La opinión de Ripper.-
Las elecciones las ganó un payaso, un señor que se hizo millonario en un oscuro pasado. El clown celebró rodeado de oscuros hombres y mujeres que habían apoyado a un régimen de asesinos. Gobernó con palitroques que todavía se les notaba el corte de gorras militares en la cabeza, y que habían apoyado enclaves oscuros de pedófilos nazis. En estas elecciones, la gente le dio la espalda a unos políticos apernados que habían constituido otra casta. La abstención fue un voto de castigo para la casta política corrupta.
Esto ocurrió en Chile hace unos años. Y el candidato se llamó Sebastián Piñera.
La gente ya no quiso más de la corrupta masa de operadores amebas de la Concertación. Y no los apoyó.
Entonces Sebastián Piñera llegó al gobierno acompañado de una casta de extremistas de ultra derecha absolutista, de ideologías siniestras y que habían apoyado la amplia matanza de personas que no pensaron como ellos, durante la dictadura de Pinochet. Llenaron estadios completos de presos políticos de las barriadas. Habían expulsado de Chile a cientos y cientos de compatriotas, que tuvieron que vivir en el exilio.
Y Sebastián Piñera y sus ministros gobernaron mal y terminaron enjuiciados por corruptos, como Longueira.
Pero ahora la casta periodística chilena cínica de canal 13 y TVN levanta las cejas por lo ocurrido en Estados Unidos con la elección de Donald Trump.
Los periodistas de Canal 13 y TVN son una casta de periodistas cínicos, ciegos y embaucadores.
Nunca se había visto algo igual. Salvo en dictadura.
Apoyados por una amplia gama de comentaristas en Televisión Nacional o en Canal 13, parlanchines improvisados que fueron sorprendidos con sus análisis simplones y erróneos, siempre improvisados, a los más copiados de medios internacionales. Programas dirigidos por periodistas absolutamente coaptados por la casta dominante, por la casta política, económica o militar, tales como los eternos apernados de Consuelo Saavedra y Matías del Río, o Iván Valenzuela y Carolina Urrejola.
Reciben buenos sueldos como periodistas, pero no hacen periodismo. Cuando les falló su narrativa infantil, los periodistas se hicieron los enojados. Casi lloran en pantalla. Estaban atónitos. Aunque no tenían escrúpulos en tener en el panel a un Sergio Melnick, un bárbaro totalitario. Sergio Melnick es la masa de carne que más se parece a Donald Trump. En su forma de argumentar y provocar desde arriba. Y los periodistas cínicos hacen como que no se dan cuenta.
A pesar que estos periodistas nunca se sorprendieron cuando eso pasó en Chile con Sebastián Piñera, fueron incapaces de ver que la realidad de las elecciones norteamericanas se parecía a la chilena.
Estos periodistas ignoran a la gente y ahora se sorprenden que la gente ya no les compra. Estos periodistas no ven el amplio resentimiento ciudadano y el malestar social que han creado.
Estos periodistas de televisión de Canal 13 y TVN están desconectados del mundo real, de lo que ocurre en Chile y el mundo. A lo más llegan a trabajar al canal y luego suben a sus mansiones, rodeados de guardias de seguridad.
Igual tienen miedo.
Por eso, ellos se agitan y pelean contra las redes sociales. Ahora ellos consideran que el culpable es Internet. Estos periodistas no quieren que afloren las nuevas opiniones. Ya vimos antes como una señora de TVN le tapaba la boca a una señora en la calle. Se enojan con la realidad. Se enrabian con la realidad. Si ellos viven allá en sus mansiones cubiertas de guardias de seguridad.
Esto periodistas están pillados.
Como los políticos, los periodistas de Canal 13 y Televisión Nacional no saben lo que pasa abajo con la ciudadanía.
Cuando uno comienza a estudiar periodismo en la universidad, en la escuela se comienza con el curso llamado Periodismo I, que enseña que el periodista debe ir primero a la realidad. Pero, qué lamentable, estos periodistas de canal 13 y TVN, ensimismados en sus cuarteles cubiertos de guardias de seguridad, nunca van a la realidad, nunca van a la gente.
Esto periodistas están pillados por la realidad.
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