La industria salmonera sigue mostrando su precariedad sanitaria y su extremo comportamiento economicista y anti-natural en sus procesos de cultivo de especies exóticas en aguas chilenas. Ahora la alarma se enciende en la producción de ovas, la base de todo el sistema salmonero impuesto en el sur del país.
Puerto Montt, 03 de diciembre de 2014. (Ecoceanos News)– El gerente de la compañía Stofnfiskur, Rodolfo Infante Espiñeira, criticó la visión economicista y anti-natural de la producción de ovas de salmónidos en Chile. También dio cifras: 43% ha caído la producción total y más del 60% disminuyó la producción de ovas de salmón del atlántico la principal especie cultivada en el país.
Estos datos son alarmantes ya que la importación de ovas está restringida casi totalmente luego que fueran ovas traidas de noruega las que introdujeron el Virus de la anemia infecciosa del salmón, el temido Virus ISA, » que generó la peor crisis ambiental, sanitaria y social en la región de Los Lagos, especialmente en el Archipiélago de Chiloé entre el 2007 al 2010.
La restricción de importación de ovas se debe precisamente al temor que estas estén contaminadas y sean las portadoras de virus, bacterias y otros patógenos.
En una dramática carta publicada en Mundo Acuícola, el gerente Stofnfiskur, afirma que «cada vez hay más señales que indican que estamos haciendo las cosas mal, privilegiando un sistema productivo basado principalmente en principios económicos que no consideran requerimientos biológicos básicos de los peces».
Y advierte que «de no hacer urgentes correcciones en el sistema de producción que impera en Chile, seguirá la impredictibilidad en la producción de ovas, el aumento de los inadaptados, rezagados o ‘loosers’ en el mar, el no evaluado (ignorado) daño branquial de los smolts provenientes de ambientes de calidad de agua límite, como el de las pisciculturas de recirculación de aguas y muchas otras señales que ya están encendidas hace tiempo, pero que no queremos ver», señala Infante Espiñeira.
«Es muy posible que estas inconsistencias productivas sean el resultado de obligar a los peces a crecer y reproducirse en ambientes totalmente distintos a aquellos que le son naturalmente imprescindibles para desarrollar todo su potencial. Los salmones, salvo excepciones, no producen sus ovas en ambientes exclusivos de agua dulce donde se los estamos obligando a vivir toda su vida», precisó el Gerente de Stofnfiskur.
Esta es la carta publicada en mundoacuicola.cl
Según cifras oficiales de la Subsecretaría de Pesca, la producción nacional de ovas de salmónidos refleja, desde el año 2012, una preocupante y sostenida caída que parece no tener piso. Considerando a las tres especies más cultivadas, salmón del Atlántico, Coho y Trucha Arcoiris, la entidad oficial registra una producción anual acumulada de ovas a Octubre del 2012 de 674 millones, que bajó en Octubre del 2013 a 580 millones y volvió a caer en Octubre del 2014 a sólo 381 millones.
Es decir, en dos años se ha producido una merma de un 43 % en la producción nacional de ovas de salmónidos, lo cual es una señal de alerta que debiese abordarse y analizarse con seriedad para llegar a conclusiones satisfactorias que permitan aclarar esta incertidumbre en un insumo estratégico para la industria.
Pero sin lugar a dudas la mayor preocupación se cierne sobre la producción de ovas del salmón del Atlántico. Esta especie proyecta cerrar el año 2014 con una caída histórica que alcanzará una producción total de menos de 140 millones de ovas, lo cual correspondería a un decremento porcentual de más de un 64 % si se le compara al 2012 o un retroceso del 60 % con relación al año recién pasado.
Si a ello le sumamos las crecientes dudas respecto de la paulatina disminución en la calidad de los smolts de Salmo salar que ingresan al mar y que muestran inquietantes niveles de inadaptabilidad al medio marino, el escenario dista mucho del ideal. Adicionalmente, los requerimientos de ovas para mantener la producción distan muchísimo de dicha oferta nacional, lo cual significa que hoy más que nunca necesitaremos de las ovas importadas para evitar una merma de smolts en el 2015-2016.
Es muy posible que estas inconsistencias productivas sean el resultado de obligar a los peces a crecer y reproducirse en ambientes totalmente distintos a aquellos que le son naturalmente imprescindibles para desarrollar todo su potencial. Los salmones, salvo excepciones, no producen sus ovas en ambientes exclusivos de agua dulce donde se los estamos obligando a vivir toda su vida.
Cada vez hay más señales que indican que estamos haciendo las cosas mal, privilegiando un sistema productivo basado principalmente en principios económicos que no consideran requerimientos biológicos básicos de los peces. De no hacer urgentes correcciones en el sistema de producción que impera en Chile, seguirá la impredictibilidad en la producción de ovas, el aumento de los inadaptados, rezagados o “loosers” en el mar, el no evaluado (ignorado) daño branquial de los smolts provenientes de ambientes de calidad de agua límite, como el de las pisciculturas de recirculación de aguas y muchas otras señales que ya están encendidas hace tiempo, pero que no queremos ver.
Algo está ocurriendo en nuestra industria y está claro que aún no nos hacemos cargo del tema, pues las señales siguen encendiéndose.
Rodolfo Infante Espiñeira
Gerente de Stofnfiskur Chile
Fuente: Mundo Acuícola
