Jorge del Carmen Ripper.-
Desde hace tiempo que hay cosas que están claras:
Primero, el poder está inundado.
Segundo, el poder está pagando el precio por años de indolencia, el poder de esos que nunca han sentido el olor y el dolor de los hospitales públicos
En tercer lugar, sabemos que hay vecinos y compatriotas que fueron olvidados. Los ancianos que mueren sin apoyo y pensiones de hambre, o los enfermos que hoy están en condiciones terribles. Y esas profesiones mal remuneradas e indispensables como la cajera del supermercado, el repartidor, las personas que recogen la basura.
Sabemos que asistimos al quiebre ideológico del neo liberalismo.
Sabemos lo que el mundo quiere: Estados más fuertes, más redistributivos, con mayor intervención en las políticas económicas y más capacidad para imponerse ante el mundo de las finanzas y del dinero. Sabemos que hay que reindustrializar nuestra sociedad.
Las ideas están claras.
Pero, faltan líderes legítimos que lleven a la realidad las ideas.
Frente a esas tareas, frente a la descomposición de los sistemas políticos en todo el mundo, las izquierdas y las derechas clásicas están, en todas partes, descalificadas y debilitadas.
Por otro lado, es lúgubre el estado de los pensadores de izquierda y su deprimente narrativa. No tienen propuestas de acción.
Los domina un pensamiento triste. Huevones que consideran todo un desastre, todo es negro, oscuro. Son paranoicos. Son defensivos. No hay afirmación. Siempre insatisfechos.
O bien mucha gente de izquierda que corre fácil como Forrest Gump tras pensamientos extremos, tras el filósofo Giorgio Agamben o Zizec.
O esos que dicen eternamente que el modelo se derrumba (Alberto Mayol, un chileno que se cree influencer, por su tendencia a hacerse notar por nada) y está por años buscando signos de que se cumpla su telúrica profecía del derrumbe.
No dicen lo que hay que hacer. Es el pensamiento de izquierda deprimida, que niegan la acción, la esperanza.
Hoy ha fracasado todo eso, los locales de votación estuvieron vacíos.
Es lo que ha quedado claro hoy, día de elecciones primarias en Chile.
Lo que está en juego ahora, para que el Chile cambie, es la acción y el combate democrático de líderes de verdad.
Faltan Líderes.
Nada cambiará por sí solo.