LAS ESTRELLAS
Fin, se acabó. Ahora despierto.
Y es silencioso y fácil de transitar
ya nada más puedo esperar
y no hay nada por lo que sufrir.
Oro escarlata ayer, hojas secas hoy.
Mañana no habrá nada allí.
Mas, siempre las estrellas arden silentes
en el nocturno cielo adyacente.
Ahora para siempre deseo hundirme
así ya no me queden despojos.
Digan, estrellas, ¿aceptarían
un alma que ya no tiene tesoros?
Con ustedes, la libertad es ilimitada
en la eterna paz lejana.
Él nunca quizá vio el cielo vacío,
el que me dio su sueño y su batalla
(Traducción del sueco Omar Pérez Santiago, del libro Poemas Completos de Karin Boye, Los Perros Románticos.)