21 - septiembre - 2024

Napoleón, una estúpida película de Ridley Scott. Josefina brilla frente a un débil Napoleón. El poder de gobernar las apariencias. Reseña de Pérez Santiago

Omar Pérez Santiago

El Poder.  El Poder que nace de la guerra y millones de muertos.

Pero, la teatralidad de la película Napoleón de Ridley Scott, para mí, es el tema del poder de «Gobernar las Apariencias». Algo básico de la Ciencia política.

El emperador Napoleón necesita un hijo, para proyectarse. También para que la chusma tenga motivos para hablar y chismorrear. Una forma de domesticar a la audiencia mirona. Una forma inteligente de gobernar, dándole caramelos a la audiencia con noticias de farándula soft. Compartir y ser parte del espectáculo. Así los comentarios se trasladan de las noticias duras a las noticias blandas.

La inevitable necesidad de exposición, exhibicionismo y   voyerismo del poder. Su aspecto visual. Una forma indirecta de propaganda política, de glorificación y celebración del emperador. Un método de suavización o dulcificación del poder mediante el control de la opinión pública.

Pero la señora Josefina, la esposa de Napoleón, en la película de Scott, Josefina no podía o no quería tener hijos.

Josefina es una mujer punk.

Es la base de un drama interno. Vanessa Kirby es una gran actriz y brilla en esta película de Napoleón como Josefina.

Quizá el desfase matrimonial sea lo más interesante, inteligente y teatral del film de Ridley Scott.  Allí hay enjundia. Y actualidad. Porque el tema se siente real, auténtico.

Gobernar las apariencias.

A muchos políticos les preocupa su imagen pública y su ego. Un matrimonio visual ayuda.  Su matrimonio no puede ser una mierda. En el mercado, las ferias de abasto y en los bares la chusma se alimenta de eso. Eso para Napoleón es más importante que la vida de su mujer, Josefina.

Pero, el Napoleón de Scott, el personaje construido por Scott es un hombre confuso, autista, sin habilidades sociales,  obseso,  mediocre, misógino, infantil, petulante, venal.

El Napoleón de Scott, actuado por Joaquín Phoenix, es, psicológicamente,  unidimensional. Un Alien, un depredador.

La fotografía es oscura, las escenas interiores con velas, las guerras nocturnas, las escenas a contraluz.  Hasta el sol de París es sepia. Mal.

Creo que a veces dormité por la monotonía. Son dos horas y treinta y ocho minutos.

¿Qué le habría dicho yo a Ridley Scott?:

Le habría dicho:

Recorta, hombre, Sácale 30 minutos. Ahorra plata.

Eso le habría dicho.

¿Lo mejor del film?

El inicio, cuando guillotinan a la reina consorte María Antonieta, por disposición judicial del Tribunal revolucionario francés. Levantan su cabeza cortada y de pelo canoso como si fuese la cabeza de la Medusa,  el monstruo  femenino con el cabello con cien serpientes y decapitada por Perseo. Gran escena.

Y otras ciertas escenas de guerra, como cuando le cae una bala al cabello blanco de Napoleón.

En fin. Varias cositas.

En resumen: una película estúpida.

Si te gustan las guerras, te gustará.

En una pantalla gigante ver matar a gente a gran escala

Aunque tú sepas de antemano los resultados.

 

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Omar Pérez Santiago
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