20 - septiembre - 2024

Aysén no está preparada para ser destino turístico de Lonely Planet, TODAVÍA

“No podemos crear una matriz turística en una región tan espléndida como Aysén, sin la debida sustentación y pretender desarrollar un crecimiento sustentable y con proyección de futuro. Debemos tener la capacidad de formular estrategias y propuestas que mejoren la autogestión, con una fiscalización seria, profesional y responsable, para que podamos desarrollar productos y servicios con denominación de origen, realzando el producto final y respetando la esencia de las ventajas comparativas de la cultura histórica de Aysén”


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Por Andrés Gillmore
02 de noviembre de 2016


Lonely Planet uno de los sitios web más reconocidos a nivel mundial como consejero de destinos turísticos de intereses especiales; declaró hace unos días que la región de Aysén debe visitarse y que destaca como destino natural y expone “es una delicia visitarlo, por sus hermosos glaciares, su cerveza artesanal y por entregarle al visitante la posibilidad de transitar por senderos en estado semi salvaje”. Comparando la región austral con destinos de alto perfil mundial en estas lides como Nueva Zelanda, Azores en Portugal y Perak en Malasia.
Esta declaración tiene consecuencias insospechadas para una región como Aysén que es considerada en la actualidad por el gobierno como zona de sacrificio ambiental y que el manejo al interior del territorio deje mucho que desear; donde salmoneras y mineras contaminan. Además a esto debemos sumarle, que el ministerio de energía pretende intervenir los ríos más emblemáticos de la región con represas con muros de contención y embalses, que es un atentado en contra de la actividad turística. La semana pasada Rodrigo de Los Reyes, abogado y Pdte de la organización cultural de protección del Huemul de la patagonia, escribió un artículo en el diario El divisadero, denunciando que los huemules de Aysén se están muriendo por mal manejo sanitario por parte de las reparticiones encargadas de su cuidado y eso es muy grave por decir a lo menos.
Desde 1994 al 2012 trabajé como secretario y vocero de la Corporación Costa Carrera (Agrupación de Empresarios Turísticos de la Cuenca del Baker) nos organizamos con el objetivo de desarrollar la incipiente actividad turística en esos años. Durante todo ese tiempo se trabajo incansablemente para proyectar el sur de Aysén como destino turístico y mejorar la calidad de vida de las comunidades, cuando poco y nada se conocía la región, se desdeñaba su punto de desarrollo y su territorialidad. Eran años difíciles, donde pocos creían en lo que estábamos desarrollando, que más que un negocio habíamos transformado la actividad turística en una forma de vida, sustentado por el entrañable amor por la región que persiste hasta los días de hoy.
El objetivo primordial de Costa Carrera estaba fundamentalmente en proyectar la sustentabilidad del territorio y que la actividad turística tuviese la capacidad de sacar de la pobreza a las comunidades, tan mal trechas en esos años, ante la quiebra del mundo ganadero que los había sumido en la pobreza. A sabiendas que la región y muy especialmente el territorio de la cuenca del Baker (desde Villa Cerro Castillo a Villa O’higgins) dada su magnífica calidad escénica, ambiental y climática, debía fortalecerse con la actividad turística y que indudablemente habrían serias intenciones por parte de las grandes empresas y del gobierno central por depredar sus ríos y su subsuelo, haciendo caso omiso de la actividad turística y que si no se defendía, su destino final seria la destrucción total y en eso estamos hasta el día de hoy.
La defensa de gran parte del territorio sur, se corono cuando se le aprobó a Costa Carrera la declaratoria de ZOIT (Zona de interés Turístico) para la cuenca del Lago General Carrera en el año 2.000 (la primera de Chile y que el gobierno de Piñera nos arrebató, con la intención de beneficiar a HidroAysén para que transportara su energía) que nos permitio defender la cuenca del gran lago Carrera de los depredadores naturales salmoneros y hidroeléctricas y que los municipios de Río Ibáñez y Chile Chico, tuvieran un acceso más expedito a los Fondos de Desarrollo Regional (FNDR) y comenzará el proceso de urbanización y de revitalización social de las localidades de la cuenca.
Desde hace unos 10 años la actividad turística ha sido entendida y valorada como proceso de desarrollo social. Se entendió por fin, que todos pueden ser parte y no solo algunos, como los más afamados detractores insinuaban frecuentemente en esos años y nos apuntaban con el dedo. Políticos que antes no se daban por aludidos con la actividad, que nunca ayudaron en nada a fortalecer la actividad cuando más los necesitábamos, en la actualidad aparecen en la prensa y en las redes sociales hablando sobre el tema. Municipios, gobernaciones y el mismo gobierno regional, entendieron finalmente su importancia, permitiéndoles a las comunidades de norte a sur de cordillera a mar de la región hacerse parte de la actividad turística y tener acceso a créditos para desarrollar servicios y construir infraestructura, mejorando la calidad de vida de los pobladores y puesto en su lugar la importancia de la actividad; entendiendo que Aysén tiene como base de sustentación social el turismo de intereses especiales.
Con esto la inversión en promoción, seminarios, certificación, debates, giras de emprendedores, le han posibilitado un crecimiento vertiginoso en los últimos años. Lamentablemente las autoridades no han tenido la capacidad de crear un Plan de Desarrollo bien estratificado, que permita calcular la capacidad real de carga de la región. Realidad que con el pasar de las temporadas esta empezando a desarrollar serios problemas y de toda índole, desde los ambientales, pasando por los de flujo y transporte, hasta por los de servicios, seguridad y certificación, que si no nos preocupamos debidamente de resolver, terminaremos por destruir la proyección y la esencia de lo que somos y representamos como región ante la actividad turística.
Bajo ciertos parámetros del Gobierno Regional, de muchos empresarios y emprendedores llegados en los últimos años a la región; es muy posible que el anuncio de Lonely Planet se puede ver como la consolidación. Pero con la experiencia que he adquirido en más de 25 años en la actividad a sabiendas de las condiciones actuales y que la región esta con la capacidad de carga casi ultra pasada. La declaratoria de Lonely Planet, más que un incentivo se transforma “EN EL ABRAZO DEL OSO”, sencillamente porque en la actualidad no existe un PLAN ESTRATÉGICO DE DESARROLLO TURÍSTICO REGIONAL, que proyecte y desarrolle sustentablemente la actividad y tenga calculado lo que se le esta exigiendo a la infraestructura y lo que necesita invertirse para soportar la carga de lo que eso significara.
La región tiene serios desbalances estructurales vitales para desarrollar la actividad turística sustentablemente; la desarmonía existente entre servicios, empresarios, emprendedores, comunidades, medio ambiente, cultura-histórica, problemática social en relación con el gobierno regional, en la actualidad no tiene un orden establecido y no cuenta con una proyección seria y profesional, produciendo un desbalance que si no se resuelve, puede desarrollar repercusiones para la sustentabilidad de la actividad y seremos considerado en poco tiempo como una región sucia y mal proyectada en un futuro no tan lejano.
La relación de la actividad turística con el medio ambiente es por decir a lo menos básica y trascendental y como siempre sucede en Chile, se ha venido desdeñando y esta transformándose en un serio problema aun no resuelto en Aysén. Torres del Paine el gran hito del turismo de intereses especiales; en la actualidad tiene ultra pasada su capacidad de carga por los malos manejos ambientales y por no tener un Plan de Desarrollo Estratégico, que con el tiempo ha puesto en peligro su sustentabilidad. Ante la destrucción de Torres del Paine, Aysén comienza a adquirir valor para resolver el problema de la gran masa de visitantes. Pero si todo sigue igual, con el mismo desorden actual con que se esta manejando la actividad; más temprano que tarde Aysén correrá la misma suerte del Paine y eso indudablemente no lo queremos.
La mayoría de los modelos de desarrollo turístico bien sucedidos como Nueva Zelanda y los Azores en Portugal, no incrementaron su productividad económica y comercial de sus productos, sin tener un plan estratégico que calcule y proyecte la capacidad de carga de su territorialidad y que no este de acuerdo con la infraestructura que posee. Al obviarse este cálculo básico de la relación entre oferta y demanda, capacidad de carga y mundo cultural-social, terminarán destruyendo la actividad turística con modelos cortoplacistas, desbalanceando el proceso, al apuntar exclusivamente a difusión, olvidando la armonía que debe existir entre emprendimientos, sustento social y el formato ecológico de los territorios.
No podemos crear una matriz turística en una región tan espléndida como Aysén, sin la debida sustentación y pretender desarrollar un crecimiento sustentable y con proyección de futuro. Debemos tener la capacidad de formular estrategias y propuestas que mejoren la autogestión, con una fiscalización seria, profesional y responsable, para que podamos desarrollar productos y servicios con denominación de origen, realzando el producto final y respetando la esencia de las ventajas comparativas de la cultura histórica de Aysén.

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