Santiago de Chile, 10 de Abril 2011. (Radio del Mar. Marcelo Cantelmi para Agencias desde Bengazi). Hace pocos días en uno de los edificios públicos de esta fortaleza rebelde, uno de los voceros más importantes del gobierno revolucionario, le intentaba explicar a un grupo de periodistas un poco escépticos cómo es esto de la guerra en el desierto. O más bien, cómo se la llama aquí, una route war , porque se guerrea por la ruta casi en las banquinas, a veces de acá hacia allá con los ojos hacia Trípoli, otras con los kadafistas en la nuca, de allá hacia Bengazi o lo que haya en el camino.
El vocero usaba algún ejemplo de la experiencia del Zorro del Desierto, y relataba que el mariscal Rommel también iba y venía ganando y perdiendo territorio y que eso, en el día al día, significaba más bien poco.
La historia pretendía intentar convencer que las malas noticias del frente de los últimos días podían ser más bien circunstancias esporádicas . Pero lo cierto es que en cuestión de muy poco tiempo, las tropas del dictador Muammar Kadafi echaron de tres ciudades a los rebeldes, y ayer ya merodeaban a una hora y media desde aquí. Y esto ya ha sucedido varias veces.
Si las brigadas del régimen no asaltan Bengazi es porque la OTAN no lo permitiría. Pero si los rebeldes no logran autonomía e iniciativa en el frente, incluso con la ayuda de los aviones de la Alianza, se debe a su tremenda indisciplina, que se combina con el embargo de armas que también rige para ellos y que les impide reemplazar sus viejos fusiles soviéticos y la artillería vetusta con la que salen a la guerra.
Aunque esta milicia desarrapada ha agregado veteranos en retiro del ejército que han vuelto a las filas, y a desertores de las Fuerzas Armadas libias que se pasaron al bando rebelde, las cosas siguen siendo un verdadero lío en el frente.
El enviado de The New York Times contaba una anécdota imperdible y elocuente. Un miliciano muy joven se adelanta en una batalla muy dura cerca del puerto petrolero de Brega. Tiene un lanza granadas y quiere darle a un objetivo que está definitivamente muy lejos del alcance de su artefacto. Un veterano con años de uniforme, le sugiere que no haga nada. El tira de todos modos.
El otro hombre se le acerca y le explica con buenos modos que con ese tipo de acciones lo único que hace es darle el dato al enemigo para que sepa donde disparar los morteros. Nada más. El jovencito se ofende, maldice y afirma: “¡Hace 37 días que tiro, nadie va a enseñarme lo que tengo que hacer!”.
Este barullo empeora por la información confusa que maneja la OTAN sobre el poderío rebelde. Un almirante inglés, Russel Harding, dijo ayer que no sabía que los revolucionarios tenían tanques, después de que sus aviones le dieron por error a una caravana de los antikadafistas.
“Tenemos 400 tanques”, aclaró el general Abdel Yunis a cargo de las fuerzas revolucionarias. Pero nadie vio nunca semejante poderío blindado. Y hay muchas dudas porque ni con la anécdota de Rommel se entiende entonces lo que pasa en el frente.
Una regla de la guerra dice que jamás hay que permitir que el enemigo al que se persigue termine copando la retaguardia. Y eso es lo que sucede siempre en el frente. Los rebeldes jamás custodian los flancos y los “kadafos”, como llaman aquí a los hombres del dictador, abren pinzas van por los costados y vuelven por atrás. Partido dominado.
“Intento dar algunas órdenes pero aquí cada uno hace lo que le da la gana. No hay jefes ni comando”, se quejaba un militar con rango y pelo blanco en el checkpoint de Ajdabiya. El enojo es porque la pérdida de terreno es un problema serio porque recuperar ese espacio resignado implica una movilización difícil y la posible pérdida de hombres en la batalla sobre todo si muchos van a ella con las armas sin balas como también ha ocurrido.
Kadafi informó que liberará a 4 periodistas
El gobierno de Muammar Kadafi reconoció que detuvo al fotógrafo español Manu Brabo y a otros tres periodistas que estaban cubriendo la guerra en Libia. Las autoridades explicaron que están siendo trasladados a Trípoli y prometieron liberarlos en las próximas horas.
Medios españoles habían mostrado su preocupación por la desaparición del reportero gráfico el martes pasado, cuando fue capturado por tropas de Kadafi en Brega. Junto a él fueron detenidos Clare Morgana Gillis, del sitio online TheAtlantic.com; James Foley, reportero independiente que colabora con GlobalPost.com, y Anton Hammerl, fotógrafo sudafricano.
La organización Human Rights Watch interviene en la negociación para lograr la liberación de los hombres de prensa. En los contactos que mantuvo con funcionarios libios le aseguraron que se encuentran bien y protegidos.*****FIN*****