Claudia Pérez ahora se encuentra empeñada en tejer de acuerdo a la paleta de colores del territorio donde ha vivido los últimos años, Pelarco Y Pichilemu. Una tarea mucho más profunda de lo que se imaginó, pero que la tiene encantada. Aprendió a tejer mirando a sus abuelas. Lee su entrevista.
¿En qué consiste tu proyecto artístico?
Comencé a redactar el proyecto en medio de la neblina pelarquina, en el invierno 2021, casi sin pensar, sin darle mucha vuelta. Vi cómo el frío comenzaba a hacer lo suyo en el campo y la escarcha hacía que cambiara el color del paisaje.
El proyecto consiste en tejer con colores del territorio. Estoy trabajando con el territorio en el que habito, sacándole fotos para así sacar la paleta de colores. Pelarco y Pichilemu son los dos lugares en los que he vivido los últimos 10 años y son estos dos territorios con los que estoy trabajando. Parece bastante simple. Sacar fotos del territorio y tejer con los colores que me regala la paleta, pero se transformó en algo mucho más allá. He hecho cosas que no tenían que ver con el proyecto, he pintado, he sacado mucha foto, he escrito y por supuesto tejido mucho.
¿Desde cuándo tejes?
Tejo como desde los 15.
Tejía torpemente y muy apretado. El primer chaleco que tejí quedó con una manga más corta y molestaba lo chueco que había quedado de un lado.
Mi casa era uno de los lugares de encuentro durante mi adolescencia y tenía un lote de amigues bastante grande, recuerdo un invierno en el que le tejí calcetines de lana a todxs o a muchos de ellxs.
¿Dónde aprendiste a tejer?
Aprendí mirando. Mis abuelas fueron muy buenas para las manualidades y la Fresia, mi abuela paterna, era una seca tejiendo. Sería fantástico poder tejer junto a ella hoy. Nunca tejí con ella, pero miré muy admirablemente sus manos moverse rápidamente con esos palillos.
En casa de alguna amiga me encontraba con la mamá o la abuela tejiendo y me sentaba al lado, miraba y preguntaba.
Así aprendí. De manera autodidacta, prueba y error.
¿Cómo eliges los colores?
Para este proyecto la idea es lograr ver la paleta de colores del territorio, pero como decía antes el proyecto se transformó en algo mucho más profundo de lo que imaginé.
Tengo culturas distintas en el cuerpo, al menos así lo imagino…
Nací en Malmö, Suecia. Viví en Santiago. En Málaga, España. Y Pelarco, Pichilemu.
En una habitación está toda la cultura sueca con la que crecí, en otra habitación está toda la cultura chilena que aprendí de mi “nuevo” país y luego hay otra habitación o tal vez es el pasillo en donde está mi propio espacio, un lugar en donde mezclo como se me da la gana, costumbres, idiomas, idiosincrasia y territorios…
Entonces, para el proyecto he ido sacando fotos de las que voy sacando colores, pero por sobre todo elijo los colores desde la sensación, desde el imaginario. Porque claro, territorio es mucho más que un pedazo de tierra delimitado. Es donde nos movemos, es la gente con la que nos relacionamos, es el camino al colegio, el recorrido en bici por la costa o por el campo.
¿Tienes colores preferidos?
No. Aunque me gusta tejer con colores fuertes y contrastados.
¿Cuál es la hora preferida para tejer?
Normalmente era viendo una serie por la noche.
Pero «el territorio se vuelve lana» me dio vuelta todo. Hay días en que voy a dejar a mi hija al colegio y me quedo en la playa tejiendo a las 9 de la mañana. Otras veces puedo tomarme un vinito por la noche con amigues y agarro el crochet. Varía mucho.
¿Cuál es la relación de la lana con Pelarco? ¿Y Pichilemu?
Creo que en todo Chile se teje bastante, no creo que sea sólo algo de Pelarco y Pichilemu. Tejer es una actividad muy amable y enriquecedora. Es gratificante también, puedes ver el resultado muy pronto. Tanto en Pelarco como en Pichilemu hay muchxs tejedorxs!
¿Cómo es tu relación con las artesanas de Pelarco?
Colaboré en una organización cultural que hubo en Pelarco hace varios años en donde mi pega fue la Gestión Cultural, y allí participaban muchos artesanos y artesanas del pueblo, conocí a mucha gente. Luego colaboré con la Corporación Cultural de Pelarco en donde me volví a encontrar con ellxs. Tengo una buena relación, pero por sobre todo respeto mucho la pega que hacen.
La Quenita por ejemplo, no puedo dejar de nombrarla, ella es cabra de cerro, se lo recorre todo! nacida y criada en Astillero, un sector de Pelarco hacia la cordillera. Allí tiene sus ovejas, las esquila, lava la lana, la hila y además teje. Es maravilloso su trabajo.
En la comuna hay muchas mujeres tejedoras que trabajan en lana y en noviembre se hace el festival de la esquila en Pelarco.
¿Y Pichilemu?
En Pichilemu he tenido menos contacto con artesanxs, pero hay mucha gente creando. Es hermoso descubrirles.
Estoy comenzando un trabajo de difusión de manera autogestionada junto con Meli de @agencialocal.cl en Directorio Cultural @dicultura.cl y a través de él me he encontrado con muchos trabajos hermosos. Vamos sin prisa, pero sin pausa.
La @cata_conejo borda el territorio hermosamente, @yavalladiseno, @telaria, @lacintatextiles secas en sus diferentes tejidos
@con.palillos da talleres de tejido en Cahuil, teje hermoso.
@pacha_lanita, @temi_mr y @rosariotorresmarchant son creadoras, tejedoras pichileminas que conocí en el encuentro tejeril.
La lista es larguísima… hay muuuuucha gente creando en este lindo pueblo playero. Cerámica, baile, música, fotografía, audiovisual, pintura, mosaico, etc.
Tejer siempre ha sido una labor femenina, ¿cómo reaccionarán los hombres a tus tejidos?
Esto tiene que ver con los estereotipos de género, lamentablemente es un espacio que los hombres no encuentran fácilmente y aunque hoy existe la organización de @hombrestejedores es cierto que no es algo con lo que nos encontremos en cualquier lado.
Estoy regalando gorros a la gente con la que me voy encontrando y los hombres tienen una reacción bastante tierna cuando reciben el gorro, lo abrazan.
Y es que me encanta! porque ¿quién no se ha puesto un gorro alguna vez? es una prenda muy útil y abriga po! cobija.
El tejido ha sido una actividad femenina, pero está en nosotrxs hacer el cambio. Personalmente no la considero una actividad femenina, es una actividad, una terapia introspectiva.
¿Hoy hay más interés de los hombres por el tejido?
¡Sí, claro que sí! Hoy existen Hombre Tejedores en Argentina, Colombia, México, España, Uruguay… eso da muestra de que hay interés y gusto por el tejido por parte de hombres, pero por supuesto que, al ser una práctica vinculada tradicionalmente con las mujeres, imagino que para los hombres no es tan fácil ir a tomarse un café y llevar el tejido porque se transforma de alguna manera en una especie de manifestación política y social inmediatamente.
¿Dónde podemos seguir tu proyecto?
Estoy subiendo poco a poco resultados tejidos y un poco del proceso en @lafuerina, pero también se está publicando en www.lafuerina.com