Santiago de Chile, 11 de Noviembre 2011. (Radio del Mar). Cuando se ha tenido la oportunidad de salir de Chile y visitar otros países, se ha escuchado en diferentes lugares, comentarios sobre los cuerpos policiales locales. De unos se comenta su brutalidad, de otros su falta de contacto con la ciudadanía, de algunos se relata la desconfianza que se les tiene y por cierto, no faltan las historias de corrupción. En forma casi unánime, se tiene la tendencia de responder, que en Chile por suerte no es así. La ciudadanía en su gran mayoría, no ve a los Carabineros como sus enemigos y sabe que ante determinadas emergencias puede acudir y contar con ellos.
Por eso, es muy difícil de entender el actuar que este cuerpo policial tiene con quienes no están en la lista de los «poderosos» de este país, sobre todo si se tiene en consideración el origen social de sus miembros, que no está precisamente en la clase acomodada de la sociedad chilena.
Hay una clara diferencia cuando se vive en el sector oriente de Santiago y se concurre a una de sus comisarías, a cuando se es pobre y se vive la misma situación en el poniente. Desde el tono de voz, el tuteo despectivo e inmediato para unos, hasta la amabilidad para los otros y tiempos de espera, todo es diferente.
Por eso da rabia y produce una gran impotencia cuando se ve todo el tiempo que las bombas lacrimógenas, los carros lanzaagua, las fuerzas antimotines, siempre y sólo estan presentes al poniente de Plaza Italia.
Pero lo que es también casi escandaloso, como Carabineros se hace cómplice de un programa de farándula de Megavisión destinado a mostrar en forma cinematográfica y sensacionalista el éxito de sus procedimientos en la lucha contra el crimen, pero todos sin excepción con una característica común, ya que los allanamientos, droga confiscada, captura de traficantes y consumidores, tráfico de productos ilegales, personas en estado de ebriedad y cuanto delito pueda imaginarse, se produce en la zona poniente de Santiago y nunca en ninguna de sus emisiones que ya lleva largo tiempo, se ha mostrado algo que se realice de Plaza Italia hacia arriba.
No es fácil de entender ese odio de clase que tanto y tan claramente se manifiesta, como la innecesaria violencia y represión en momentos de expresiones democráticas, al igual que las diferentes formas de abuso de poder en hechos irrelevantes de la vida de los ciudadanos, pero mucho más difícil aún es entender que llevó a tal nivel de locura o irracionalidad a ese Carabinero que asesinó al comunero mapuche por la espalda. Estando en un procedimiento con responsables jerárquicos, uno podría preguntarse si ese acto criminal fue algo producto de un ser irracional o es parte de una formación que lleva a eliminar, aunque sea por la espalda, a quien se debe considerar enemigo de la patria por expresar un pensamiento diferente.*****FIN*****
