Santiago de Chile, 6 de Septiembre 2011. (Radio del Mar. Fuente: Agencias). Argelia es la única república del norte de África cuyo sistema político sigue intacto y se resiste incluso a admitir los cambios en la vecina Libia. Aún no ha reconocido a su nueva autoridad, CNT, aunque su ministro de Exteriores, Mourad Medelci, dejó caer que no tardará en hacerlo.
¿Por qué recela Argelia de la nueva Libia? Tres razones explican esa desconfianza. «Somos muy susceptibles sobre la cuestión de la soberanía», recordaba Medelci a su paso por París la semana pasada. «El leitmotiv de la diplomacia argelina sigue siendo el antiimperialismo de los años setenta» al que se añade «un nacionalismo exacerbado que rechaza el derecho de injerencia», repite el historiador Benjamín Stora, nacido en Argelia.
«La implicación de la OTAN, y sobre todo de Francia, del Reino Unido y de Qatar, en un conflicto interno en África del norte es preocupante», señala El Watan, un diario afín al régimen. «¿Quién puede garantizar que no volverá a suceder?», se pregunta. Los dirigentes argelinos «quieren seguir siendo fieles a un mundo desaparecido», dice Stora.
La segunda razón es el temor a un repunte del terrorismo en una Argelia que vivió en los noventa una guerra civil entre Ejército e islamistas que se cobró 200.000 muertos. Los ministros argelinos advierten en privado el riesgo de que Libia se convierta en una especie de Afganistán africano de donde partan los comandos para golpear en el Magreb.
La prensa oficialista argelina bucea en los comunicados del CNT para extraer un supuesto tufillo islamista y sostiene incluso que buena parte de las victorias militares de los rebeldes son achacables a brigadas islamistas no muy numerosas, pero bien organizadas. La rama magrebí de Al Qaeda puede haber robado armas en Libia. Para impedir sus incursiones, el Ejército argelino ha reforzado su despliegue a lo largo de los casi mil kilómetros de frontera.
El fin de la guerra en Libia ha coincidido además con un inesperado repunte del terrorismo en Argelia.
A ojos de Chafik Mesbah, politólogo argelino, la tercera razón de la animadversión ante la transición en Libia es «la voluntad de aplazar el cambio en la propia Argelia», temerosa del contagio.*****FIN*****