(RdM)
La periodista Alejandra Pérez Lecaros asumirá el Ministerio de las Culturas en el segundo gobierno de Sebastián Piñera el próximo 11 de marzo.
La señora Alejandra Pérez tiene 55 años y está divorciada.
Tiene cuatro hijos: Rodrigo, Alejandra, Ignacio y Matías.
La periodista Alejandra Perez es hija de la señora María Angélica Lecaros (ya fallecida) y de un padre ultra conservador, el dr. Alfredo Pérez Sánchez, ginecólogo y primer Jefe de la Maternidad de la Universidad Católica, opuesto a la pastilla anticonceptiva. De hecho, y en consecuencia, la familia Pérez Lecaros tuvo seis hijos.
Alejandra Perez estudió en el Villa María Academy y egresó en 1980. Luego estudió periodismo en la Universidad Católica. En 1985 viajó a España a realizar una especialización en la Universidad de Navarra, una Casa de Estudios del Opus Dei.
Gracias a sus contactos con la Democracia Cristiana, Alejandra Pérez trabajó en diversos asuntos de comunicación corporativa: asesora en comunicaciones de ministerios del MTT, Minvu, Mineduc y Codelco, entre 2006 y 2010. Fue directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Telefónica Chile entre 2001 y 2007. Hizo clases en las universidades privadas Diego Portales, Del Desarrollo, Finis Terrae, Gabriela Mistral y del Pacífico (1990 y 2000). Fue editora revista Diners Club y Master Club (1987 y-1995). Fue directora de la revista corporativa Fibra sobre tecnologías información de Telefónica Chile (2002 y 2005).
Hasta que en el año 2010 aterrizó en el Canal 13.
En agosto de 2010, Andrónico Luksic compró el 67 por ciento de Canal 13. René Cortázar se convirtió en el presidente del directorio. Un mes después, su amigo René Cortázar la invita a trabajar en el Canal 13 como gerente de comunicaciones.
4 años después, en el 2014 Alejandra Pérez fue ascendida como Subdirectora Ejecutiva del Canal. Se afirma que ella fue entonces la mano derecha de Cristián Bofill, el entonces recién nombrado Director Ejecutivo. Según la revista Capital, Cristián Bofill se apoyó en el conocimiento de Alejandra Pérez de las redes del canal. Y según El Mostrador, Alejandra Pérez mantiene una relación de pareja con Cristián Bofill. Cristián Bofill, al igual que Alejandra Pérez, estudió en la Universidad de Navarra.
Pero, dos años después, en octubre de 2016 Cristián Bofill fue degradado de la Dirección Ejecutiva para enviarlo a la Siberia del canal, a cargo de Prensa. En su lugar, Alejandra Pérez fue nombrada Directora ejecutiva del Canal.
La periodista Estela Cabezas de El Mercurio le preguntó entonces a Alejandra Pérez:
«-¿Alguna vez se imaginó en un cargo tan alto?
-En el día a día, este es un cargo que vengo ejerciendo desde hace un tiempo.
-¿Y Cristián Bofill?
-Lo hacíamos juntos.»
Finalmente, en julio del 2017, Alejandra Pérez ascendió el más alto peldaño, fue nombrada Presidenta del Directorio en Canal 13.
Sin embargo, después de 5 meses, en noviembre de 2017 Alejandra Pérez fue despedida del canal.
¿Cuáles son los resultados de su gestión en Canal 13?
Muy malos.
Alejandra Pérez estuvo más de 5 años en los más altos puestos ejecutivos del Canal 13, (Presidenta del Directorio, 5 meses, Directora Ejecutiva, 1 año y 5 meses, Subdirectora ejecutiva, 3 años y 6 meses).
Y es durante estos 5 años que el Canal 13 ha vivido una desastrosa y terrible crisis financiera y perdida de sintonía.
Es decir, un fracaso de proporciones, como un lento hundimiento de un transatlántico, un Titanic que se va a pique mientras suena la música de la orquesta.
Alejandra Pérez nunca pudo sacar a Canal 13 de la profunda crisis.
Tampoco parecía tener un concepto, una idea. Y tampoco parecía preocuparle.
El sábado 22 de octubre de 2016, cuando Alejandra Pérez asumió como directora ejecutiva, la periodista de El Mercurio, Estela Cabezas, le preguntó directamente:
-¿Cuál es su plan?
Pérez respondió con absoluta ingenuidad:
-¿Mi plan? Avanzar. Siempre avanzar.
Desde el año 2014 aumentaron las deudas del canal. Los números negativos para la estación aumentaron. La mala gestión hizo insostenible el desempeño financiero del canal. Inclusive se llegó a decir en 2017 que si Andrónico Luksic, el dueño del canal, no le inyectaba suficientes recursos financieros, el Canal 13 tendría que cerrar.
Alejandra Pérez terminó fuera.
¿Cuál fue el principal error de Alejandra Pérez?
Alejandra Pérez creía que poner en pantalla un serie de medio siglo atrás como «La pequeña casa en la pradera» era su gran acierto. «Dice que hoy adora el último acierto de Canal 13: La pequeña casa en la pradera, que casi dobló el rating que tenían en ese horario.» (Economía y Negocios)
Pero eso, en realidad, quizá demostraba que Alejandra Pérez estaba desconectada de los asuntos intrínsecos de su profesión. O tal vez ella no se daba cuenta del giro que estaba haciendo la televisión en general, la llamada crisis mundial de la televisión abierta.
Más delicado aún, eso mostraría su desconocimiento de las nuevas dinámicas de las comunicaciones y la cultura. Tal vez la señora Alejandra Pérez no captó el reacomodo de las fuerzas culturales. Por ejemplo, el surgimiento de canales de nicho y el re descubrimiento de series de innovación y experimentación artística. La creación de nuevos lenguajes. La caída del encendido, nuevas tecnologías y el cambio de mentalidad de las nuevas generaciones. Aunque es tan requete obvio: las audiencias migraron hacia el cable, canales premium, Internet o redes sociales
Y aquí está el quid del asunto:
No estar suficientemente aggiornada a los tiempos, no distinguir como se mueven las fuerzas culturales, puede ser una falencia delicada para la Ministra de Cultura, Alejandra Pérez. Por decirlo de un modo amable.
Quizá Alejandra Pérez ha estado, hasta aquí, más preocupada de los asuntos del poder.
Ese es un aspecto de la vida. Valorable, sin duda. Sobretodo para una mujer. Sobretodo en esta época de reafirmación del feminismo.
Pero, la cultura nacional, o lo que llamamos simplemente cultura, no es una empresa privada donde todo se juega y se tapa con los contactos y con el favor del dueño, o, digamos, el poder.
La cultura es un espacio abierto donde la crítica debe ser pública y donde los asuntos se ventilan libremente.
Por otro lado, los contenidos audiovisuales son centrales en la cultura nacional y el Estado Chileno se debe ocupar de que haya DIVERSIDAD en la nueva producción audiovisual.
No necesitamos que nos pongan eternamente «La pequeña casa en la pradera», como un totalitarismo de pensamiento único.
Ojalá, (que significa «Y quiera Dios») que, en el ámbito de la diversidad cultural y audiovisual, la señora Alejandra Pérez pueda ser un aporte.
Amén. (Que significa: así sea)