El gobierno anunció en la celebración del día del Huemul el 7 de agosto, que se dará inicio a un proyecto con fondos internacionales (de dos millones de dólares) que permitirán trabajar por la valoración de especies y de los ecosistemas que estén críticamente amenazados en paisajes productivos de frontera. Lamentablemente una vez más la falta de inteligencia emocional de las autoridades y el lobby de las corporaciones privadas dejaron fuera del proyecto a los Huemules de Aysén. Los fondos serán entregados exclusivamente a las corporaciones privadas de Huilo Huilo y Nevados de Chillán.
Por Andrés Gillmore
18 de agosto de 2017
La primera vez que tuve la suerte de toparme con un Huemul corría el año 1986 y fue en el sector de Los Torreones en la cuenca del Baker al sur de Aysén, en los altos del predio El Manzano, a unos 45 Km al norte de la localidad de Cochrane. Esa fría mañana de junio buscaba mi caballo, que durante la noche había roto el atador y hacía de las suyas. A media mañana todavía lo buscaba para seguir a mi destino al lago Cochrane a dos jornadas. Tenia claro que ese día estaba perdido y resigne mi ansiedad para no desesperarme y como dice el dicho, “quien se apura en patagonia pierde el tiempo”.
Pare a tomar agua en un arroyo en el medio de una montaña (bosque) de lengas muy tupido. El día estaba nublado pero sin perspectiva de lluvia con un sol tenue y estaba helado. El silencio que reinaba solo era distendido por el ruido incesante de un pájaro carpintero que martillaba sin parar una lenga en busca de un gusano de la madera. En ese momento fumaba sentado en un tronco de lenga quemado por los grandes incendios que habían azotado el sector en los tiempos de la colonización, analizando el rumbo que habría podido tomar el caballo; de pronto sentí unas pisadas muy leves cerca del arroyo y para mi sorpresa divisé a unos diez metros a mi derecha un Huemul que se acercaba cautelosamente al arroyo. Seguro que me había visto, pero como andaba sin perro demostró no tenerme recelo alguno.
Bebió tranquilo y pausadamente hasta saciar su sed por unos buenos instantes, al terminar aun con las manos en el arroyo y con una pose muy altiva, me miró intensamente y directamente para cerciorarse de mi presencia, juntamos las miradas de lo que me pareció una eternidad, estupefacto y petrificado sin querer moverme por la emoción de ver un Huemul en estado salvaje y en su territorio por primera vez. Era un ejemplar hermoso, grande, musculoso, bien proporcionado, de grandes cornamentas. Cuando el Huemul considero que tenia suficiente de miradas intensas y furtivas, dio la vuelta y en un par de saltos se perdió en la tupida montaña de lenga. Fue una experiencia que me llenó el alma de energías positivas y lo tome como un encuentro de buen augurio, de un recuerdo que guardo conmigo atesoradamente y para siempre.
Posteriormente tuve muchos encuentros con Huemules por la vida que llevaba en esos años criando ganado al sur de Aysén, que me obligaban a recorrer parajes australes en un territorio que en esos años todavía era indómito y salvaje. Se podría decir que me fui acostumbrando a toparme con ellos de vez en cuando en mis recorridos y pase a tener conciencia de su existencia. Nunca han dejado de asombrarme y siempre me he considerado un hombre de suerte por haber tenido la oportunidad de haber convivido con ellos en forma tan espontánea y natural como en esos años.
Los Huemules siempre han sido parte de los parajes australes. En el pasado existían muchos de ellos de norte a sur de cordillera a mar donde se criaron por generaciones, en un hábitat que le son muy propios y por lo que se, rara vez se mezclan entre los diferentes clanes o que cambiaban de territorio, que para una mirada experta es reconocible su origen territorial, dada su constitución física y su pelaje. Siempre jugo en contra de la sobrevivencia de la especie y de una caracteristica que perdura hasta el día de hoy, la falta de temor por el ser humano. En el pasado fueron cazados indiscriminadamente principalmente como trofeo y por la piel de sus crías, que fueron apetecidas por su calidad, considerando que eso sucedió especialmente durante la colonización; en tiempos en que la caza de animales salvajes se realizo muchas veces para surtirse de carne y sobrevivir los largos y duros inviernos de esos años.
En la actualidad en Aysén no quedan más de 140 ejemplares y desde hace unos años se ha tomado conciencia de la importancia de protegerlo. La mayoría de los huemules de Aysén habitan en la Reserva Nacional Cerro Castillo, situada a pocos km de Coyhaique hacia el sur y próxima a transformarse en Parque Nacional y otro contingente esta en la Reserva El Tamango, a dos KM de la localidad de la localidad de Cochrane y ambas están bajo la administración de Conaf. Existen ejemplares libres que circulan en los sectores altos del lago General Carrera, en las inmediaciones del río Baker y en Villa O’higgins existe una corporación del grupo Luksic que creó una reserva
Lamentablemente los Huemules de la Reserva Cerro Castillo en los últimos años han pasado momentos complicados. Desde hace unos diez años a la fecha, se empezó a constatar ataques perpetrados por perros asilvestrados, que entran a la reserva y los dejan malheridos al pretender cazarlos y se han comido a algunos. La reserva al no tener el cierre perimetral en condiciones, entran animales domésticos como vacunos y lanares a pastorear y por medio de las heces que dejan, les han transmitido enfermedades ante las cuales no tienen defensas y muchos han muerto agónicamente. Durante un tiempo, hubo una gran cantidad de atropellamientos en la carretera que atraviesa la Reserva Cerro Castillo por la falta de cuidado de los conductores. La buena noticia es que se ha tomado conciencia del tema.
Conaf que esta a cargo de la protección de los Huemules, no cuenta con los recursos mínimamente suficientes para hacer una labor como corresponde y siempre se esta al debe. Según mi parecer, existe poca inteligencia emocional para relacionarse con ellos y las autoridades no tienen los incentivos para hacer un trabajo como corresponde y es indudable que muchas autoridades que podrían marcar la diferencia, son legos en la materia y son avasallados por la intrincada administración pública y sus políticas centralistas y por el lobby de las corporaciones privadas que los manipulan hacia sus intereses.
Los ciudadanos de Aysén han tomado conciencia y en vista de la necesidad se organizaron y conformaron “La Agrupación Cultural de Protección al Huemul de la Patagonia”, para realizar acciones para la protección de la especie, promover y difundir actividades culturales que permitan su preservación y desarrollar investigaciones de su forma de vida y que en caso de ser necesario, llevar acciones penales, civiles y administrativas en caso de abandono de deberes, negligencia, maltrato, daño, lesión o muerte de Huemules, bajo el principio de la participación ciudadana y de la transparencia pública.
El Ministerio del Medio Ambiente liderado por Marcelo Mena, anunció precisamente en la celebración del día del Huemul el 7 de agosto, la excelente noticia, que se dará inicio a un proyecto con fondos internacionales (de dos millones de dólares) que permitirán trabajar por la valoración de especies y de los ecosistemas que estén críticamente amenazados en paisajes productivos de frontera, en las regiones de Arica y Parinacota y Biobío y proteger especies que están en peligro de extinción como el Huemul, Zorro de Darwin, el árbol Keule y el picaflor de Arica y a su vez gestionar desarrollos productivos en los territorios mencionados.
Lamentablemente una vez más damos cuenta de la falta de inteligencia emocional de las autoridades y que el lobby de las corporaciones privadas da muestras de su gran efectividad y constatamos inexplicablemente que se dejó fuera del proyecto a los Huemules de Aysén, que nada tocarán de los dos millones de dólares. Los fondos destinados a la preservación del Huemul, serán entregados exclusivamente a las corporaciones privadas de Huilo Huilo y Nevados de Chillán, que cuentan con algunos ejemplares.
Es extraño por decir a lo menos, que Aysén no esten en la lista de los beneficiados, a sabiendas del Ministerio de Medio Ambiente, que con un mínimo de esos recursos, se podría construir un Centro de tratamiento y Rescate que tanta falta le hace a una región donde se concentran gran porcentaje de los huemules de Chile.