Por el escritor Omar Pérez Santiago
Hace algunos años, me encontré en el centro de Santiago con mi amigo, el cálido y amistoso poeta Aristóteles España, el joven poeta de la Isla Dawson. Con la humanidad de siempre me invitó a un café.
El Tote España había escrito unos poemas terribles y conmovedores sobre su estadía en Isla Dawson, el campo de prisioneros políticos de Augusto Pinochet:
La venda es un trozo de oscuridad que oprime,
un rayo negro que golpea las tinieblas.
El Tote España tenía apenas 17 años, era presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios de Magallanes y militante socialista, cuando lo detiene la llamada Fuerza Aérea. Lo llevaron a la Base Aérea Bahía Catalina y posteriormente a la Isla Dawson. El Tote vestía ropas livianas y estaba muerto de hambre. Unos incontrolables infantes de Marina lo torturaron; lo torturaron: es decir, se trata de esto: simulacros de fusilamiento, comer mierda hirviendo, meterlo en el agua helada en mallas de pescadores, trabajos forzados: cabro de mierda, entrega a tus compañeros, habla, huevón, habla.
Su registro era el F-13. No tenía nombre, sino un registro alfa numérico como en los campos nazis.
Su libro Dawson es un texto testimonial que atrapó el tiempo. Aristóteles España aprendió a resistir con la poesía. Pertenece a la raza de poetas chilenos que estuvieron en los campos de prisioneros como Sergio Badilla, Raúl Zurita, Jorge Montealegre, Rubén Aguilera, Mauricio Redolés, Heddy Navarro, Bruno Serrano.
Y con Aristóteles, esa tarde, fuimos a tomar café y era el momento de elegir a un nuevo Premio Nacional de Literatura y Aristóteles me sugiere, mientras sopla su café cortado, que el mejor candidato se llama Patricio Manns.
Y en eso quedamos.
Llamé luego a Sergio Badilla.
Patricio Manns agradeció el gesto.
Con la colaboración de Alejandra Lastra, la fiel compañera de largos años de Patricio Manns, lo proclamamos en Valparaíso y luego en la Biblioteca Nacional de Santiago. Patricio Manns fue candidato al merecido Premio Nacional de literatura.
Han pasado los años.
Y, para ser consecuentes, al igual que la primera vez, fuimos con el poeta Sergio Badilla, esta semana reciente a proclamarlo de nuevo en la Biblioteca Nacional.
Patricio Manns reivindicaría el Premio Nacional, dijo Aristóteles España en ese café, entonces. Le daría un nuevo status. Lo acercaría a la gente, al pueblo chileno que ha escuchado la poesía de Patricio Manns desde hace ya 50 años.
Aristóteles España ya no está entre nosotros y lo echamos de menos.
}Pero yo recuerdo, como si fuera hoy, sus emocionadas palabras en el café, hace algunos años:
Debemos ser agradecidos los chilenos, dijo Aristóteles España. Una virtud algo perdida.