Santiago de Chile, 12 de Enero de 2011. (Radio del Mar)– El Gobierno ha anunciado que enviará en las próximas semanas un proyecto de ley destinado a corregir determinada situaciones que se registran en el Sistema de Previsión de las Fuerzas Armadas y de Orden y poner fin a ciertos abusos que se han detectado. Este cuidadoso lenguaje para indicar el tremendo desfalco al interior de la Dirección de Previsión de Carabinneros (DIPRECA), y en la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (CAPREDENA), y que se ha producido desde siempre, es una forma de disimular la vergonzosa situación de privilegio en que se encuentran los imponentes de ese régimen previsional.
Los matrimonios y divorcios inventados una y otra vez, hijas con altísimos sueldos en empresas privadas y administración pública, con 50 o más años de edad que mantienen oficialmente su condición de «solteras» pese a ser abuelas para seguir recibiendo pensiones de un padre fallecido hace décadas, y servicios de salud explotados al máximo por parientes y cercanos, por citar algunos ejemplos, son pan de cada día.
Ojalá hubiera un debate transparente y general sobre esta situación de privilegio exclusiva para el mundo militar para que el país entero conozca la historia oculta de una de las desigualdades más aberrantes.
Cuando José Piñera, Ministro de Pinochet y hermano del Presidente Sebastián Piñera impuso por la fuerza la afiliación en 1981 al Sistema de AFP de todos los trabajadores que se incorporaran al mercado laboral, y se ejerció una brutal presión para que se cambiaran al nuevo sistema quienes se encontraban en las antiguas Cajas de Previsión, se formalizó la más grande estafa que se haya conocido en este país y que ha condenado a la pobreza a miles y miles de trabajadores. El cambio de un Sistema Solidario de Previsión a uno de la llamada Capitalización Individual ha tenido tal consecuencia en el monto de las pensiones que muchas personas no pueden dejar de trabajar al llegar a la edad legal para jubilar y deben seguir en activividad pues sus ingresos disminuyen drásticamente.
Pero nada de esto afectó a la Previsión de las Fuerzas Armadas y de Orden, pues fueron excluídos de la obligación de afiliarse a una AFP y continuaron con su régimen propio. Ojalá fuera por todos conocido que un hombre civil debe esperar hasta los 65 años para jubilar y una mujer hasta los 60 independiente de la cantidad de años que se haya trabajado, pero que si tiene la suerte de ser uniformado, con 20 años en la institución ya puede jubilar y que si estuvo en alguna de las Escuelas Matrices e ingresó alli a los 18, puede ser un pensionado sonriente a los 38 años de edad.
Por supuesto que su propio servicio de salud los acompañarán a ellos y los suyos en forma vitalicia y una pensión de sobrevivencia del 100% en caso de fallecimiento, que favorecerá no sólo a su viuda sino a todas las hijas solteras para el resto de sus vidas. Nada de esto va a cambiar en el Proyecto que el gobierno enviará al Parlamento, como si hubiera que resignarse y aceptar que estos privilegios seguirán existiendo. *****FIN*****