03 de febrero de 2011. (RSF)– La organización internacional Reporteros sin Fronteras manifestó este jueves «su indignación y condena terminantemente a la violencia cometida por los partidarios del presidente Moubarak, entre los que se habrían infiltrado policías vestidos de civil, contra varios periodistas de la BBC, de Al-Jazeera, de CNN, de Alarabiya y de ABC News, durante los enfrentamientos entre los manifestantes que piden la dimisión del presidente egipcio y sus partidarios, en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo».
“Este desencadenamiento de la violencia contra los profesionales de los medios de comunicación es verdaderamente indignante. Varios de ellos, que vinieron para cubrir los acontecimientos en Egipto, fueron atacados directamente por partidarios del jefe de Estado y por policías infiltrados. Los golpearon y les robaron su material”, declaró Jean-François Julliard, Secretario General de Reporteros sin Fronteras.
“Recordamos a todas las partes que los periodistas son observadores exteriores de los acontecimiento y que en ningún caso deben ser considerados como parte de un campo o de otro. Estas agresiones aparecen como tantos actos de venganza contra la prensa internacional, que mostró las manifestaciones que pedían la dimisión del presidente Moubarak. Estas agresiones también constituyen una manera de hacer callar a los periodistas y de amordazar la información”, continuó Jean-François Julliard.
“Pedimos a la comunidad internacional que reaccione con firmeza contra estos excesos. Recordamos al Estado egipcio sus responsabilidades respecto a la aplicación de la ley y al restablecimiento urgente de la seguridad para todos, incluida la de los profesionales de los medios de comunicación”.
Debido a la confusión que reinó durante esta jornada de movilización, aún es difícil hacer un recuento preciso de las exacciones contra la prensa. Según las primeras informaciones, Anderson Cooper de CNN, Jerome Boehm de la BBC y Lara Setrakian de ABC News fueron agredidos por partidarios del presidente Moubarak.
Algunos periodistas, que pidieron permanecer en el anonimato por miedo a represalias, atestiguaron sobre los incidentes: “desde que ven una cámara, se te echan encima”, relató un periodista agredido a pedradas durante las manifestaciones; otro, cuenta haber sido golpeado a patadas, le arrancaron la cámara de las manos.
