20 - noviembre - 2024

EL DERECHO A VIVIR EN FORMA DIGNA Y EN PAZ

Santiago de Chile, 14 de Diciembre de 2010. (Radio  del Mar). Si en algo se puede estar de acuerdo en este país, lo que no fácil, es que Chile ha cambiado y mucho en los últimos años. Nos encontramos inmersos en una sociedad que vive agitada, poco amistosa, competitiva y con un espíritu de egoismo, que va dejando huellas en las personas, que produce rabia en mucha gente, pero que también, y esto es lo más preocupante, está generando formas de violencia, que poco a poco se van haciendo visibles.

Ante todo,  se debe destacar en la primera línea de este clima al que nos estamos acostumbrando, a los medios de comunicación, que han elegido como línea editorial el privilegiar en forma morbosa todos los crímenes, accidentes truculentos y desgracias que suceden en el país, como si se debiera hacer de esas imágenes algo natural en la vida de las personas.

También y al margen  de lo expresado anteriormente por «Radio del Mar» sobre el actuar de los cuerpos policiales con su  actitud represiva y  actos de abuso de poder, el Estado no es ajeno a otros hechos en que los agentes del mismo tienen la total responsabilidad. La humillante situación vivida por miles y miles de compatriotas en estos días para postular a un subsidio habitacional, en que vimos a familias enteras con niños durmiendo a la intemperie y donde la única excusa fué decir que «todo se debió a un error  en la comunicación». No es ajeno  a este clima imperante la forma vergonzosa de  atención, a veces con resultado de muerte, de las personas de menores recursos que deben acudir a los servicios de urgencia de la Asistencia Pública, con un hacinamiento, maltrato y falta de preocupacion por las horas de espera, que no se puede desconocer. Denunciar esto no es aprovechamiento político, como querría explicar la germano-descendiente vocera de gobierno. Esta es la realidad cotidiana para quienes no tienen recursos.

Pero la violencia se expresa también de otras maneras, en los estadios donde reinan grupos de maleantes  protegidos y financiados por los señores accionistas de los clubes; en los colegios como nos muestra en forma limitada la televisión; en el hacinamiento de las cárceles; en sectores del centro de Santiago donde ya no  se puede circular en las noches y en la discriminación para entrar a determinados lugares si no se viste de acuerdo a determinados patrones.

Aunque es también necesario referirse a la otra violencia, que tiene que ver con lo social. El  ser discriminado por vivir en ciertos  barrios  a la hora  de postular a un trabajo; ser víctima de abuso de poder en el trabajo y no tener derecho a sindicalizarse para negociar un salario digno; el endeudamiento a que nos lleva el sistema y ser víctima de los abusos de bancos y tiendas; el estigma de estar en Dicom como si se fuera portador de una peste; no poder exigir una educación digna para nuestros hijos; la pobreza imperante en sectores rurales; la falta de reconocimiento  de derechos a los pueblos originarios y también un gran sentido de impotencia ante poderes imperantes que no dejan espacio para ninguna reivindicación. Todo esto es violencia aqui o donde sea y no se le puede llamar de otra manera.*****FIN*****

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