29 - noviembre - 2024

Mario Artigas abre la “arista pituto” en el debate sobre pobreza o dignidad de los escritores chilenos

MARIO

¿Mueren pobres los escritores chilenos? ¿Es la pobreza un elemento que los lleva a ser resentidos en edad madura? ¿O al contrario, los escritores chilenos terminan sus días con dignidad?

Poli Délano  en respuesta  al artículo Economía cultural chilena de Matías Rivas  publicó ayer “Sobre una errática nota acerca de los escritores”.

Así se inició este debate.

Hoy Mario Artigas le responde a Poli Délano y abre una nueva arista del debate, “la arista del Pituto” y la eventual  baja calidad literaria de los escritores que Artigas llama academicistas de los 90.

 

OFICIALISTAS BUENA ONDA

Mario Artigas

 

La defensa empuñada a una espada de Marcela Serrano por el Premio Nacional a Isabel Allende. Además de otras cotorras como María Elena Wood, Delfina Guzmán, Sol Serrano, Mariana Aylwin, Carolina Tohá y Ximena Rincón (Todas éstas, apitutadas y escaladoras), entre otras. Si alguien me dice que no fue por apitutamiento Zurita, con su horrible poema Señor Presidente (Lagos) o el de Skármeta (Ex MAPU apoyado por el guatón Insulza). Poco analítico el comentario de Poli, porque él es un aproximado de la generación de los P. C. apitutados, hijo de Diplomático (Gran Escritor) y madre millonaria, bien por él. Bien por los que cita y que lograron un «puesto de trabajo». Pero no puede negar todo los millones de pesos que recibió en premios y jurado, estando Jorge Montealegre de secretario Ejecutivo en el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, enlace con la Pía Barros, y la Pía con «Letras de Chile», los jefes de Letras de Chile, Poli y Fernando Jerez, los repartidores de concursos, jurados, viajes, etc. Información privilegiada, que le chorreaban al Directorio de la SECH, mayoritariamente P. C. Poli debiera de decir que Manuel Rojas fue hasta el final funcionario de la Universidad de Chile (Primero casi 10 años en la Biblioteca Nacional 1936, cuando pasó del Anarquismo al P. C., de ahí pasó como Director de la Imprenta de la Universidad de Chile. De qué pitutos hablamos); Francisco Coloane (Militante del P. C.) trabajó en el Servicio Nacional de la Salud (Premio Nacional por apitutado), Juvencio Valle (Tendencia al P. C. amante de la ex URS y Rumania) (Premio Nacional por apitutado), funcionario de la Biblioteca Nacional. (1971 – 1973 apitutado), Nicomedes Guzmán (Suche de Oscar Castro, Intrascendente), Rubén Azócar. (Intrascendente), Luis Oyarzún (Intrascendente), Gonzalo Drago (No lo conozco)… No desmerezco en absoluto la obra de Manuel Rojas, un gran autodidacta.
Toda esta «Desgeneración», bien pasados en edad que ya a nadie le importa lo que escriben y nadie los lee, -son como el perro de hortelano-, porque ya perdieron peso literario, pero no del apitutamiento, y ensancharse con sus codos para no permitir a nuevas generaciones su limpia e inocente participación en los miserables concursos. No dan aire, estorban, asfixian. 
Ellos, los señores mayores de la cuarta edad, con sus mañoserías permiten que todo se vicie, y nada se haga y defina por calidad literaria. Son lo que están dándole paso con su mediocridad a los escritores de maceteros o a los de Karaoke como dice «Sparky». (Hugo Vera M.) Cito:
…Y digo modelos, porque si hay una característica en común en los poetas de los noventa, la generación que aprende a escribir, es su exhaustivo afán por dominar la estructura del verso, como si ésta fuese una panacea, aun corriendo el riesgo de transformarse en meros formalistas, academicistas o trasnochados cantores de karaoke…
…Con este práctico método, tradicionalista y conservador (aunque sin el genio de Eliot), a falta de una poética, a lo más han logrado facturar uno que otro poema digno, generalmente orientado a capturar la bolsa de algún concurso literario, donde sus propios pares las ofician de jurados o «evaluadores», como reza la jerga actual, más de mercado, más de negocio…
…Como ejemplos de esta apreciación, nacida bajo un sol blanco y estridentes chillidos de gaviotas picoteando basura (lo mismo que yo), se puede mencionar a diversos chicos y chicas karaoke, como David Preiss y su poesía de estilizada siutiquería; a Sergio Parra, un clon bukowskiano; a Leonardo Sanhueza, desaliñado híbrido a medio camino entre Tellier y Rosamel del Valle; a Andrónico Higuera, romántico en el sentido más peyorativo de la palabra; a Rafael Rubio, versificador de rígidas rimas ridículas; a Armando Roa Vial, regular traductor y menos que regular poeta; a Matías Ayala, hijito de papá que relata sus viajes a la playa; a Cristóbal Joannon, que da rodeos sin apuntar jamás al blanco; a Damsi Figueroa, una de las tantas Alejandras Pizarniks que pululan por la tierra en flor; a Gustavo Barrera, apitutado de nacimiento que escribe acerca de la tv y logra poemas aún peores que los programas de trasnoche; a Germán Carrasco, que fabrica sus poemas con astucia de microempresario traductor; etc. ¿Cuántos de ellos pasaron por la Fundición Neruda? No lo sé, pero creo que demasiados. En esa factoría, amados y concupiscentes lectores, Floridor Pérez y Jaime Quezada, fósiles de calado menor, ocupan siempre el mismo molde -cada vez con más vodka y menos tinto- para formar a incautos jóvenes en el arte de la poesía. ¿Son ellos poetas de verdad? Da lo mismo, son oficialistas buena onda y eso basta…
…Hay bastantes libros de poesía de los noventa, todos ellos muy bien editados, muy planchaditos, muy peinaditos, pero no todavía (y quizá nunca) una obra karaoke de peso. Habrá que esperar, entonces, hasta que aparezca una voz realmente original, un gurú que abra puertas y a quien podamos, esta vez, copiar…

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