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Debido a que el plástico es muy persistente y se dispersa fácilmente, se pueden encontrar en todos los rincones del planeta, desde el Ártico hasta la Antártida. Una vez los objetos de plástico llegan al mar pueden ser ingeridos por la fauna marina y acumularse en su interior, pueden quedarse en suspensión o flotando en la superficie, pueden finalmente hundirse y permanecer en el fondo marino, o incluso pueden quedar atrapados en el hielo del Ártico.
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Cada vez son más evidentes los impactos debidos al cambio climático y la pérdida de biodiversidad y el consumo aparece como un elemento recurrente en la crisis actual. Existe la necesidad urgente de cambiar la manera en la que consumimos.
8 de Junio, 2021.- En el Día Mundial de los Océanos, Greenpeace alerta respecto de la creciente amenaza que el plástico está siendo para los ecosistemas marinos del planeta, cuestión que ha quedado en evidencia al haberse encontrado restos plásticos en la Antártida y hasta en las fosas más profundas del planeta, a más de 10 kilómetros de distancia de la superficie.
«Hace unas semanas se aprobó en la cámara la Ley que regula los plásticos de un solo uso, que debería ayudar a disminuir la contaminación por plásticos en nuestros mares, pero no es suficiente. Desde Greenpeace esperamos reducir los residuos que generamos y apostar por un modelo mucho más sostenible que el actual, donde los supermercados comiencen a ofrecer alternativas a sus consumidores, sostiene Soledad Acuña, vocera de Chile sin Plásticos, de Greenpeace.
Cada vez se producen más objetos de plástico, todo viene envuelto en paquetes de plástico: frutas, verduras, tallarines. Cuando nos deshacemos de ellos pueden acabar en un vertedero, ser incinerados o reciclados. Sin embargo, debido a la acción del viento y la lluvia, estos residuos también pueden llegar al mar incluso cuando los tiramos a la basura.
«Muchas veces somos parte de la problemática ocasionada por el consumismo, porque carecemos de la información necesaria para ser capaces de sopesar los impactos que nuestro consumo tiene en el medioambiente. Debemos exigir alternativas a las empresas. Hoy en día solo el 9% de todo el plástico que hemos producido y consumido hasta la actualidad a nivel mundial se ha reciclado, el 12% se ha incinerado, y la gran mayoría, el 79%, ha terminado en vertederos o en el medio ambiente, indican desde Greenpeace.
Debido a que el plástico es muy persistente y se dispersa fácilmente, se pueden encontrar en todos los rincones del planeta, desde el Ártico hasta la Antártida. Una vez los objetos de plástico llegan al mar pueden ser ingeridos por la fauna marina y acumularse en su interior, pueden quedarse en suspensión o flotando en la superficie, pueden finalmente hundirse y permanecer en el fondo marino, o incluso pueden quedar atrapados en el hielo del Ártico.
«Los plásticos que encontramos en la superficie de los océanos son la punta del iceberg, ya que representan menos del 15% de todos los plásticos que hay en el mar. Actualmente se han identificado cinco zonas de concentración conocidas como «sopas» de plásticos: una en el Índico, dos en el Atlántico (Norte y Sur) y dos en el Pacífico (Norte y Sur)», indica Soledad Acuña.
Resulta difícil estimar el tiempo de degradación de los plásticos en el mar. Lo claro es que demoran más que en tierra, debido a que quedan cubiertos por materia orgánica o inorgánica. Durante todo este tiempo hasta que se degraden, todos los objetos de plástico que llegan al mar pueden causar graves daños a la fauna marina.
DATOS GENERALES DE LOS OCÉANOS:
Los océanos cubren más de 70% de la superficie del planeta.
Los océanos contienen el 96% de toda el agua de la Tierra. El resto es agua dulce que se encuentra en forma de ríos, lagos y hielo.
Apenas el 1% de la superficie oceánica está protegida.
Entre un 50 y un 80% de la vida del planeta está en los mares y se estima que menos del 10% de los océanos han sido explorados.
El océano absorbe anualmente cerca del 25% del CO2 que generan las actividades humanas, jugando un papel clave en la reducción de ese gas clave en el efecto de invernadero.
Cada año, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de todos los plásticos que llegan al mar.