23 - noviembre - 2024

La tercera gran batalla por Aysén: a defender el mar, el subsuelo y los bosques

Se podría decir que la región esta entrando en la tercera gran batalla por su territorio y con tres grandes aristas: el litoral (pescadores artesanales) el subsuelo (minería del oro) y las montañas (recursos forestales).


Por Andrés Gillmore


Es indudable que desde los tiempos de la colonización que el territorio regional ha sido embestido por los intereses creados de las grandes corporaciones. La Guerra de Chile Chico (se cumplieron 100 años de los sucesos el mes pasado 1918-2018) fue precisamente una gran embestida de esos intereses creados, donde un grupo de pobladores liderados por el gran Antolín Silva Ormeño en lo que hoy reconocemos como la ciudad de Chile Chico en la costa del gran Lago General Carrera (Chelenko) se vieron en la obligación de defenderse de las garras de la Sociedad Explotadora Baker (el equivalente de hoy de las transnacionales) sin otra otra alternativa que enfrentar a esos intereses a sangre fuego para no perderlo todo.

La Sociedad Explotadora a la usanza de los grandes poderes económicos hasta los días de hoy, ofreció a los pobladores comprar a vil precio los adelantos que con tanto esfuerzo habían logrado los pobladores y como “ los sueños no tienen precio” no tuvieron otra alternativa que enfrentarse esos intereses creados, que testifico que Aysén antes que nada es un sueño, la esperanza de una vida mejor, que a pesar de todo y de todos sigue tan vigente en la actualidad como en esos valerosos días de principios del siglo pasado, en que colonizar el territorio era para mujeres y hombres con espíritu de superación y sacrificio. Por lógica aysenina esos intereses externos no podían salir vencedores y nos permitieron estar donde estamos en la actualidad y seguir dando batalla por la sustentabilidad de Aysén.

La batalla en contra de HidroAysén podría decirse para ponerlo en términos históricos, fue lo que podríamos decir la primera gran batalla después de los suceso ocurridos en 1918 en Chile Chico. Previamente se había vencido al proyecto ALUMYSA en la comuna de Puerto Aysén que pretendia producir aluminio en el lago Yulton. Posteriormente se derrotó a los salmoneros, cuando tuvieron la intención de entrar con sus jaulas al lago General Carrera (Chelenko), Bertrand y río Baker. Fue una dura batalla de más de 10 años, donde la misma comunidad entró en batalla y se consiguió mantener el sueño de una cuenca del Carrera tal cual como se pensaba desde la colonización y que los recursos de la cuenca fueran para las comunidades y no para las grandes empresas. Posteriormente como último estertor, la Central Río Cuervo que pretendia producir energía en la comuna de Puerto Aysén no se concretó. Todos los proyectos arriba mencionados fueron desechados por los gobiernos de turno, porque no reunían las condiciones ambientales y sociales para ser concretados, a pesar que por momentos contaron con la venia de los gobiernos de turno al dejarse llevar por el lobby corporativo de las transnacionales y entendieron que el desastre ambiental y social era tan grande si eran llevados a cabo, que optaron por desentenderse de ellos y evitar daños políticos.

Lamentablemente en el norte de la región, nada se pudo hacer para defender los fiordos de la intromisión salmonera y eso sucedió, porque el gremio salmonero pasó a producir en Aysén a finales de los años 80. En ese entonces no se tenia una perspectiva cabal de lo contaminantes y destructivos que eran como formato productivo. Por muchos años tuvieron el “mote” de producto estrella de Chile y ello propició las nefastas consecuencias posteriores que han acontecido en la región de Los Lagos y en los fiordos de Aysén y que ahora estan pasando a ocurrir en Magallanes.

Después de la guerra en contra de HidroAysén, que indudablemente marcó un antes y un después no solo para Aysén, sino para el Chile continental también. Muchos pensaron que la región se había salvado de su triste destino. Que el futuro ambiental en el cual se sustentan las actividades productivas y de servicios que se desarrollan y le dan sustentabilidad a los que viven en la región estaban libres para ir por el futuro. Pero la verdad sea dicha, los que estamos en estos temas relacionados con el medio ambiente de la región, sabíamos perfectamente que habíamos ganado una segunda gran batalla (primera la de Chile Chico en 1918 y luego la de HidroAysén) pero era indudable que en el horizonte se veían muchas más por delante y de gran fuste además, porque el diseño de las leyes ambientales en Chile estan para fortalecer las intenciones de las grandes empresas transnacionales y los diferentes intermediarios chilenos y no para defender la territorialidad geográfica y la sustentabilidad del país y sus comunidades rurales. Entendiéndose, que mientras no se realice una reingeniería total del modelo de desarrollo y el rediseño de muchas leyes ambientales, las crisis existenciales de una región como Aysén en relación con el modelo productivo ante el medio ambiente, serían cada vez más complicadas y adversas ante la crisis fundacional del modelo de desarrollo chileno; ante un país extremadamente desgastado políticamente y ideológicamente; contaminado y destruido a decir basta. Con ello Aysén se como la lógica chilena manda, se transformo en el botín a tomar, en la última frontera, en la guinda de la torta que codician todas las grandes empresas mineras, salmoneras y forestales del país.

El gobierno de ChileVamos esta haciendo todo lo posible para dejar en estos cuatro años asentadas las bases para que la industria minera, salmonera y forestal entre a Aysén y pueda proyectarse a 30 años plazo, sin importarle su valor territorial, social, cultural y medio ambiental. Para ello esta haciendo fuertes presiones por medio de la Ministra de Medio Ambiente, Marcela Cubillos, para cambiar la ley de evaluación ambiental y quitarle la potestad de decisión a las regiones y pasar las decisiones relacionadas con Aysén al tribunal ambiental de Valdivia.

El actual formato de evaluación es perverso. Lo que se pensó era una solución real ante el centralismo de los años de la CONAMA (Corporación Nacional del medio Ambiente) donde todo se decidía en Stgo, determinó que la decisión la tome el Intendente y los respectivos seremis. Con el paso de los años entendimos que la trampa estaba en que a pesar que los Intendentes y Seremis trabajan en la región y la decisión se descentralizo totalmente, estas autoridades se deben al gobierno de turno y no a la región. También sabemos ahora, que los gobiernos de turno sin importar su ideología política, son fácilmente manipulables por las grandes transnacionales, para unir intereses a sus causas y transformados en verdaderas cofradías que circulan por el congreso y que no trabajan precisamente por el desarrollo sustentable del país.

Lo que pretende hacer el gobierno de Sebastián Piñera, es aun más perverso y destructivo para una región con las características tan especiales de Aysén, al pretender retirar el debate y la decisión de la región, sin tomar en cuenta las organizaciones sociales de las comunidades posiblemente intervenidas, que debían incorporarse a las evaluaciones futuras desde este año por medio de los PLADECO (Planes de Desarrollo Comunal) para determinar sus posturas y garantizar que los EIA ( Estudios de Impacto Ambiental) sean serios, profesionales y desarrollen con claridad los puntos negativos al momento de evaluar la intención, con garantías reales de sustentabilidad para las comunidades.

El tema de las bolsas plásticas, no es más que una cortina de humo, una estrategia muy bien pensada por el Ministerio de Medio Ambiente heredada del gobierno de Michelle Bachelet II para fortalecer a las forestales, que en la actualidad no tienen ninguna capacidad de crecimiento en el centro sur. Ante esta realidad el mundo forestal estratégicamente lleva casi una década presionando por medio de un intenso lobby en los gobiernos de turno y en el mismo congreso, para que se decrete por medio de una ley de la república la prohibición de usar bolsas plásticas a nivel nacional y de esa manera re-posicionar el papel como un bien “sustentable y ecológico” y re-potenciarse como industria forestal ante la opinión pública y seguir creciendo a como de lugar, todo bajo una cortina de una seuda ecología y cierta sustentabilidad que a decir verdad no es tan así.

El seguir creciendo para el mundo forestal, no es otra cosa que entrar a Aysén y posicionarse en el millón de hectáreas disponibles producidos por los grandes incendios del siglo pasado entre 1938-58 y reforestar con pino y eucalipto, sobre una base que antes estaba poblada de lengas, coihues y ñires, para hacer bolsas de papel, fabricar pellet y en el futuro vender leña de pino y eucalipto en Coyhaique y “descontaminar Coyhaique”. Flor de negocio, pero destructivo para los intereses ambientales y de sustentabilidad de una región como Aysén.

Las transnacionales mineras, forestales y salmoneras tienen como representante supremo al senador UDI, David Sandoval Plaza, con el plan de dejar todas las concesiones salmoneras posibles a como de lugar atadas en la región. Incluso en aguas de Reservas y Parques Nacionales. Que la minería del oro, tome todas las concesiones posibles en las comunas de Coyhaique, Puerto Ibáñez, Chile-Chico y Lago Verde, sin importar como y que las forestales entren a la región en gloria y majestad. En este último ámbito es estratégico la certificación de leña y todo lo que eso significa para el mundo del pellet y del gran negociado de las estufas para seguir posicionados como “solución”, que en solo unos años han obtenido suculentos rendimientos. Si tomamos como base que en la actualidad una estufa cuesta alrededor de 500 mil pesos y hace un año costaban 250 mil pesos y se habla de entregar 15 mil calefactores nuevos en Coyhaique y todo a sabiendas que la leña no es solución para el problema de la extrema contaminación por el uso de leña que se suscita en Coyhaique.

Tanto es así, que el tema del gas de Magallanes que es una gran opción de transición efectiva para solucionar el tema de la contaminación de Coyhaique en un plazo de 5 años y de esa manera ir solucionando responsablemente un tema urgente de salud pública que esta haciendo crisis terminal después de 15 años de políticas erróneas; esta literalmente taponada por los intereses de las forestales, que explican el porqué Corfo continúa certificando leña para Coyhaique como solución ambiental y no ha hecho nada por traer ese gas de Magallanes que hace años esta a disposición y empezar a solucionar el tema con sustentabilidad y proyección de Futuro. Entendiéndose, que si Chile esta dispuesto a vender ese mismo gas a Argentina, por lógica debe poder entregárselo a Aysén y nos demuestra que la Moneda desde hace rato poco le importa la salud de los coyhaiquinos y estan más preocupado por la salud financiera de las grandes empresas y no les importa seguir destruyendo las montañas de los alrededores de Coyhaique, tirar grandes cantidades de CO2 a la atmósfera, en una región que se denomina a si misma como RESERVA DE VIDA y es el gran orgullo de Chile en el exterior.

No podemos olvidar que en la actualidad rigen pésimas condiciones de vida en los pescadores artesanales en el litoral aysenino y todo lo que les ha significado vivir en carne propia el proceso de la ley de pesca aprobada en el gobierno de la Alianza por Chile, por lo que hace urgente regionalizar y certificar el mar de Aysén. Regionalizar, para que solo puedan pescar embarcaciones con licencia emitidas en Aysén y no puedan hacerlo embarcaciones de otras regiones, que arrasan con todo y realizan malas prácticas y certificar, para entregarle un plus verde al producto del mar regional y sea reconocido a nivel planetario.

El panorama ante los intereses creados que estan entrando a la región en la actualidad, son devastadores en todos los sentidos posibles para la proyección de futuro de las comunidades y del territorio aysenino. Se podría decir que la región esta entrando en la tercera gran batalla por su territorio y con tres grandes aristas: el litoral (pescadores artesanales) el subsuelo (minería del oro) y las montañas (recursos forestales).

Tenemos además el problema suscitado entre la Red de Parques Patagonia con las empresa minera Cerro Bayo en la cuenca del lago General Carrera (Chelenko) que tiene un sin número de aristas y preguntas sin responder. Del porqué el gobierno regional de Aysén de Michelle Bachelet II fue tan desprolija al llevar a cabo el proyecto y no tuvo la capacidad de trabajar mancomunadamente con las comunidades y no las incorporó al proyecto del vamos como correspondía en Villa Cerro Castillo, Chile Chico y Cochrane fundamentalmente, que a fin de cuentas fue lo que dio pie para que el senador David Sandoval (UDI) y sus huestes se aprovecharan de la debilidad del gobierno para entrar al ruedo en contra de un proyecto que fuera de todo contexto político-ideológico, proporciona un estándar de desarrollo que Aysén debe preservar, al ser una herramienta indispensable para la sustentabilidad de todas las comunidades de la cuenca del lago General Carrera (chelenko) que han fundamentado su futuro en la actividad turística y que hace inexplicable que Bachelet II no haya dejado financiado la Red de Parques Patagonia, a sabiendas que ChileVamos lógicamente no lo haría o realizaría todo lo posible para no hacerlo.

Además tenemos una actividad turística que esta dando cuenta de serias implicaciones ambientales negativas y de gran magnitud, al no estar debidamente planificada y defendida. La complicación esta en la falta de estudios serios y profesionales de las verdaderas “capacidades de carga de la actividad en el territorio” que en todo orden de cosas esta siendo superada o estan por superarse sus capacidades de carga y no existir un Plan de Ordenamiento Territorial y un adecuado manejo de Cuencas Compartidas, que da pie a un desorden que beneficia a las grandes empresas y denosta los intereses de las comunidades.

Lo que necesita Aysén en la actualidad sin duda alguna “es más protección y menos promoción” para que las actividades productivas y de servicios puedan desarrollarse bajo protocolos, normas, reglamentos y leyes, que tengan en consideración el sueño aysenino en el cuidado del medio ambiente y en la proyección de sustentabilidad que todos queremos.

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