Una fracción sustancial del Producto Interno Bruto de Chile depende de servicios ecosistémicos, incluyendo los aportes al sector pesquero, agroforestal y turismo. La reducción de diversidad biológica conlleva en la pérdida de bienes y servicios, lo cual atenta contra la satisfacción de numerosas necesidades básicas, como la alimentación y las prácticas culturales.
Santiago, 19 de diciembre de 2017. (radiodelmar.cl)– Un alarmante capítulo acerca de los derechos humanos y el medio ambiente difundió este martes (19.12.2017), el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en el que alerta de la sobreexplotación pesquera, la disminución de la biodiversidad biológica y los impactos del cambio climático.
Respecto a los temas pesqueros, el INDH afirma que «la sobreexplotación es otro factor de amenaza, que además impacta la provisión de bienes a la población. Según datos de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (2017), de 25 unidades pesqueras evaluadas, seis se encuentran sobreexplotadas, como la merluza común (Merlucius gayi), y nueve se encuentran agotadas, como el congrio dorado (Genypterus blacodes)».
Es importante destacar que una fracción sustancial del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile depende de servicios ecosistémicos, incluyendo los aportes al sector pesquero, agroforestal y turismo (Ministerio del Medio Ambiente, 2014). Así, la reducción de diversidad biológica conlleva —a corto y mediano plazo— la pérdida de bienes y servicios, lo cual atenta contra la satisfacción de numerosas necesidades básicas, como la alimentación y las prácticas culturales.
Lo anterior se facilita por la escasa comprensión que existe de la conexión de las personas con la base biótica de la cual depende su bienestar (Asociación Kauyeken, 2013) y, en la medida que la sociedad ignora el aporte que la biodiversidad representa, no tiene motivos o incentivos para resguardarla y relacionarla con el goce de sus derechos humanos (Simonetti-Grez, Simonetti y Espinoza, 2015).
De acuerdo con lo establecido en la Ley 19.300 (LBGMA, de 1994), la misión de asegurar la diversidad biológica, tutelar la preservación de la naturaleza y conservar el patrimonio ambiental, recae en el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que hasta la fecha no ha sido creado, reclama el INDH.
Si bien en 2014 fue ingresado el actual proyecto de ley que busca su instauración, a la fecha de redacción de este Informe, sigue en su primer trámite constitucional en el Senado.27 Al respecto, en 2016 el INDH reiteró en su Informe Anual la preocupación por la demora en su discusión y manifestó la necesidad de que los poderes colegisladores incorporen en su tramitación “los ajustes necesarios para el cumplimiento de los estándares internacionales en materia del derecho a un medio ambiente libre de contaminación y los derechos conexos que pudieran verse afectados” (INDH, 2016, p. 171).
Sobre el contenido del mencionado proyecto, el Instituto señaló: Preocupa desde la perspectiva de los derechos humanos, la ausencia de consideración de modalidades de participación de los pueblos indígenas y comunidades locales en materia de áreas protegidas y protección de la biodiversidad. […] Ello en circunstancias que la Convención de Diversidad Biológica, ratificada por Chile, reconoce y valora el aporte de las prácticas y conocimientos tradicionales de estos pueblos a la conservación de la biodiversidad. Es importante señalar a este respecto que los pueblos indígenas han venido desarrollando sus propias iniciativas de conservación, basadas en prácticas y conocimientos ancestrales de sus territorios y de los recursos naturales que hay en ellos. […] La administración de las áreas protegidas, que el proyecto de ley encomienda al Servicio de Biodiversidad, no considera la participación de los pueblos indígenas en estas tareas ni en los beneficios que estas zonas generan, de conformidad con el Art. 8.j de la Convención de Diversidad Biológica, ni los aprendizajes de la experiencia desarrollada en la Reserva Nacional Los Flamencos (INDH, 2015, p. 180-181).
Sin perjuicio del desarrollo de un proceso de consulta indígena para la generación de indicaciones sustitutivas por parte del Ejecutivo durante 2016, es reprochable la demora que ha tenido la creación de este Servicio, institucionalidad prevista desde 2010 en la normativa ambiental nacional, por lo que urge su tramitación en el Poder Legislativo.
Respecto al cambio climático, el INDH señala que «en términos sencillos, la probabilidad de que el clima en la zona centro-sur de Chile vuelva a ser como a fines del siglo XX es baja, por lo que la población se deberá adaptar a un clima más seco, aunque menos que el experimentado en los últimos cinco a seis años.