Santiago de Chile, 1 de Abril 2011. (Radio del Mar). Hace mucho tiempo que no se veía tanta expectación en los círculos políticos de gobierno, como la que se ha suscitado con el regreso al país de Pablo Longueira Senador de la UDI. Es cierto que el desorden en las filas de los partidos de la Alianza es total y que todo se ha visto agravado por la situación que afecta a la Intendenta del Bio Bío. Hasta para los observadores menos informados es posible darse cuenta de que la fraternidad ha desaparecido, que no existe ningún tipo de diálogo sobre temas de interés nacional y que ha quedado demostrado que no existe nadie con la autoridad política para «ordenar las filas», ni siquiera el Presidente de la República.
Es por eso que Longueira apenas desembarcado, criticó el desorden existente, expresando que nunca había pensado que podía llegarse a esta situación. Fué muy duro al criticar la falta de conducción política y apuntó sus dardos contra el gobierno de Piñera y a él como máximo reponsable, de que no hubiera un proyecto común con los partidos y a la falta absoluta de planificación política. Fué claro al criticar el personalismo de Piñera y no entender que el estar en el gobierno significa mucho más que hacer cosas, pues no puede gobernarse sin hacer política.
Los dirigentes de la UDI desean ahora, que Longueira asuma como Jefe de la Bancada de senadores, lo cual significaría una integración automática al comité político de los lunes. Pero esta idea no parece demasiado atrayente para el senador, que ha planteado que lo necesario es hacer primero cambios radicales para poder funcionar y no cree que exista esa disposición.
El gobierno está huérfano de conducción, proyecto y orientación política y pese a existir conciencia sobre eso, ya pasado más de un año no se ha podido encontrar una solución. La tan esperada y concretada incorporación de Evelyn Matthei y Andrés Allamand al gabinete fue una esperada solución que murió antes de implementarse, como lo demuestra su nula participación en los círculos de decisión y su desperfilamiento a nivel de imagen pública.
Todo hace pensar que la tarea para Longueira no será fácil, porque el problema tiene muchas aristas y un gran freno, que es el Presidente que no acepta críticas, con quien las relaciones no son las mejores y no será fácil que vuelvan a serlas.*****FIN*****