Santiago de Chile, 15 de diciembre de 2010. (Ecoceanos News)– La biblia señala que los discípulos alertaron a Jesús que se había reunido mucha gente a escuchar sus prédicas, y que los cinco panes y dos peces que poseían, no iban a alcanzar para todos. Entonces Jesús tomo dichos alimentos, los bendijo, los dividió y comenzó a repartirlos, alcanzando milagrosamente para todos . El evangelio señala: “entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente”.
Sin embargo, este texto cristiano ha sido mal interpretado, ya que muchos han entendido que el pan y los peces se multiplicaron. Lo que intenta decir la esencia del mensaje es que el pan y los peces fueron divididos, repartidos y distribuidos equitativamente, permitiendo que todos se alimentaran con el pan y los pescados de la equidad, de la buena distribución. Incluso, luego que todos entendieran el mensaje de fondo de Jesús, sobró alimento.
Más de dos mil años de ocurrido este hecho bíblico, y mientras las megacompañías de biotecnología presionan a gobiernos y organismos multilaterales para abrir los mercados a los vegetales y animales de consumo humano intervenidos genéticamente, el Estado Vaticano parece estar nuevamente mal interpretando la enseñanza de Jesús, y optar por la justificación de la necesidad de multiplicar la cantidad de los alimentos.
Esto se desprende del reporte titulado “Plantas transgénicas para la Seguridad Alimentaria en el Contexto del Desarrollo” , al que la Academia Pontificia de las Ciencias del Estado Vaticano habría dado el visto bueno y con esto estaría aprobando el uso de los organismos genéticamente modificados (OGM), al considerar que no existe peligro en el uso de ingeniería genética para mejorar los cultivos.
«No hay nada de intrínseco en el uso de la ingeniería genética para mejorar los cultivos, que haría peligrosas las plantas y los productos alimentarios de ellas derivados», señala el informe que recoge las conclusiones de unos 40 expertos que participaron en un seminario, realizado en mayo de 2009, pero que sólo fue publicado esta semana por la editorial europea especializada en ciencias, Elsevier, y reproducido por la revista ‘New Biotechnology’.
A pesar de lo anterior, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, negó que El Vaticano tenga una posición institucional favorable sobre los alimentos transgénicos. ‘La declaración no debe ser considerada como oficial de la Academia Pontificia de las Ciencias, que tiene 80 miembros, ya que la Academia, como tal, no fue consultada al respecto ni está en proyecto dicha consulta’, indicó Lombardi.
Las palabras de Lombardi, permiten volver a abrigar la esperanza de que Benedictus XVI interprete el ictus primigenio: el símbolo cristiano de la equidad, y no el símbolo de la transgenia multiplicadora de mercado.*****FIN*****
