Enrique Crespo es investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet). Licenciado y Doctor en Ciencias Biológicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y miembro fellow de la Society for Marine Mammalogy.
Durante una semana estuvo en Santiago de Chile y en diferentes universidades de la costa central en reuniones y seminarios con científicos, autoridades chilenas y organizaciones ciudadanas.
El Doctor Crespo después de haber impartido clases de ecología y dirigido tesis durante 36 años, señala que toda su experiencia “se ha basado en el estudio de las interacciones de los mamíferos marinos y otros depredadores tope, con la pesca, turismo, actividades industriales, contaminación”.
Entrevistado por radiodelmar.cl, el profesor Crespo se refirió a los efectos del cambio climático, la responsabilidad de los políticos en la crisis ambiental y a la aplicación del Acta de Protección de Mamíferos Marinos de los Estados Unidos (MMPA, por sus siglas en inglés), en la solución de los impactos provocados por las interacciones entre las actividades pesqueras y de acuicultura y salmonicultura industrial con las diversas poblaciones de mamíferos marinos.
Entrevista realizada por radiodelmar.cl, el 30 de septiembre de 2022
– Profesor Crespo, nos puede dar un resumen de los resultados de su visita y de la situación de interacción lobos marinos y pesquerías.
– E.C.: «Mira, la interacción existe y una de las partes del trabajo fue hacer una evaluación y constatar contra la percepción de los pescadores,… bueno, yo ya he tenido experiencia en Brasil, y en otros lugares, la percepción del daño siempre es superior a la realidad cuando uno evalúa este tipo de interacciones. Lo que recomendamos, entre otras cosas, es hacer una buena evaluación de la merma económica que tengan los pescadores a causa de la depredación de los lobos, el consumo de presas por parte de los lobos. Recomendamos también hacer un buen plan de educación ambiental pero dirigido a las comunidades de pescadores, es decir, el contacto entre los investigadores y los pescadores siempre es complicado, por cuestiones culturales, cuestiones de comunicación, de lenguaje. Y, bueno, así que recomendamos hacer un trabajo bien dirigido, ganar la confianza de los pescadores. Yo creo que esa es la barrera más importante de superar, ganar la confianza en las comunidades y que entiendan que ese trabajo que se va a hacer es para conseguir una pesca sustentable. Y también creemos que hay muchas cosas que evaluar, por ejemplo, tener una idea clara del estado de los recursos porque, muchas veces el conflicto aumenta o se percibe que aumenta, pero es porque hay una reducción de los recursos. Si cuando ha habido una sobre pesca de los recursos es lógico que el conflicto aumente porque los lobos marinos van a tratar de consumir más de lo poco que está quedando. Y, entonces, los pescadores perciben que el recurso está siendo depredado, mayoritariamente, por los lobos. Pero, también, se trata de una reducción del estado del recurso, así que, digamos, son muchas las variables para tener en cuenta, y hay que entender muy bien la información como para poder trabajar y sacar conclusiones lo más reales posibles, y a partir de eso regular, facilitar que la pesca sea sustentable tanto para los pescadores como para el recurso lobo, también, no se deteriore. Eso es todo lo que hemos estado conversando estos días».
-La interacción de los lobos marinos comunes con la pesca artesanal e industrial, también ocurre en las regiones patagónicas chilenas donde se expanden los monocultivos industriales de salmónidos ¿Cuentan con información al respecto?
– E.C.: «Bueno, con la pesca industrial, en este momento, no trabajamos, el lobo marino también interacciona con la pesca industrial, eso está claro, y también con la industria salmonera. En este caso no hemos trabajado con la industria salmonera. Sabemos que sí existe el conflicto, los lobos tratan de atrapar salmones que están en las jaulas, pero bueno, hay un montón de cosas asociadas. Hay contaminación del fondo marino por exceso de antibióticos, de alimento balanceado que se les proporciona a los salmones para su alimentación, salmones que se mueren, hay muchas variables ahí para comentar. Yo no soy justamente un experto en el tema, no he estado involucrado en esto, pero lo conozco por los comentarios, las experiencias de los colegas chilenos. Pero no te podría dar más información, más precisión sobre el asunto».
– Ok, profesor, usted ha estado trabajando con mucha gente por varios tiempos en diferentes lugares, especialmente, en el cono sur. Y Respecto a los objetivo del milenio de Naciones Unidas y la última conferencia mundial de los océanos donde se emitió nuevamente alertas respecto a la crítica salud de los océanos ¿Cómo ve esta situación en las áreas australes del Atlántico y Pacífico sur?
– E.C.: «Mira, yo creo que en términos generales hay una reducción de los stocks pesqueros, hay muchos problemas que no se tienen en cuenta, yo del lado atlántico conozco mucho más el problema porque lo he trabajado por más de 30 años y ahí no hemos tenido nunca una respuesta por parte de las autoridades. En el caso de Chile las autoridades han respondido desde hace ya unos 5 años al tema. Estados Unidos ha avisado que no va a aceptar exportaciones de productos de pesquerías que provengan de mortalidad incidental o este tipo de cosas. Así que, en ese sentido, las autoridades de Chile han respondido bien y están evaluando el problema y están trabajando seriamente en el problema para reducirlo, para mitigar la interacción, etc . La situación es distinta, pero allá hay diferencias con respecto al Pacifico en el sentido de que Argentina tiene poca pesca artesanal, es decir, mayormente la pesca de Argentina es pesca industrial, posiblemente el 80% de los productos pesqueros de Argentina que se exportan, mayoritariamente a Europa, España, particularmente, provienen de la pesca industrial, pesca de arrastre, todo lo que es congeladores y factorías, principalmente, y también calamar. Así que la situación de Argentina es bien distinta, lo que pasa en la costa del Uruguay, en el sur de Brasil, en Chile, donde la pesca artesanal es muy importante y hay muchísimos grupos de pescadores de sectores socio económicos de menor poder adquisitivo que viene de la pesca industrial, así que hay muchas diferencias».
– Usted señaló el tema de la exportación de productos hacia el mercado estadounidense, y allí hay una normativa, la Acta de Protección de Mamíferos Marinos (MMPA, en siglas inglesas). Entonces, frente a un aumento de las interacciones entre las actividades pesqueras y de salmonicultura en la Patagonia chilena con una diversidad de mamíferos marinos ¿Qué piensa de las medidas de mercado que implementa el gobierno de Estados Unidos?
– E.C.: «Mira, yo creo que el tema del MMPA es una ley que viene de 1972, que ha ido dando pasos crecientes en proteger ese recurso, es una ley bastante integral, una ley ambiental, digamos, con imperfecciones por supuesto, pero que ha tratado de sostener esas poblaciones o recuperarlas porque de la época que se la votó había poblaciones muy reducidas por la captura directa de ballenas, etc. O también el otro problema que habían descubierto, a mediados de la década del 60, que era la pesca del atún, donde hacían los lances alrededor de los delfines. Yo creo que ha ayudado a corregir muchísimas cosas y ha aportado ejemplos, de cómo solucionar otros, por ejemplo, el tema de los cercos, donde hay delfines o lobos marinos que utilizaron botes fuera de borda para permitir el escape de esos animales, es decir, una serie de cosas que pueden ser tomadas como ejemplo. Uno podría tomar esto como una presión económica que, en cierta forma lo es pero que en definitiva, lo que hace es promover un mejor uso de los recursos con menores costos desde el punto de vista ambiental, para poblaciones de especies en particular. Yo he trabajado todo esto en la Argentina desde la década del 80. Yo me lamento mucho que nunca se haya tenido en cuenta las investigaciones que nosotros hemos realizado, los resultados que tuvimos y las normas que hemos propuesto pero que nunca tuvimos éxito en alcanzarlas. Ahora las tienen que empezar a resolver por vía de una presión externa y, bueno, pero bienvenido que sea así. Es decir, eso va a dar algún mejor manejo de los recursos, la mayor sustentabilidad de las poblaciones».
Hace más de 30 años que el Profesor Enrique Crespo trabaja para el Centro Nacional Patagónico (CENPAT, siendo responsable desde 1990 del equipo de trabajo del Laboratorio de Mamíferos Marinos y es investigador del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR). Su actividad de académico la ha desarrollado en la Patagonia, especialmente dando clases de ecología en la Universidad Nacional de Comahue.
– Profesor, ¿cómo usted ve la situación del hábitat de mamíferos marinos? Pero no solo de lobos marinos, sino también de las otras especies que quizás son más emblemáticas o conocidas en las ciudades mediterráneas como, por ejemplo, las ballenas, los delfines ¿cómo ve la situación actual y futura de estas poblaciones?
– E.C.: «Mira, yo he trabajado con ballenas, delfines, lobos marinos, he trabajado con todos, con rayas, tiburones y otras faunas también. Fauna superior, en general, con pingüinos, también, con algunos otros pájaros, es decir, con depredadores tope, es decir, que son los que tienen problemas con la especie humana, los depredadores que están al tope de la cadena son los que tienen problemas con las actividades del hombre, fundamentalmente, por los mismos recursos. En general, los mamíferos marinos del lado atlántico, las poblaciones que han estado reducidas se han recuperado todas, la ballena estaba a un décimo, aproximadamente, de la población original y creciendo, los lobos comunes están a un tercio de la población original, esto lo digo porque está retro calculado, las poblaciones originales, y creciendo entre 5 y 9% en comparación de norte a sur. Al sur crecen más que en el norte, pero están recuperándose. Los elefantes marinos están alcanzando una capacidad de carga. La especie que tiene los mayores problemas es el delfín franciscana que tiene una mortalidad en redes agalleras desde Espíritu Santo en Brasil, hasta el golfo San Matías, en la Patagonia, pasando por el Uruguay. Es decir, esa es la especie más complicada que yo veo, para lo cual estamos haciendo las estimaciones de abundancia, las estimaciones de mortalidad, tratando a veces si esa mortalidad es sostenible o no. El resto, todas las especies antárticas, las ballenas, los lobos finos antárticos, las focas antárticas, todos éstos están apareciendo cada vez con mayor frecuencia en las costas patagónicas. Lo que es un indicador de la recuperación poblacional. Por ejemplo, ballena Sei, ballena Jorobada, ballena Minke… Y después otras especies antárticas que están apareciendo en mayor frecuencia».
El profesor Crespo sigue relatando que: «El problema que tiene mayor incertidumbre es el tema del calentamiento global porque en un año con aumento de la temperatura en la Antártida, se forma menos hielo, entonces, hay menos krill disponibles, entonces, hay mayor mortalidad de los predadores de krill, en general son todos, los pájaros y los mamíferos antárticos. Y en el caso de la ballena, la ballena Franca, que se reproduce en Valdés los años que hay menos krill, al año siguiente hay una mayor mortalidad de crías porque las hembras no engordaron demasiado el año anterior y, entonces, tienen menos grasa para transformar en leche y amamantar exitosamente las crías. La cosa no es tan directa porque es una mezcla de fenómenos entre “El Niño”, la Anomalía anular del sur, y todo lo demás, lo que produce en algunos años esa temperatura más elevada. Y, entonces, hay menos krill y todo esto que contaba recién. Entonces, yo creo que ese es un problema que hoy, aunque se dejaran de emitir el carbono a la atmósfera habría una inercia de 50 o más años de calentamiento todavía. Entonces, yo creo que estos problemas van a ir aumentando, van a ir creciendo y con ese cambio yo creo que van a haber ganadores y perdedores. Me refiero a las especies, algunas van a estar menos adaptadas al cambio y otras van a aprovecharse del cambio. Así, yo creo que eso es lo que vamos a ver en los próximos años. Ahora, justamente, están apareciendo una cantidad de ballenas francas muertas, estas últimas semanas ya van más de 10 ejemplares adultos y aparentemente tiene que ver con una marea roja violentísima que apareció en estos días. Con toxinas de moluscos, etc. Y estos otros fenómenos que yo creo que vamos a ver cada vez más frecuentemente. También como producto de estas cosas que se están acelerando y presentando fenómenos más extremos cada vez. Más inundaciones, más sequías, pero más extremas, o sea, no es nada diferente pero sí más extremo y más frecuente, eso es lo que estamos viendo. Ese es el panorama que yo veo a futuro.
– Con respecto a eso, mareas rojas y alimentación, búsqueda de alimentación por parte de los mamíferos marinos y el cambio climático ¿qué responsabilidad le cabe a las poblaciones humanas, a la actividad industrial en estos ecosistemas?
– E.C.: «Yo creo que la responsabilidad mayor está en los políticos, o sea, en algunos casos hay políticos que conocen el tema y tratan de tratarlo bien, en otros casos hay políticos absolutamente ignorantes en el tema y que no tienen ni la menor idea de qué hacer con eso. Tiempo atrás, un secretario de ambiente, dijo ‘el tema del cambio climático a mí no me interesa’, palabras textuales. Entonces, yo creo que depende mucho de los políticos, los políticos son los que deberían guiar las acciones tanto del sector privado como de las investigaciones que pueden hacer las universidades o los centros de investigación, yo no veo una política clara dirigida en ese sentido. Pero tampoco quiero ser muy enfático en eso porque desconozco también en distintos países cómo se está tratando el tema. Yo creo que el problema mayor es ese, yo creo que la responsabilidad mayor es la de los políticos más que de otros. Son los que deberían guiar a la sociedad, en todo sentido.*****FIN*****