Todo aquel osara avalar esa verdad fue considerado persona non grata por el mundo empresarial. Al Gore fue el único que tuvo la fuerza para enfrentar esa verdad. Primero como vice Pdte de Estados Unidos bajo el gobierno de Clinton. Posteriormente perdió la elección presidencial ante Bush hijo, precisamente por avalar esta información, que iba en contra de las grandes empresas petroleras, mineras y de armamento de Estados Unidos.
Por Andrés Gillmore
En la década de los noventa del siglo pasado un grupo importante de científicos, empezó a dejar en evidencia el problema del cambio climático y el calentamiento global, haciendo hincapié que de no tomar las precauciones el agua empezaría a escasear y que la tercera guerra mundial posiblemente sería por apropiarse de ella; pocos tomaron en serio el tema en esos años y fue una noticia más en los noticieros internacionales; en Chile ni siquiera fue tema de debate cuando salió la información, en un micromundo que estaba más preocupado de la seuda transición política y que Pinochet fuera devuelto desde londres.
Los científicos que avalaron esa realidad, fueron atacados cruelmente por el mega mundo empresarial, que no querían que esa verdad fuese aceptada, porque de ser así perderían billones de dólares y muchos de estos científicos lo perdieron todo. Todo aquel osara avalar esa verdad fue considerado persona non grata por el mundo empresarial. Al Gore fue el único que tuvo la fuerza para enfrentar esa verdad. Primero como vice Pdte de Estados Unidos bajo el gobierno de Clinton. Posteriormente perdió la elección presidencial ante Bush hijo, precisamente por avalar esta información, que iba en contra de las grandes empresas petroleras, mineras y de armamento de Estados Unidos.
Desde ese punto Gore se transformó en el representante en la tierra de la problemática del cambio climático y lo tomo como una cruzada personal, sustentado en su filantropía y su profesión de abogado. Formó una fundación sin fines de lucro para hacer notar el tema en todos los rincones del planeta y se tomara consciencia de la problemática, entendiendo que aunque no lo quisiéramos ver, mas temprano que tarde esa realidad nos afectaría y la tendríamos que vivir.
En Chile el cambio climático a esta altura del siglo 21 nos esta afectando, grandes sequías y monstruosos incendios son pan de cada día en nuestra realidad nacional, que nos está demostrando todos los días, que el medio ambiente esta saturado en muchos sentidos y que los tiempos pasados en que la naturaleza se reciclaba sola nunca más volverán.
Los habitantes de los primeros tiempos era muy menor en comparación con los extensos espacios del borde costero, bosques, montañas y lagos. En esos inicios no se necesitaban muchos elementos para sobrevivir y los desechos que producían esos habitantes eran menores, en un ambiente que todavía tenía la capacidad de procesarlos en forma natural.
Con la llegada de los colonizadores europeos, nos fuimos poblando en pequeños núcleos urbanos y rurales y la división del trabajo se hizo evidente y los pobladores empezaron a cumplir diferentes funciones sociales. Con la colonización europea de fines del 1800 y principios del 1900, en forma paulatina pero constante comenzaron a despoblarse los campos y la procesión a las ciudades en todo el territorio nacional fue una realidad.
La vida rural en los comienzos era dura, el aislamiento y la incomunicación era el gran reto de la sobrevivencia y se hacía imprescindible contar con mano de obra calificada para realizar los trabajos, que entre otras, era una de las razones por la cual las familias rurales eran tan numerosas. En ese entonces no había posibilidad de elegir dónde se quería vivir y era común que las personas se quedarán donde nacían y se sintieran satisfechos con lo que tenían; los que lograban educarse o dominar un oficio, con el tiempo comenzaron a tener aspiraciones por salir del campo y mudarse a una ciudad y la migración se transformó en la búsqueda de mejores oportunidades de trabajo, realización personal y muchos para enfrentar aventuras de vida.
La atracción que ejercieron las ciudades en el mundo rural, hizo que muchas centros urbanos de nuestro querido y amado Chile, crecieran sin una planificación urbana y se podría decir que muchas ciudades se hicieron a si mismas bajo el recaudo de las empresas constructoras, por esa razón muchas ciudades en la actualidad están atiborradas y congestionadas por los miles de vehículos y la vida con el pasar de los años se fue tornando de mala calidad y por ello se esta haciendo cada vez más común, que el proceso se este invirtiendo y que una porción importante de estos habitantes en la actualidad quiera irse de las grandes ciudades a zonas semi-urbanas o rurales definitivamente, donde la vida es comparativamente es de mejor calidad, pero sin renunciar a los beneficios de la modernidad a los cuales están acostumbrados.
Los adelantos tecnológicos de las comunicaciones del último tiempo y las redes sociales, han permitido vivir físicamente alejado de los grandes centros urbanos manteniendo una vida profesional productiva y conectada con el resto del mundo. Sin embargo, independiente de donde las personas decidan vivir, lo cierto, es que en la actualidad es necesario saber evaluar las condiciones ambientales del territorio al tomar la decisión de migrar, con temas que hasta hace poco no eran parte de nuestras preocupaciones y solo evaluabamos las posibilidades de tener acceso a educación, cultura, salud y transporte. En la actualidad es vital saber si se tiene acceso al agua y si el escenario ambiental a donde se esta llegando es el correcto y no esta intervenido por las grandes empresas.
Las aguas dulces continentales (superficiales o subterráneas) en la actualidad son un recurso de un valor incalculable para el país, que hasta ahora no hemos tenido la capacidad de tomar consciencia de lo afortunado que somos como país de tenerlo. El agua aunque es el compuesto más abundante del planeta, esta comenzando a escasear en muchos lugares. En Chile debido el cambio climático y su mal uso, cada año se esta poniendo escaso, de un elemento que tiene la capacidad de entregar vida y que en ocasiones tiene la capacidad de quitarla si no se tiene acceso. El agua si lo pensamos bien, puede unir y separar pueblos y ciudades y si no le concedemos el valor supremo que tiene para la sobrevivencia humana, su mal uso y su posterior falta destruiría nuestras vidas para siempre si no la consideramos como corresponde.
El agua en todas sus formas siempre ha ejercido una atracción irresistible en el hombre; donde existe abundancia crea los sitios preferidos para el descanso y la recreación, sin importar dónde ni en qué forma se encuentre (líquida, sólida o gaseosa), el agua tiene tantas variables de usos para el ser humano como para la naturaleza misma ofreciéndonos múltiples servicios, desde agua potable para consumo doméstico o para uso industrial; como receptor de residuos líquidos domésticos e industriales; para agua de riego y uso agrícola; para la generación de hidroelectricidad; para recreación y descanso; transporte y para la acuicultura.
El agua también se usa para transportar desechos humanos; por esta vía se esta contribuyendo al deterioro ambiental constantemente. El agua dulce apta para el uso humano, se esta haciendo escasísima y en Chile a pesar que tenemos una gran reserva de ella en el sur austral, su provisión puede variar considerablemente como consecuencia del mal manejo de las cuencas que la recolectan, pero a pesar de todo somos el único país del planeta que la hemos privatizado, permitiendo que el uso empresarial este por encima de los derechos humanos y eso en si mismo es muy preocupante para la sustentabilidad del país y su proyección de futuro.
La deforestación y la sustitución del bosque nativo por plantaciones de árboles exóticos en el centro sur, ha afectado de manera importante la calidad y la cantidad de agua disponible en muchas comunidades. La contaminación del agua es otro de los problemas graves con los que nos enfrentamos actualmente y no hemos tomado conciencia de esa terrible realidad a nivel gubernamental y siguen pasando las décadas y solo escuchamos discursos bien intencionados y todo sigue igual.
La contaminación del agua se define por la alta concentración de sustancias que producen efectos indeseables en la flora y fauna y en el mismo ser humano. Los contaminantes del agua se clasifican en grupos: biológicos, químicos y físicos. La contaminación biológica tiene que ver con los desechos orgánicos, tales como las materias fecales y los restos de alimentos. Su acumulación se debe principalmente a la rápida urbanización y la falta de tratamiento de las aguas servidas con procesos sanos y ecológicos. Un efecto importante de este tipo de contaminación, es el peligro que implica para la salud de las personas, porque en las aguas ricas en materia orgánica proliferan organismos que causan alergias, diarreas, tifus y hepatitis.
La contaminación química incluye los compuestos orgánicos e inorgánicos, que llegan al agua proveniente de las actividades domésticas, industriales, agrícolas y mineras. Muchos de estos contaminantes son altamente tóxicos para el ser humano como para los otros organismos vivientes. Algunos ejemplos de este tipo de contaminación son los fertilizantes, plaguicidas, derivados del petróleo, aceites y los desarrollos mineros que contaminan ríos y lagos arsénico, ácido sulfúrico y otras sustancias.
En las ciudades el agua tiende a contaminarse en lugares identificables, tales como los puntos de descarga de las aguas servidas domésticas y los residuos industriales. En cambio en las zonas rurales la contaminación tiende a ser «difusa». Esto quiere decir que sucede a lo largo de un área de gran extensión, pero en bajas concentraciones. Estas descargas difusas derivan de actividades agrícolas, forestales y mineras, que de forma indirecta terminan afectando las corrientes de las agua superficiales y subterráneas, que al suceder en dosis bajas y en extensiones grandes, son difíciles de regular y de controlar.
En fin, si no tenemos la capacidad de resolver estos temas pendientes y no estemos dispuestos a desarrollar Planes Estratégicos de desarrollo y un adecuado manejo de cuencas, que reglamente el uso del agua, en un par de décadas a lo sumo estaremos en serios problemas.