario o millonaria gringa y de sus viajes a países de Sudamérica, Europa o Asia, (esta vez un lugar de Bolivia es el paraíso y Alemania de 1989 algo así como entre el cielo y el infierno terrenal), a Franzen le falta criticar. En definitiva queda como otro niño bueno de las letras estadounidenses.
El libro termina con el típico final feliz gringo. Un final un poco más elaborado que el rebuscado y aburrido final feliz de «Libertad». (Lee aquí sobre la novela Libertad). Un final feliz que deja pensando que la moral que describen la novelas de Franzen son para las chicas y chicos buenos de la televisión. Le falta agudeza y crítica a esa moral. Y por supuesto valentía.
A Franzen también le falta síntesis, como la de Gabriel García Marquez con los «20 capítulos perfectos» de 100 años de soledad y la del escritor italiano Alessandro Baricco y su genial novela Seda. Muchas historias destruyen, en una novela, una genial historia. Pero eso es cosa de Nobeles.
¿Con la gran y rápida producción que ha realizado Franzen en la última década, él o sus editores publicaran la gran novela estadounidense de temas actuales?… Me parece que no, porque casi todos su personajes son boludos… no son malos-malos-malos, como en la realidad actual.
Es el realismo limpiecito, moralcito de las series de televisión. Por algo ya el último James Bond, Daniel Craig, según el diario El País, será uno de los dos protagonistas de la novela de Franzen.
