Necesidad de una moderna Política Cultural. Ejemplo del cine chileno.

Omar Pérez Santiago
En el año 1998 hubo sólo 4 estrenos de cine local en cartelera. Este año 2014 se pronostican 45 filmes chilenos.
Estamos viviendo una explosión de cine chileno. Nunca jamás habíamos tenido tanto cine producido en Chile en un año. Algo realmente inédito.
¿Qué es lo que ha ocurrido?
Hubo un cambio de reglas. Los productores, guionistas, directores y profesionales de la industria cinematográfica en conjunto con las cadenas de exhibición que operan en 319 salas desde Iquique hasta Puerto Montt, firmaron, a fines del 2013, un convenio para tener una oferta permanente y consistente de las producciones chilenas.
¿Cuáles son los puntos concretos del Convenio?
Centralmente se trata de asegurar la película chilena durante dos semanas en cartelera. Es obligación que durante la semana de estreno de cine chileno, cada copia se exhiba en todas las funciones diarias disponibles según el cine. También es obligación que durante la segunda semana pase a ser exhibida en las dos funciones principales del día (a partir de las 18:00 horas).
A continuación durante la tercera y cuarta semana se bajó el estándar mínimo de asistencia para permanecer en la programación de los cines de 500 espectadores a 300 por sala, entre jueves y domingo de la semana anterior.
Los resultados están a la vista, a pesar de ciertos inconvenientes en la fiscalización del convenio.
Obviamente, estas resultados deben ser aprovechados y deberían ser impulsadas y apoyadas de modo activo por el Consejo de cultura para generar un círculo positivo.
¿Qué otras medidas pueden tomar el gobierno?
Varias.
Veamos el cine francés, un cine marcado por una envidiable diversidad. Francia es el primer productor de cine en Europa. Son los segundos exportadores mundiales de cine tras Estados Unidos.
El cine francés cuenta con un marco fiscal preciso.
Se bajó el IVA del 7% hasta el 5%, alineándolo con el del libro y el teatro.
El Gobierno bajó el precio de las entradas para los menores de 14 años a sólo cuatro euros. En el primer semestre de 2014, la medida habría generado ocho millones de entradas adicionales. El impacto general ha sido beneficioso, ya que los menores suelen ir acompañados por sus padres.
Las subvenciones al cine francés no proceden del presupuesto que el Estado destina a la cultura, sino del coste de las propias entradas: el 11% del total de cada billete se destina a un fondo público para financiar la producción francesa.
Además, desde 1936 a los trabajadores discontinuos del audiovisual se les permite cobrar el subsidio de cesantía entre un empleo y el siguiente, a cambio de cotizar 500 horas anuales.
Tienen medidas como las llamadas Primaveras del cinecon a precio reducido en toda Francia, los abonos ilimitados que permiten ver tantas películas como se desee por menos de 20 euros mensuales, etc, etc.
En Chile, el gobierno debería tomar las medidas más veloces para activar los mecanismos de dinamización del arte y la cultura.
Las necesarias y urgentes reformas que impulsa el gobierno, como la reforma educacional, una reforma esencialmente cultural, deben ser acompañadas por un movimiento cultural que ayude a contribuir a la transformación económica, social y educativa de un nuevo Chile. Para fomentar la creación cultural contemporánea y un nuevo imaginario colectivo centrado en la colaboración y en la mirada del siglo XXI.